28.2.06

DE DOS BESOS VIRTUALES Y ROTONDAS

Dos besos virtuales se perdieron en la red. Igual era que el Destino no quería que se encontraran porque habían salido en la dirección equivocada, y por eso los tuvo un mes dando vueltas por las rotondas de la ciudad, llevándoles en cada salida por un camino que no conducía al lugar al que ellos pretendían llegar. Vueltas, más vueltas, y más vueltas, y a quinientos metros, rotonda de nuevo en la que perderse, en la que extraviar el rumbo.
La máquinas que producían esos besos no veían por dónde andaban perdidos aquéllos, pero intuían que no llegaban a la meta fijada puesto que no oían el remuakss que producirían al morir estampados contra ese final, porque ese se suponía que era el destino de cada uno de esos dos besos, morirse estampados en un punto determinado de esa geografía urbana plagada de rotondas. Así que, con empeño y mucho orgullo personal, insistían y enviaban refuerzos en busca de aquellos dos besos perdidos, que agotaban sus fuerzas y poco a poco iban menguando hasta quedar reducidos a la mínima expresión, por aquello del desgaste que suponía el esfuerzo físico de dar vueltas y más vueltas, sin conseguir llegar a donde tenían que llegar.

Pero es que les gustaba ponerse intensos a este par de besos virtuales. Y, en una de esas que el Destino estaba despistado creyendo que ya había conseguido volatilizar a esos besos perdidos, una de las máquinas productoras envió unos refuerzos cargados de vitaminas y demás reconstituyentes a aquella rotonda cercana al punto final y el beso se recuperó lo suficiente para salir corriendo sin mirar atrás y llegar a aquel trébol de cuatro hojas en el que tenía que estamparse, quedando prendido allí para siempre.
Gracias a eso el otro beso decidió que no iba a ser menos, y que iba a llegar él también a aquel acantilado que su mapa marcaba como final de su trayecto, pero por la puerta grande, conque se hizo el dormido un par de días, recuperó fuerzas, y montado en una hermosa pajarita de papel, sencillamente voló, ignorando las indicaciones de las rotondas aquellas que le despistaban, y al estamparse en el acantilado se dispersó en montones y montones de letras que contaban parte de su viaje y del viaje en la vida que había tenido, incluso antes de salir en esta dirección, dentro del trébol que le enviaba, pintando incluso paisajes, ideas y cuadros por los que se habia paseado antes de salir en su busca.
El acantilado le recibió asombrado, con los ojos muy abiertos, precisamente por la cantidad de cosas que traía consigo aquel beso, la espera había merecido la pena, o eso parecía. No quiso pensar en trucos de aquel desgraciado llamado Destino que a veces juega sucio y hace creer cosas que no son, y recibió a aquel beso en sus rocas, dejándole tomarse un refrigerio, que el viaje había sido duro, nada menos que de un mes, mientras lo estudiaba detenidamente, una y otra vez, por si aquel desparrame de letras parlanchinas fuera sólo cosa de su imaginación. Se mostraron las pieles que cubrían a esos besos en su origen, pero sin duda los ojos fueron lo único que les dio tiempo a comprender antes de viajar de nuevo, aprovechando la disponibilidad de la pajarita de papel, a La Habana. A fin de cuentas, pocas cosas que se puedan ver con los ojos, a parte de los ojos mismos, tienen el poder de hipnotizar o retener. ;)
Llovía en La Habana, pero hacía un calor de mil demonios, y el olor era especial, no era exactamente a asfalto húmedo, no, era otra cosa, creo que olía a La Habana, sin más. El beso que conducía la pajarita le sacó fotos a un coche que le recordaba al beso salido del acantilado, aquel del orgullo personal y sprint final a toda pastilla, al de su abuelo, y fue genial la conversación con aquel que decía ser el Ché, con sus puros en la camisa, con su par de móviles, y una uñas largas en las manos con las que contaba su particular versión sobre la revolución, y sobre el reparto de bombillos que está llevando a cabo el Comandante.
Sin embargo el Destino maldito siempre se sale con la suya si no hay refajos suficientes para llevarle la contraria, quien dice refajos, dice ganas, claro. Pero el cuento queda más bonito si pensamos que fue el Destino quien salió victorioso, porque decidió que, puesto que a su parecer, el rumbo de aquel par de besos estaba errado desde un principio, con un as que se sacara de la manga sería más que suficiente para devolverles a su sitio, y así fue. Sólo tuvo que sacarse un único as, sólo uno, y los besos virtuales bajando la cabeza, siguieron las indicaciones que el gran Destino les venía ordenando desde hacía tiempo.
Pero yo, amigos, mantengo otra teoría: en contra de lo que pueda parecer, estoy convencida de que esta vez ganaron los besos, de que su destino fue precisamente el que ellos decidieron darse, y lo tuvieron. Su destino era ese, el de no perderse en las rotondas, el de luchar contra las inclemencias del tiempo para llegar con ilusiones, tan escasas como efímeras, pero ilusiones al fin y al cabo, a iluminar una resacosa tarde de domingo a un triste trébol y un solitario acantilado, con las sonrisas que provoca el burlar al Destino siguiendo la intuición imaginaria de que tal vez fuera este camino lleno de encrucijadas el elegido por el Destino realmente para ellos, al menos esa lluviosa tarde. Con eso era suficiente. Y lo hicieron, asique cumplieron su destino, el que ellos decidieron.
Y por supuesto, viajar a La Habana.

Glauka

(A mi manera, como todo en esta vida, correspondo a tu regalo, A.: gracias)

27.2.06

HERIDO

CUANDO NO ERES QUIEN DICES
NI ME AMAS COMO QUISIERAS,
CUANDO TE MUERDEN LA CABEZA CON PALABRAS
QUERIENDO COMERSE MI CORAZÓN, QUE LATE DENTRO,
Y NO TE DUELE,
NO ME DUELE EL ALMA,
ME DUELE EL AIRE DE TUS BESOS
Y EL CALOR DE TU PIEL ARDiENDO MI PIEL,
Y, EL AMOR QUE SUELTAS POR LA BOCA,
ENTRA POR MIS OÍDOS ARAÑANDOME.

Y ENTONCES RESUCITAN, AUNQUE NO QUIERO,
OTROS DOLORES, OTRAS PALABRAS,
OTROS MORDISCOS QUE ACEPTASTE HUMILLADO,
Y OTROS BESOS QUE TU MISMO TE DISTE
A TUS HERIDAS EN OTRO TIEMPO,
ESCONDIÉNDOLAS BAJO CARICIAS,
DURMIÉNDOLAS Y EMBORRACHÁNDOLAS CON DISCULPAS,
QUERIENDO DISFRAZARLAS DE AMOR.
PERO ES TU AMOR EL HERIDO
Y NO TE QUIERES DAR CUENTA,
Y COMO HÉROE DE GUERRA
QUE SACA DEL ARMARIO SUS CONDECORACIONES,
ASÍ SE ME PRESENTA AL RECIBIR UNA MÁS,
MIENTRAS ZAPATEA SOBRE LA SANGRE
QUE LE HA ESCULPIDO SU NUEVA MEDALLA.

PERO TU AMOR SE HUNDE BAJO SU PESO,
CADA MEDALLA LE ROBA FUERZA.
ES POR ESO QUE ME DUELE,
PORQUE ESE AMOR TUYO NO ES MÁS QUE YO,
ES LO QUE TIENES DE MÍ EN TI,
ES MI CORAZÓN LATIENDO EN TU CABEZA,
SOY YO LA QUE LLEVA TUS MEDALLAS,
LA QUE SANGRA CUANDO TE MUERDEN A TI.

SÉ QUE MORIRÉ ASÍ.
ME MATARÁS TÚ, DENTRO DE TI,
CUANDO ALGUIEN ESCUPA SOBRE TUS PALABRAS
CAERÁ SOBRE MI UNA MANTA VISCOSA
QUE ME APAGARÁ HASTA MORIR.
TU LO ESTARÁS VIENDO.
PERO A TU AMOR NO LE DOLERÁ,
PORQUE ES SOLO UNA PARTE DE MI
QUE UN DIA TE TRAGASTE AL DARME UN BESO.
SOLO VOLVERÁ A MI
CUANDO SE MUERA
CONMIGO.

Glauka

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24.2.06

PERDIENDOLE EL RESPETO A LOS FANTASMAS

¿Porqué no me dejas en paz?
Llevas dos meses entrando en mi vida, pasando pequeños ratos en mi despacho, que con la excusa del trabajo consigues entrar, pero no te dejo pasar al salón ni a la cocina, no me tomo un café cómodamente hablando de nuestras cosas, y ahora esto.
Estás muerto, ya lo he dicho, y nunca he creído en fantasmas, y ahora te me apareces enturbiando mis ideas sobre el más allá ...
Cuando ayer te vi salir de las palabras de otra persona creí morir. Cuando ese otro alguien que conozco hace dos días y medio, porque ni a cuatro siquiera llega, te nombró, ¡Dios! morirme quise.
No he dormido por tu culpa, para no variar. No quiero que me estropees las nuevas amistades, ¿Pido tanto? No saco los pies del tiesto, no, llevo con ellos ahí enterrados año y medio, y cuando doy dos pasos en los alrededores, tienes que estar tú ahí, de cuerpo presente.
Nada dije, el planchazo fue de los que hacen historia, decidí sobre la marcha no ofrecer nada de mí a esta persona de la que poco sé, puede ser encantador, y no seria plan.También puede no serlo, y hacerme aún más daño del previsto precisamente porque te tiene a ti como arma de hoja blanca para lacerarme. Ya está, se acabó antes de empezar. No hablo de amor, tranquilo, no. Hablo de que se acabó hasta el conocerle, sin más.
Y no, no se lo explicaré, no necesita aún mis explicaciones para no sufrir por mi desaparición. Dos días de cada semana sé que estará a tu lado durante dos horas, y a mí se me harán dos siglos si sabe que yo ocupé quince años de tu tiempo, si te cuenta dónde puedes encontrar a la sirena totalmente desnuda, si todas estas palabras que te digo a gritos (porque sé que no me escuchas) pudieran llegar a tus oídos.

¡Maldita sea! Quiero que me dejes en paz.

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Pero como soy sirena, coherentemente contradictoria para más inri, pues que en un arranque de los míos, ignorando la claridad de que disfrutaban las decisiones anteriores y hasta mis propios miedos a usos fraudulentos de mi cola de sirena por el desconocido que empezaba a conocer, se lo he dicho.
No ha pasado nada.
Como soy acuosa, en honor a la verdad debo decir que se me enturbiaba la mirada mientras leía lo que mis dedos le estaban contando porque mi voz no tenía valor para hacerlo, claro. Y amenazaron con desbordamiento cuando no sucedió nada, cuando de pronto sentí que realmente no pasaba nada, que él no iba a contar dónde tenía la sirena su cola a la vista de todos, y que, de hacerlo, tampoco me haría daño.
Voy a hacer jirones tu fantasmal sábana blanca y saltaré de la maceta, aunque me caiga, no me lastimaré. Lo sé.
Si a veces mi mayor enemigo soy yo misma.

Glauka

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23.2.06

Yo soy Mía. El Amor no es la Ostia.



"Míos son los ojos que ya no esperan ver tu sombra detrás.
Mía es el alma que en ningún rincón más ha de llorar.
Mías las piernas firmes que nunca jamás tú verás temblar."
Yo soy Mía.
Lucía González Soto
http://www.mujoas.org/noostia/noostia.php
He cogido esta postal en un bar, y quiero enviárosla a todos pero sólo tengo una, asique, aquí la tenéis.
Glauka

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21.2.06

JAMÓN


Menos mal que ha venido él, con esa gran sonrisa iluminando el día. Cómo me gusta verle así, contento, mirando cómo como jamón, o los restos de jamón que ha traído y nos ha puesto aquí, en el suelo, a la perra y a mí.
Si es que tiene que venir él para que el sol vuelva a salir.
Tres días encerradas en casa, mamá y yo, y todo porque a ella no le dio la gana sacarme a la calle. Mira que intenté abrir la puerta, pero nada, que la había cerrado con llave y todo. Empeñada en que no saliéramos aunque hacía sol, y yo tenía ganas de saltar, y correr, pero nada, que ni de broma, tenía los días torcidos y no hubo manera de salir de casa. Hasta el teléfono estaba cerrado con un candado, así que ni siquiera pude llamar a mis abuelos para que vinieran a buscarme. Y encima aguantarla, que ha estado insoportable, a ratos enfadada, gritándome, rabiosa incluso cuando yo me enfadaba porque quería salir, y decía que se lo iba a decir a mi papá. De nada sirvió que pataleara, que me enrabietara, al contrario, me zurró, se puso como loca, a gritar que si tanto quería a mi padre que me hubiera ido con él. Cuando se pone así me asusta muchísimo, es oírle decir mi nombre desde la cocina y me echo a temblar y voy con el corazón latiendo muy fuerte dentro del pecho hasta allí, sin saber muy bien qué es con lo que me voy a encontrar. Ayer por la noche, cuando volví a enfadarme porque me tenía castigada sin salir sin motivo, que eso a mi padre no le gustaría nada y que se iba a enterar cuando se lo contara porque él iba a reñirla a ella, después de pegarme echando chispas por los ojos y mandarme a la habitación hecha un mar de lágrimas, me llamó desde la cocina, y me temblaban las piernas por el pasillo hasta que entré en la cocina, y me la encontré sentada bajo la mesa, con la caja de mis cromos en las manos, sonriendo me dijo anda vamos a jugar un rato. ¡Y lo pasamos tan bien! Me gusta mucho jugar a los cromos con mamá ahí, en una casita sólo nuestra. Ya sé que no es una casita, que es una mesa, pero mientras jugamos es nuestra casita, y ahí mi mamá es sólo mi mamá, sonríe y está contenta, y me quiere mucho.
Yo creí que ya había pasado la tormenta y que hoy saldríamos por fin a la calle, de verdad que lo creí. Pero no. Esta mañana estaba más tranquila, pero no quiso salir tampoco. Y encima no había ya ni chocolate, ni galletas, y no me dejó bajar siquiera a por ello a la tienda. Si está justo al lado del portal … pero no me dejó. No sé qué demonios le había picado, ni qué es lo que he hecho yo para que me haya tenido encerrada estos tres días bajo llave, de verdad que no lo sé.
Y encima no parece nada contenta de que papá haya venido a abrir la puerta. Menos mal que ha venido él y ha abierto la maldita puerta, y hasta me ha traído jamón y nos lo ha dado a la perra y a mí en el suelo. Ella no hace más que protestar, que si mira que la niña comiendo donde la perra mete los morros, que si tratas a tu hija como a la perra, tus sobras, y hasta se lo das a la vez a las dos ... El se ríe, muy alto, y yo me río también. Está frente a mí sentado observándonos a la perra y a mí, está tan guapo cuando se ríe. Gracias a Dios que ha venido y ha abierto la puerta, porque ahora me va a sacar él de paseo, que si por mamá fuera seguro que no salíamos hoy tampoco de casa. Está cabreada, llorando, protestando todo el rato, va a conseguir que él se enoje, ya lo verás. Pero no. El continúa sonriendo, se ve que tenía ganas de verme, tres días fuera de casa echándome de menos, seguro. El no me hubiera tenido tres días sin salir, ni sin chocolate o galletas, así sin más, porque sí, como hizo mamá. Pero es que ella se vuelve loca de repente, y hace estas cosas extrañas, sin sentido, que no hay quien entienda.
El está contento, se muere de risa viéndonos a la perra y a mí pelearnos por un trozo de jamón, que naturalmente gano yo y le muestro triunfante ... mamá llorando consigue que él se levante con la mano en alto, ya lo ha cabreado, verás, que lo tiene que estropear hoy también, con lo contento que estaba, y ya no sonríe, ahora grita, maldita sea, pero si fue ella quien no me dejó salir de casa ¿porqué tiene que echarle la culpa a él? ¿por qué dice que nos ha dejado encerradas como animales?, ya la ha liado, yo no me he chivado, no se lo he contado a él para que no le pegara, porque ella sabe muy bien que es mejor que yo no le diga que ella me ha pegado, entonces se arma una muy gorda, sabe que no le he dicho nada, y le echa la culpa a él de este encierro en que me ha tenido y busca bronca porque me haya dado de comer jamón junto a la perra en el suelo, encima de que trae algo para comer, que ella no tenía nada en casa.
No entiendo porqué llora, ni porqué se empeña en enfadarle de esta manera, ya ha conseguido fastidiarlo todo, ya está nervioso y alterado, no sonríe, y se va hacia ella vociferando y salen gritándose de aquí, y ahora sólo escucho ese ruido atronador que me inquieta, y espero. Espero escuchar el golpe definitivo, ese que pone fin a este rato interminable de ruidos que chascan en mi cabeza, que retumban por más que yo me esconda en los ojos de mi perra, ese golpe que suena por encima de todos los demás, que siempre llega, antes o después azotando mi angustia, sí, pero lo espero porque sé que tras él, viene por fín el silencio.
Menos mal que la perra está conmigo. Ella no grita, observa las lágrimas fugarse corriendo de mis ojos y me cede el resto del jamón, lamiendo todas mis lágrimas. Pero yo no quiero el jamón ya.
Hoy no saldré tampoco.

Glauka

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19.2.06

PROVOCACION


AL OTRO LADO ESTÁS TÚ.

TE REGALO MIS OLAS, SÓLO TIENES QUE CRUZARLAS PARA ALCANZARME.

NECESITO QUE TENGAS VALOR PARA HACERLO,

VAS A NECESITARLO PARA ESTAR A MI LADO.

TE SEGUIRÉ ESPERANDO,

Y CUANDO LLEGUES,

COMPRENDERÁS QUE LAS OLAS QUE TANTO ME ALEJABAN,

EN REALIDAD TE ACERCABAN A MI.

SÉ QUE VENDRÁS, COMO LAS OLAS,

LAMIENDO MIS COSTADOS.

(TEN EL VALOR QUE YO NO TENGO, Y VEN)

Glauka

17.2.06

MAÑANA DESAYUNARÉ CONTIGO

Día duro de trabajo rodeada de hombretones. Intercambio dos besos de buenas noches, de madrugada ya, en el hall del hotel con el hombre que ocupa mi móvil un par de horas diarias mínimo y mi cabeza unas cuantas más desde hace ya seis meses: "mañana desayunaré contigo" susurra en mi oído. Escalofríos me dan al entrar en mi habitación, sabiendo que él está una planta más arriba. Suena el móvil, hora y media de charla intranscendentemente transcendente, calor humano a través del teléfono que no se ha vestido de sexo jamás. He viajado por toda España junto a él, muy cerca sus labios de mi cuello siempre, con ese manos libres que ha instalado en el coche sólo para tenerme cerca y contarme cómo le gustan mis desplantes, mi lengua afilada, mi genio. Para deleitarse también cuando tiene sólo para él mi ternura o mi inocencia. También él me acompañaba a mí en mis viajes, compartiendo las calles que yo pisaba o el frío que sentía en mis huesos, porque él me los pedía acompañándome al móvil. Y de nuevo hablamos esta noche, por primera vez estamos juntos en la cama, en habitaciones separadas, eso sí. Sonrisas, risas y entendimiento, bromas, complicidades e intimidad a raudales. Tiene que agradecer a Movistar que le envíe esas facturas que le tienen que estar convirtiendo en cliente VIP, dice, y a la tecnología le va a poner un monumento, sin ella no me tendría en su vida "Voy a desayunar contigo mañana ... faltan unas horas nada más ya".
Cuelgo el teléfono abrigada por ese beso dulce que me ha dado bajando la voz. “Un beso princesa, soñaré contigo”. Intento que el sueño se lleve todas las dudas que siembran las palabras cálidas que esos ojos negros me dicen un día sí y otro también hasta hacerme suya y siendo sólo mías. Es inútil porque, sin haberlo conseguido, suena el móvil dos horas antes de lo previsto por todos los participantes en la reunión de trabajo para desayunar: "Tienes 15 minutos para bajar a desayunar conmigo o subo yo ahí con el desayuno".
Y bajé.
Y desayunamos perdiéndonos en el brillo de nuestros ojos. Se me resistió el zumo de naranja, empeñado como estaba en delatar el temblor de mis manos, así que se quedó a medias. La rosa fue a parar a la mesa de al lado antes de terminar el croasant, pero la lotería de la ONCE que él había comprado para mi cumpleaños y que nos iba a llevar a Vietnam, esa se repartió uniéndonos de la que firmábamos el documento de reparto del premio por la mitad.
No follamos nunca, que es la pregunta de siempre. Ni siquiera nos besamos.
Al menos nuestros labios no se juntaron jamás, pero juraría que algo más grave hubo. Aún recuerdo el tacto de sus palabras. Aún recuerdo las caricias de sus labios a través del móvil. Aún recuerdo, sí, que jugábamos a querernos como si nos quisiéramos ya desde hace tiempo, en silencio. Y a veces a creerlo.
Yo no tenía valor para nada más.
Cuando la adicción mostró su cara menos amable tras apariciones a la hora de comer en la puerta de mi trabajo viviendo como vivía a cinco horas largas de coche, me asusté lo suficiente para no atender sus llamadas, pese a que estaba en la cama de un hospital colgado, pese a que me necesitaba al otro lado del móvil más que nunca, pese a que se escribiera su número una y mil veces en la pantalla de mi teléfono. Porque yo también sentía la abstinencia, pero soy experta en resistir y aquel dolor en las entrañas que me incitaba a atender sus llamadas no pudo conmigo.
Hace unos minutos, alguien dijo que cuando un hombre dice que quiere desayunar contigo, es que quiere follar. No sé porqué, pero me he sonreído escuchando de pronto a mi memoria decirme con su acento catalán madrileñizado “Mañana desayunaré contigo”. Me pellizcó el corazón esta memoria mía cuando, disfrazándose con esa voz que no he vuelto a escuchar repitió "Tienes 15 minutos para bajar a desayunar conmigo o subo yo ahí con el desayuno".
Jamás intentó besarme siquiera.
No he dicho aún que estaba casado.

Glauka

15.2.06

14 DE FEBRERO, HUYENDO DE SAN VALENTÍN

Me escondí de San Valentín a las 12 de la noche, en una comisaría. La compañía de delincuentes juveniles repele al santo del amor lo suficiente como para que allí no me buscara siquiera. Así empecé el famoso día 14 de febrero de 2006, escondida entre mugre social, y escoltada debidamente por el Cuerpo Nacional de la Policía, quienes me protegieron de las flechas del angelito en cuestión, que hay que tenerlos cuadrados para atreverse a lanzarme flecha alguna en una comisaría, a ver si le abaten a tiros.
Continué mi recogimiento el resto de la noche, entre mis sábanas frías. No tuvo valor para acercarse a mí, no fuera que le escupiera como poco, que no está mi corazón convaleciente en condiciones de que le agujereen flechitas, ni juguetonas ni no juguetonas, porque todas, absolutamente todas las flechas, hacen pupa, y con la pupa, sangre. Y la necesito toda, hoy por hoy.
Tuve la suerte de que la mañana del catorce continuaba mi guardia, en sitios tan poco propicios al amor como los juzgados o la comisaría, así que continué mi huída del santito de las narices, porque no le gustan esos sitios, no son todo lo románticos que a él le gustan los escenarios para disparar su flechas, a él le gustan las playas a la luz del atardecer, las noches de luna llena, las cenas románticas a la luz de las velas, y en los juzgados ... como que no.
Tuvo un leve intento a eso de las 11:30, debió pensar que bien podía hacer un acercamiento vía sms, que la tecnología también pueden ser usada por el Amor en lugar de flechas, y allí, en el juzgado de Instrucción nº: 2, con el detenido explicándome lo inocente que era de los hechos que se le imputaban, intentó acercarse a mi corazón con un sms: “En 15 minutos tendrás 20 tunos con flores cantándote clavelitos jajajaja! No corras, es broma ;)” Menos mal que sabía con quien trataba y anunció que solo era una broma. Pero me sacó una sonrisa, casi ablanda esa piedra que tengo por corazón resistente a flechas y a anuncios empalagosos.
De vuelta en mi despacho un mail intenta ablandarme de nuevo, alguien se acuerda de mí: “te echo muchísimo de menos!!! Ya, ya, ya sé que no me crees, pero yo digo la verdad” (eso dice, ummmm, decido creerle sobre la marcha, es más reconfortante) y no es ni la policía ni las funcionarias de los juzgados de esta ciudad, me saca una sonrisa de esas que te dejan lo suficientemente boba como para que el angelito dichoso, de encontrarse cerca, logre su objetivo, y ¡zas!, herida de muerte o, dado el callo que tiene mi corazón actualmente, como mínimo lesiones de esas que dejan secuelas ... pero el “busca” suena saliendo en mi busca, y nunca mejor dicho, colaborando en mi huída desenfrenada de los dardos (porque en mi caso sólo pueden ser dardos) del amor dichoso. Con la policía urbana protegiendo mis espaldas del Cupido de marras por si acaso, un niñato que declara que todo lo que dicen en esa denuncia es verdad (extraño, pero declara que todo es cierto), veo en su expediente que Cupido no lo hizo precisamente bien con sus padres, que el efecto de la flecha no duró demasiado tiempo y hoy anda solo por el mundo con diecinueve años, después de que las instituciones le abandonaran a su libre fortuna (o infortunio) tras alcanzar la mayoría de edad ... al despedirse me dice que tiene que ir corriendo al Corte Inglés a comprarle algo a su novia, añade al ver mi cara escéptica: “Es lo único que tengo en el mundo” y me parte el alma, ni angelito ni leches, me parte el alma este crío de mirada tristemente profunda ... “díselo como me lo has dicho a mí y el regalo te sale de gratis.” Y Cupido debe estar usando su voz para continuar reblandeciendo mi corazón, porque me dice: “abogada, eres buena gente, me miraste de una forma especial ahí dentro, tu novio es muy afortunado”. Ganas me dieron de besarle en los morros, más que nada porque con lo de “tu novio” me estaba quitando un montón de años de encima, resta que luego remató considerando que aquí, la menda, llevaría poco tiempo en ejercicio, que soy muy joven.
Menos mal que me fui a mi casa a comer, que un día a la semana hay que comer sano, es decir, de los tupers de mamá ;), viendo en la tele (porque paso de comer en la cocina viendo los azulejos como Nicolás) a la sustituta de la Igartiburu, que estaba de celebración, para eso es la reina de corazones ¿no?
Continúa la tarde sin sobresaltos, bien protegida por mi empresa que colaboró en esto de la huida del angelico cargándome de trabajo, y así, parapetada tras un montón de papeles, cuando ya ni me acuerdo de que hoy anda un santo por ahi tirando flechas a diestro y siniestro, me llegó por el teléfono la voz de "mi otro yo que ya no lo es" durante unos largos veinte minutos que Cupido aprovechó para recordarme qué bien se está cuando alguien te apoya, porque el muchacho llama porque quiere saber cómo va ese asunto mío que me preocupa, y cuando le informo, él reacciona como lo habría hecho cuando aún era mi otro yo, y yo, sin darme cuenta casi, también, y saco la lengua a pasear, y hablamos como si fuéramos aún "los otros yos" del otro, me apoya con la misma virulencia, y para cuando me doy cuenta de que Cupido está jugando con algo más que flechas, ya me he emocionado indebidamente, ya estoy blandurria del todo, y rápidamente cuelgo el teléfono. Y lloré por ese tema que me preocupa, porque era eso lo que me hizo llorar a eso de las 7:05 de la tarde, no los recuerdos de lo que no tengo que el santo del día había conseguido por fin sacar a la luz del todo gracias a la llamada en cuestión, no. Esas lágrimas eran porque estaba algo preocupada con ese asunto, no porque de pronto me sintiera estupendamente bien recibiendo calor real, afecto real, de alguien que sabe que soy fuerte y esas cosas no me asustan, vale, pero por si acaso, ahí está dando lo que yo no me atrevo a pedir nunca. Nada que ver mis lágrimas con que quisiera verme para animarme, ni con que amenazara con partirle las piernas a ese que me ha metido en este lío, no, qué va, ni con que inmediatamente recibiera un mail suyo confirmando nuevamente que ya sé dónde está, y yo, estúpida de mí, por necesidad, me lo haya creído por un instante, porque yo sé que no es verdad que esté ahí. Esas lágrimas no asomaron porque me sintiera en la más absoluta indigencia emocional, de que me urja que alguien me quiera, querer a alguien también, pero hoy casi más que alguien me quiera.
Hoy, sí. Día de los enamorados o de San Valentín o de Cupido. Pero también mañana y pasado. Y la semana que viene. Y el próximo mes. SIEMPRE. Eso sí que sería un regalo y no una caja de bombones o unas flores o un perfume caro o una lencería de esas que me gustan a mí.
Hazme un favor, angelito de las narices: métete las flechas por el culo.
Déjame en paz, hazte un cursillo de tiro, con aprovechamiento, y hasta entonces, olvídate de mí, que algo tienes tú que ver con esta callosidad ulcerosa del tres que recubre mi corazón.

Glauka

P.D. 1: Si sacas con aprovechamiento el curso de tiro y tienes el valor necesario para acercarte a mí, y además aciertas (que ya me encargaré yo de esquivar tus flechas, tenlo por seguro), oye, que si trae bombones o flores tampoco pasa nada ¿eh?
P.D. 2: Menos mal que papá noel y un león de plástico decidieron cantarme aquello de "Gavilán o Paloma" al terminar el día y sacaron nuevamente mis lágrimas de paseo, pero esta vez, acompañadas de risas. Gracias, otra vez.

(Dedicado a J. por partida doble)
©Glauka-2006 14 de febrero, huyendo de San Valentín

11.2.06

MIENTRAS TE AMO


Díme tú si alguna vez has sentido
una fuerza secreta, éxtasis ardiente, amor rencoroso.
Todo el alma convertida en un nervio
esperándote y amándote,
y al tiempo, detestándote.
Todo el ansia y la sed de ti, en unos minutos,
poseídos por el demonio, murmurando fiebres sin tregua,
susurrando una infernal llamada a la venganza.
Toda la alegría de volver a temblar aguardándote,
convertida en angustia enojada,
en cólera enfurecida,
que oprime el corazón, y lo arruga, y lo despedaza.
Se crispan las lágrimas y brotan serenando dócilmente,
insinúan hipótesis fugaces,
buscando frágiles excusas que te disculpen,
anhelando la certeza de que no me burlas.
De nuevo entonces, me inunda un terror
con mil puños levantados,
señalando el reloj, donde las agujas
se mueven ajenas a mí.
Tú sigues siendo parte de mi imaginación
mientras pase el tiempo sin tocar mi vida
con tus dedos,
mientras esas malditas agujas
no se inmuten siquiera
por tu no existencia.
Un mordisco angustioso
transforma mi deseo en agonía convulsiva.
Los “tequieros” humillados
son terriblemente abortados poco antes de nacer.
Ahora arden las lágrimas
ansiando ser tu cara la que quemen,
y tus ojos los que se sequen.
Porque sólo existe este sentir.
Y sólo existe cuando te amo,
cuando arrasa dentro ese amor, hasta ser
un monstruo capaz de destrozar y aniquilar
lo que más ama.
Dime tú ¿conoces el odio?

Glauka

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8.2.06

EL TIEMPO DE AIKIO


Me lo ha dedicado, y es precioso, y me gusta que lo escriba así, y me gusta haberle inspirado, y me gusta que me lo diga, y me gusta que lo haya colgado en su blog y me gusta que lo leáis)


TIEMPO,TIEMPO QUE CORRE, TIEMPO QUE PARA,TIEMPO QUE MUERE ¿QUE ES EL TIEMPO? UN GRANO DE ARENA QUE CAE POR UNA BOTELLA? ¿EL MOVIMIENTO DE UNA AGUJA? ¿LA ROTACION DE LA TIERRA? EL TIEMPO ES UNA BRISA DE VIENTO QUE ACARICIA NUESTRAS MEJILLAS DEJANDO DULCES RECUERDOS, ES LA SONRISA DE UN BEBE (QUE NO ES OTRO QUE NOSOTROS) ES UNA NEBLINA EN LOS ACTOS PASADOS, ES UNA ARRUGA EN LA PIEL, UNA NUEVA FORMA DE PENSAR, UN SONIDO NUEVO Y UN NUEVO DOLOR, ES EL PELO DONDE NO HABIA Y LA RISA SOBRE ALGO QUE NO CONOCIAS.

ES EL ENCUENTRO Y LA PERDIDA, EL RETRASO Y LA PUNTUALIDAD, LA LONGITUD DEL PELO Y DE LAS UÑAS, DE LA BARBA DE UN ABUELO, LA CENIZA DE UN CIGARRO CONSUMIDO, EL TIEMPO EN CUESTION ES DINERO Y EL DINERO CUESTA TIEMPO, EL TIEMPO SON LOS COCHES Y LAS MOTOS, ES LA ALTURA Y EL GROSOR, ES LA PLAYA Y LA MONTAÑA, ES LA NIÑEZ Y LA INFANCIA, ES EL DEPORTE Y LA ELEGANCIA, NUESTRAS MADRES Y NUESTROS HIJOS, ES EL DUEÑO DE LOS LATIDOS DEL CORAZON.

EL TIEMPO ES EL SUFRIMIENTO, LA PREOCUPACION, LA RESPONSABILIDAD, LA FRUSTRACION, EL ALIENTO Y EL TALENTO, UNA BARRERA Y UNA ESPLANADA, UN DESIERTO, EL OLVIDO Y EL RECUERDO.

EL TIEMPO ES UN OASIS, UNA CARRERA, ES UNA PARADA Y UNA MARCHA, ES UN MECANISMO, UNA SOMBRA, UNA PIEDRA INAMOVIBLE, EL TIEMPO ES PERDIDA Y ENCUENTRO, TODO ESO ES EL TIEMPO.

EL TIEMPO ES: EL NACIMIENTO, LA MUERTE, LA ENFERMEDAD, EL REPOSO, LA CONSTANCIA ("ORO")MIGRAÑAS, ALEGRIAS Y ALERGIAS (QUE SE ESCRIBEN CON LAS MISMAS LETRAS) EL TIEMPO ES UN PENSAMIENTO, UNA IDEA, UN SENTIMIENTO.

TIEMPO ES LO QUE TARDAS EN ENAMORARTE Y ENAMORAR, EN LLORAR, EN SENTIR, EN CALLAR, EN VIVIR, EN DESCANSAR, EN AGOTARTE, EN RENDIRTE Y EN SEGUIR ADELANTE.

EL TIEMPO ES LO QUE TRANSCURRE: DESDE QUE PIENSAS HASTA QUE DICES, DESDE QUE DICES HASTA QUE SIENTES, DESDE QUE SIENTES HASTA QUE PIENSAS, DESDE QUE PIENSAS HASTA QUE SIENTES, DESDE QUE SIENTES HASTA QUE OCURRE Y DESDE QUE OCURRE HASTA QUE TRANSCURRE; POR QUE EL TIEMPO ES UN CIRCUITO CONSTANTE QUE NOS DA LA VIDA Y NOS LA QUITA, DUEÑO DE LA TIERRA Y EL SOL, DUEÑO DE LA LUNA Y LAS ESTRELLAS, DE LOS CICLOS DEL VIENTO Y EL MAR, DEL FUEGO Y LA SANGRE.

ES EL DUEÑO DE UN PARAISO AZUL EN EL QUE DESCANSAR EL TIEMPO QUE QUIERAS MIENTRAS TODO GIRA ALREDEDOR, DONDE RESPIRAR LENTAMENTE MIENTRA SIENTES TU CORAZON A LA SOMBRA DEL RELOJ.

DEDICADO A GLAUKA Y A JUANJO E INMA (QUE ESPEREMOS DUREN MUCHO TIEMPO)

AIKIO

6.2.06

MIEDOS

MIEDO.

Hacía tiempo que no sentía miedo, así, a secas. Porque llevo muchísimo tiempo sintiendo miedos emocionales, de esos que te asaltan cuando temes que alguien determinado haga cosas que te aterrorizan, o esos otros miedos que te ocupan entera cuando sabes cuánto puedes sufrir y no quieres que se acerque a tí de nuevo ese sufrimiento, y lo ves merodearte, de cerca, rondarte en las visitas que hacen a tu vida personas del pasado, o ideas de lo que iba a ser tu futuro y no es. Esos miedos que te producen vértigo y mareos y hasta estrujan tu optimismo cuando echas a faltar la persona que eras, que podías ser, que eres y no hay forma de recuperar plenamente.
Esos miedos que de un sólo bocado engullen toda tu vitalidad y alegría cuando algo bueno comienza a sucederte y temes sufrir si lo pierdes.
Pero esos son miedos racionales, son miedos justificados, basados en un hecho real, consecuencia del dolor, lógicos si quieres, que sabes que irás echando de tu vida porque para eso siempre les has vencido. Sabes, porque lo sabes, que se han atrincherado en tu vida porque tenían el terreno perfectamente abonado para crecer cuando vinieron acompañando a aquel año que decidió joderte la vida. Y sabes que están empezando a tenerte miedo ellos a ti, que andan buscando otro hogar en el que sentirte a sus anchas ya, porque les has vencido en muchas batallas, y la guerra apunta a tu favor. Han visto como arrancabas una a una las malas hierbas con que pretendían echar raíces en tu forma de pensar, de vivir y de sentir que pensabas y vivías, y han dejado de ocuparlo todo, sólo surge de vez en cuando alguna semillita dejando paso a una de esas malas hierbas, una de aquellas que no arrancaste del todo sin darte cuenta.
Pero has sentido miedo, en estado puro, de ese que no puedes controlar porque no está en tu mano arrancar hierbas ni vomitarlo por el inodoro, ni sacarlo de tus adentros en forma de ríos de lágrimas.
Alguien que quizás sólo casi quiere llevarse tu cartera, y queda en un casi y en un susto, nada más, te provoca ese miedo con el que no puedes hacer nada de nada, ese miedo que curiosamente, antes de que estos condenados miedos que conoces tan de cerca y a los que estás ganando batalla a batalla te tomaran como su prisionera, no encontraban abierta la puerta de entrada a tu vida. No te asustabas tanto. No te afectaban así porque tu eras fuerte. Resolutiva.
Quizás no haya sido el miedo a que te hicieran algo, te robaran, te pegaran o te violaran o cualquiera de esas cosas que no puedes controlar, con las que contabas antes y a las que hacías frente. Quizás sólo esos miedos a los que crees estar ganando aprovecharon que el miedo real apareció requebrajando un poco tu fortaleza y no la vieron más gorda para volver a entrar en ti y trastearlo todo, como no hace tanto. Probablemente hayan sido ellos quienes te hicieron pensar que de sucederte algo nadie te iba a echar de menos en un par de días al menos, quienes te susurraron con sorna al entrar en tu casa que nadie te esperaba con los brazos abiertos para terminar de espantar de forma definitiva a ese minimiedo que te ocasionaba esa situación ajena a ti. Puede que fueran ellos quienes hicieron temblar tus manos al cerrar con llave la cerradura de tu puerta blindada al tiempo que inundaban tus ojos al agradecer tan exageradamente aquellas palabras amables de los policías, casi seguro que fueron esos miedos los que salieron de su escondrijo provocando que buscaras desesperadamente unas palabras amables en esa ventanita por la que dejas entrar en tu casa a gente para que te acompañe últimamente por las noches, porque tú no lloras por eso, ni permites que tus manos tiemblen por cosas así, ese miedo que apareció ayer noche no es de los que te quitan el sueño y esta noche alguien se lo llevó lejos.
Sí, va a ser eso, que estos desgraciados que yo creía ya medio agonizantes revivieron con el aroma a “miedo” que me regaló aquel canalla en el portal de mi casa. Y pensé en cuando sabes que estás solo. (
http://spaces.msn.com/glaukamar/blog/cns!43D90DB842B15456!599.entry) Hace dos años hubieras entrado en casa algo alterada, pero sólo un poco, y un abrazo de aquellos que no valorabas tanto como hoy porque no había escasez, te hubiera dejado como nueva borrando toda alteración de tu cuerpo. Pero ayer deseabas ese abrazo más que nunca quizás porque sabías que no había ninguno en casa esperando por tí, porque hace ya ni recuerdas cuántos meses que nadie te abraza.
Pero a estos miedos los conozco, y sé con qué cartas juegan, ya somos viejos conocidos. A éstos se ganarles la batalla, ya lo he hecho antes. Puede que me hayan recordado que la victoria final está un poco más lejos de lo que yo pensaba, pero no consentiré que me engullan de nuevo, ni hablar. No debí creer que ya estaba todo ganado, debía recordar que aún estoy convaleciente y es fácil dejar que las bacterias y virus se instalen de nuevo, pese a lo poco que me gusta a mí eso de ser compasiva conmigo misma. Volveré a ser yo, así que ya se pueden ir poniendo las pilas. Ya saben como me las gasto cuando decido resistir. Ya saben que quiero ser la que no les conoce. Y voy a olvidarles, vaya que si lo voy a hacer. Tienen los días contados.
©Glauka-2006 Miedos

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3.2.06

IMAGINAS QUE TE IMAGINO

¿Cómo te imaginas que te imagino?
Te leo a través de las letras que tú decides escribir para contarte, así que eres tú quien da forma a la forma en que te veo, a golpe de abecedario.
Puede ser que lo que leo que eres sea el retrato de alguien que no eres pero que has decidido ser para mí, de algún modo, ese eres tú, porque lo has decidido tú, has decidido ser así al menos durante el tiempo que pasas conmigo.
Puede que tus dedos amordacen tus defectos intencionadamente, que los escondan bajo siete llaves porque no están orgullosos de ellos, pero ese tú que yo imagino sin esos defectos que me ocultas, también eres tú, porque has decidido que no participen en la parte de tu vida que transcurre junto a mí. Y a veces ocurre eso que te desazona, algunas de esas cosas que decides ocultar consiguen seguro escurrirse entre tus líneas, entre lo que decides escribir, incluso entre lo que decides que no salga escrito.
Puedes imaginar cómo me imagino yo lo que no leo, qué es lo que imagino que ocupa esos espacios que quedan en blanco pese a que los llenes con letras que callan, que imagines que termino encontrándote cada vez que te escondes en un engaño o en un silencio, pese a que no sepas nunca a ciencia cierta si he acusado el engaño o el silencio. Y puedes estar imaginando que imagino bien, que pese a que no te cuente lo que imagino, acierte imaginándote. O no, puede que imagines que las formas que tú me proporcionas tienen en mi imaginación otras dimensiones, otras características que no son las tuyas, que yerro al imaginar que te he encontrado cuando te has escondido de mí.
Puedes mentir cruelmente para engañarme, fingir, ser conmigo lo contrario de lo que eres día a día para sonreír con cada triunfo que crees conseguir cuando, observando desde fuera, imaginas cómo te estoy imaginando. Puedes mover las letras como piezas de ajedrez imaginándote con regocijo que mi imaginación se aleja muy mucho de quien realmente eres y que las últimas palabras que utilices para contarme cómo eres sean “jaque mate”.
Ciertamente mis ojos y su particular modo de mirarte también participan en esto del modelaje de tu persona, pero ellos sólo modelan la arcilla, las piedras y la arena que tú les proporcionas, sin eso, no hay nada que mirar siquiera. Puede que otros ojos con otro mirar distinto varíen las formas de tu imagen, sí, pero la materia prima y sus primeros bocetos están hechos por ti, con los materiales que decides aportar tú, y hasta con los que no decides aportar, con las formas sinuosas que tú decides que han de tomar ante mis ojos.
No te engañes.
El que he visto eres tú, es el “yo” que has elegido ser conmigo. De lo contrario no sabrías como utilizar el cincel, las letras o el tablero de ajedrez.
Tú eres el responsable de que te imagine como te imagino.
Y el único responsable de cómo te imaginas tú que te imagino yo eres tú.

©Glauka-2006 Imaginas que te imagino

2.2.06

MUJERES, TRABAJADORES DE SEGUNDA (IV)


En general podemos decir que la revolución femenina es uno de los grandes avances del siglo XX. La incorporación de la mujer al mercado de trabajo ha trastocado las bases del sistema patriarcal, que tradicionalmente alejaba a la mujer del proceso productivo y la relegaba a un exclusivo papel de reproducción y educación de las nuevas generaciones de trabajadores. Esta función de reproducción se realizaba en el marco de la familia. De ahí que la división del trabajo haya encerrado a la mujer durante siglos en el estrecho contorno de las cuatro paredes del hogar. Este modelo, ha empezado ha empezado empezando a hacer aguas hace años, y ahora está encharcado por completo. La incorporación masiva de la mujer al mercado laboral conlleva cambios en la relación familiar e incluso en la propia concepción de familia, surgiendo nuevos modelos familiares, desconocidos hasta ahora, pero tan válidos como cualquiera otro. Asimismo, determina una nueva forma de ver el sexo como disfrute y gozo y no exclusivamente como medio para la procreación. La mujer ha descubierto el sexo, como medio de disfrute propio, y no solo como medio para provocar placer en otro. La emancipación económica que proporciona el trabajo le permite afrontar su propia vida con más seguridad, confianza y libertad, sin dependencias externas. Véase por ejemplo, como en zonas subdesarrolladas en las que hasta ahora habían sido infructuosos todos los intentos de ayudarles con entregas pecuniarias a los varones, (Mozambique, la India, etc) resulta que al cambiar al destinatario, esto es, entregando ayudas para la creación de pequeñas empresas a las mujeres, no sólo las empresas funcionan y las familias que las trabajan han mejorado su calidad de vida, sino que además, se ha producido un brusco descenso de la natalidad. Recordemos que en estos lugares las mujeres tenían un hijo tras otro, porque eran el orgullo de la familia, el varón tenía que tener cuantos más hijos mejor. Sin embargo, ahora que las mujeres tienen cierto poder económico, deciden que no quieren tener diez hijos, que quieren trabajar, y darles lo mejor a los que puedan tener. Ahora pueden tomar los medios anticonceptivos que durante años les han facilitado las ONGS sin éxito alguno sencillamente porque en su casa "mandaba" el varón.Sin embargo, cada vez que las mujeres experimentan avances sociales, tienen que afrontar también retrocesos importantes. La mujer hoy se ve asaltada diariamente por una dañina presión sociocultural y estética que potencia un ideal de belleza escuálida e irreal, en favor de los llamados cuerpos diez. La estrategia mediática consiste en un continuo bombardeo realizado en dos etapas sucesivas y continuas. En un primer momento, se fomenta, mediante los concursos de misses, las pasarelas de modas, etc, un modelo de mujer extremadamente delgada que se asocia al ideal de belleza femenina. En una segunda etapa, mediante la publicidad, se ofrece a la mujer insatisfecha consigo misma la posibilidad de parecerse a ese modelo de belleza establecido mediante un pequeño desembolso económico. El resultado de este proceso es doble: en primer lugar, millones de mujeres mantienen un odio a su propio cuerpo y una obsesión por la imagen, lo que crea inseguridad y falta de confianza; en segundo lugar, conforme aumenta esta obsesión se disparan los sacrosantos beneficios de la industria cosmética y quirúrgica de la belleza. Para lograr ese ideal de mujer diez potenciado por esta macabra industria de la belleza, muchas mujeres se someten a regímenes de adelgazamiento basados en dietas de hambre y píldoras dietéticas, absolutamente nefastos para la salud. Cuando es evidente el fracaso de los mismos se recurre a operaciones de estiramiento de piel, liposucciones, tratamiento con láser, etc. Todo vale con tal de paliar los disgustos que da la báscula o el pavor al verano con la celulitis al aire libre. En definitiva, el sistema contrarresta las conquistas de la mujer con una nueva y moderna esclavitud de la imagen, donde se hace dinero con nuestros cuerpos gracias a los complejos que este entramado industrial logra desarrollar en las mujeres, al definir como feo o como enfermedad algo que es constitutivo de nuestros cuerpos sanos, convirtiéndolo en fuente de sufrimiento y de tortura; en objeto de consumo y lucha sin fin contra nosotras mismas. Muchas trabajadoras gastan una considerable parte de sus ingresos en las necesidades artificiales creadas por la publicidad de la imagen. No es que estén locas; simplemente siguen las normas escritas y no escritas de las exigencias sociales y laborales. Se necesitan muchos billones de pesetas para sacar publicidad, revistas de moda y todo el lavado de cerebro necesario para convencer a las mujeres de que estén en guerra consigo mismas. La propaganda comienza cuando la mujer es muy joven. Mantener el odio al propio cuerpo y la obsesión con la imagen proporciona enormes beneficios, a la vez que imbulle en las mujeres una enorme desconfianza en sí mismas que contrarresta su espíritu de lucha. Los estudios sociológicos sobre esta cultura de la delgadez han demostrado que las chicas jóvenes son especialmente sensibles a los modelos sociales establecidos. En una encuesta reciente realizada en el Reino Unido, sobre 30.000 jóvenes de entre 9 y 16 años, sólo un tercio de las chicas estaban conformes con su peso. Más del 60% quería adelgazar. También, la reacción social negativa que se burla de la apariencia de las personas, puede favorecer el desarrollo de disfunciones relacionadas con la imagen corporal y los desórdenes alimentarios. La moda dominante impone un prototipo femenino que no se corresponde con el modelo natural y anatómico de la mayoría de las mujeres. Esto está ocasionando problemas de salud en muchas mujeres. Se estima que la anorexia afecta al 1% de las jóvenes de entre 12 y 30 años (en los varones la proporción es 10 veces menor), y en el caso de la bulimia esta cifra se multiplica por cuatro. Una de cada cinco adolescentes está en situación de riesgo de padecer anorexia, mientras que el 30% de las personas que la sufren no llegan a superarla. Es la paradoja: mientras millones de personas mueren en todo el mundo por no tener nada que echarse a la boca, otras tantas mueren en vida por un odio tenaz a la comida (muchas veces, causado por miedos más profundos). Vivir a gusto con el propio cuerpo es difícil, sobre todo en edades tempranas, debido al martilleo publicitario que sufrimos diariamente. No obstante, las mujeres tendremos que definir nuevos conceptos de belleza que nos liberen de las imposiciones de la moda y la publicidad, asumiendo una actitud crítica y de rechazo hacia toda acción que tienda a descalificar nuestro cuerpo. Tendremos que romper el pensamiento único que promueve esa industria que explota nuestra inseguridad, exigiendo diversidad de modelos femeninos en la publicidad (delgadas y “más rellenitas”) y promoviendo una alimentación saludable, sin vincularla a los estereotipos de belleza física. Tendremos que despertar del letargo y darnos cuenta de que se trata de un medio nuevo para tenernos controladas, toda la inseguridad provocada por esos temores siempre nos hará perder puntos en otras áreas de nuestra vida, y todo el tiempo desperdiciado inútilmente por ser como las de las revistas (recordad, también salen chicos y ellos no sienten en absoluto la necesidad de parecerse a ellos) es tiempo no empleado en algo más productivo.
Glauka

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