31.8.06

Respuesta de Pol: juro que sólo le mandé un beso!

No se que ha sucedido esta mañana, abrí el correo entre la penumbra de la persiana que anoche dejé bajada en el despacho de casa, recién salido de la ducha y a mi aire, ligerito por estar solo en este final de agosto (sí, con esas gotitas del agua que nunca logras secar y se escabullen por la piel de manera dispersa en hombros y espalda, y alguna en el torso).
Hasta ahora que no he podido reaccionar y llegar al despacho profesional, creo que ha sido algo paranormal... pero ¿a quién se lo voy a explicar?, se creerán que estoy loco. Bueno, tú seguro lo entiendes.
Se abría el correo de una tal Glauka cuando un golpe caliente de aire parecía quemarme los labios y me empujó contra la pared. El calor rodeo el perfil de los mismos, los impregnó de algo parecido al beso, pero mucho más intenso, los separó sin dificultad y violó mi cavidad bucal dónde sometía a mi lengua a extrañas sensaciones humanas. No podía moverme, las gotas de agua de la espalda, las que bajaron con el repentino empujón hasta la grupa de los glúteos, se secaron de inmediato contra el yeso de la pared. Mis manos estaban atadas sin ataduras, mis piernas también, y el calor se esparcía lentamente bajando por mi garganta, inundándolo todo a su paso, presente en todos sus anteriores pasos. No sentía miedo, no creía deber tenerlo, pero estaba intranquilo por no saber que sucedía. El calor suave se deslizó sobre la órbita de los ojos y cerró mis párpados. Ha sido entonces que he sentido como si alguien me tomara por las muñecas y me levantara los brazos, cómo alguna delicada presencia impedía el movimiento de mis piernas con las suyas, mientras otro calor, distinto al que surcaba en el interior de mi pecho en búsqueda del vientre -camino hacia el pubis-, ha sellado mis miedos con sus labios. Carnal era su presencia y yo no podía verla, turgente su beso y húmedo, muy húmedo de algo distinto a la saliva. Creo que era de deseo.
La piel me ardía por dentro y por fuera, plagado de ese desconocido y raptor suceso. Algo me sujetaba las muñecas y esparcía una pasión que lamía mis hombros, que descendía por el pecho. Algo paranormal debería ser cuando, sin dejar de percibir su agarrar mis muñecas, he creído sentir unas manos de mujer moldeando mis músculos sobre la piel. Una tortura sofocante, viajera hacia la entrepierna a hallado la evidencia masculina de mi ser. Unas manos deliciosas han alternado fríos y calores, mientras yo seguía caliente por dentro, entonces un halo vaporoso y aterciopelado se ha ido apoderando de mi carnal excitación. Realmente ha sido extraño, me ha parecido ser abducido por un deseo lejano de alguien desconocido. Y si digo alguien es porque esa presencia fantasmagórica -por su no concretar ante mis ojos su forma- ha sido capaz de transmitirme una presencia femenina, quizá soñada, quizá deseada, quizá conocida. Sí, digo femenina y con razón. Una piel de hombre no puede ser tan suave ni depilada, la piel de una mujer es muy distinta de calor cuando se une al componente que la incendia. Pero sobre todo, además del tacto de sus yemas sin prisas y conocedoras de la sumisión de un servidor -porque ya no era nadie más que su esclavo- le ha delatado la manera de pasear sus pechos contra mi pecho. Me ha parecido estar sangrando de heridas con la afilada y punzante excitación de unos pezones. Después ha sido distinto, todos sus senos se han aplastado contra mí, rebosando pordonde podían, navegando por el sudor que tanto calor me ha producido. Luego... para ese luego no sé que palabras usar. Esa presencia-mujer se ha apoderado de mi razón sometida y de nuevo me ha envuelto, con sus brazos, con sus piernas, con todo su cuerpo que parecía tan real, con su boca pegada a la mía, besando, lamiendo, gimiendo rogando e incluso llorando de alegría mientras se hundía en mi única manera de liberarme.
Puede que fuese una presencia soñada, una fantasía del que ya enloquece en la realidad y ha logrado escapar a esos otros mundos que existen, que están y no estamos en ellos. Sea como sea, esa extraña pero nada temible aparición que mi sinvisión veía me ha hecho el amor de la manera más prolongada que jamás hubiese imaginado. Cuando se ha ido he quedado inmóvil, sin abrir los ojos, sintiéndola incluso sin estar, desnudo como estaba y pegado a la pared. He mirado las muñecas y allí estaba la marca de sus dedos. He olido el ambiente y olía a ella, a su perfume, a su sexo de embrujo, a su mitológica naturaleza.
Me he estremecido.
Así es como hoy te he sentido, más cercana que nunca.
Pol Ten Bock
(con el consentimiento del autor)
MORALEJA: NUNCA OLVIDEN BESARSE
(lo que sucede en nuestra imaginación también sucede)
BESO

Etiquetas:

30.8.06

Si necesitas Socorro ... pide Fuego

"9) Grite FUEGO!
En cualquier situación de peligro, en el caso que tenga que gritar, grite siempre "¡FUEGO! ¡FUEGO!" Acudirán muchas más personas (curiosos).
En el caso que su grito sea" ¡Socorro!" la mayoría de las personas se abstiene, seguirá su curso sin prestarle ayuda, por miedo."
Recibo un mail de alguien que me quiere bien con diez consejos de la Policía Federal Argentina - Prevención del delito - para evitar violaciones, y quedo grapada, literalmente, al consejo nº: 9.
Ahí lo tenéis.
TERRIBLE. SIN PALABRAS.
Glauka

29.8.06

¡ESO ES MENTIRA!

Eso no es verdad
Y empezó el comienzo del fin. Del fin de mi confianza en ella claro.
Los niños salen por la barriga, eso me ha dicho mi mamá, hace poco además, que tengo una hermanita y unos cuantos primos pequeños, y mi mamá nunca miente.”
La cagué. Sí sí, la cagué porque con la mayor de las autosuficiencias dije eso a la Srta. Esther, en pie, ante la mirada sorprendida/alucinada de mis cuarenta y un compañeras de clase, con algo más de seis años.
Al parecer no había tenido suficiente cuando, un par de meses, antes tuvo lugar la misma situación, en aquella ocasión fue un
Eso es mentira
Dicho ante la misma mirada atónita de cuarenta y un crías y dedicada a la misma Srta. Esther, naturalmente también en pie, no iba a ser menos, cuando tuvo la tremenda osadía de borrar de un plumazo a los buenos de Melchor, Gaspar y Baltasar.

Mi mamá me ha dicho que los reyes magos vienen a traernos regalos a los niños buenos el día de Reyes y que se llaman Melchor, Gaspar y Baltasar, y mi mamá, nunca miente

El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Pero no tres. Hice el mayor de los ridículos, supongo, en ambas ocasiones, pero nunca mais, debí pensar entonces, porque opté por no confiar nunca demasiado en su palabra.
Aparté esa piedra concreta de mi camino para no tropezar más con ella.
Pero mi actitud no cambió, por desgracia, y era eso lo que tenía que cambiar y, esa maldita actitud, continúa conmigo desde entonces.
Y nuevamente entonces, por creer que no debía creerla, la cagué.

P.D. Fue duro aquel curso con la estupenda Srta. Esther, ahora que recuerdo, estoy segura de que ella tampoco se olvida de mí. (Mira en qué me haces pensar
Bito)
© Glauka 2006 ¡Eso es Mentira!

28.8.06

Aute de fondo

Nada más entrar en mi casa, (por cierto, que bien que huele esa pasta que has preparado), ya te reíste, porque se me veía en la cara que estaba exultante ... celebraba la posibilidad de llevar un tema muy importante para mi, sabes que eso me pone eufórica ... anda que como cambien de idea a ver qué hago para levantarte el ánimo entonces ... ni caso, seguí tonta ... haciendo planes vehementemente, como hago planes siempre que me miras tú .... es que también me gusta verte sonreir, mucho, y sé que cuando se me escribe en la cara alegría te sonríes, y hay que aprovechar ...y entonces puse música, a Shakira, algo movido, y bailé, no me seguiste poque tú no bailas, bueno hubo un rato en que te dejaste enganchar y zarandear por mí, pero eso no fue bailar, no creo vamos. Canté, grité las letras (mira que canto mal) pero a ti te hacía gracia, esto debe ser como escuchar a Tamara la mala te dije ... y te doblabas de risa ... anda, ven ... vamos a cambiar la música que yo esto no lo bailo no, no, no ... y pusiste a Aute, para que calmara la tempestad, creo, o tal vez para tenerme cerca, porque te acercaste y me abrazaste, y bailaste, sí, bailaste abrazándome, no lo niegues, que bailaste te digo, lento, pero bailaste.

Me susurraste, con voz queda, lo que suena de fondo ....

Estoy aqui a tu lado
para que no tengas miedo, el miedo de estar solos,
solos en el universo ...
... hundida entre tus brazos, yo, seguí....

no me hace falta la luna, ni tan siquiera la espuma

me bastan solamente dos
o tres segundos de ternura ...

Tenías razón, era mejor Aute.
Fue entonces cuando me rompiste con un beso.
©Glauka-2006 Aute de fondo

25.8.06

GRACIAS

Hoy estoy ñoña. Sí, ñoña, ¿qué pasa?
Hoy estoy ñoña, pero además, agusto con mi ñoñez, quiero decir, que no estoy con esa ñoñería que hace saltar las lágrimas raudas y veloces o que te respiga la piel tan frecuente y habitual, no, hoy, por fín la ñoñería no me impide hacer o decir cosas, si no que me me va a servir de motor, o eso, creo vamos, ya veremos si termino o no termino el post.
Quería daros las gracias a todos. No por estar ahí, en general, eso ya lo sabéis. Quería daros la gracias, pero no podía hacerlo sin esos mocos acompañándome y esa emoción enrojeciendome los ojos, por algo concreto, muy concreto: por estar ahí cuando me ofusqué y,
sangrando por la herida, me dio por declarar intenciones y todo.
Gracias por las palabras, por todas las palabras escritas y hasta pensadas aquí y en privado.He llorado leyéndoos como me hacía falta, supongo, llorar, igual gracias a eso es que esta ñoñería de hoy no es lacrimógeno-mocosa, como es habitual en ella cuando me secuestra.
Gracias por los consejos, por el aliento, por los abrazos, por las risas, por el dolor compartido, por las flores, por la información, por las copas, por los hechizos, por los besos, por las intromisiones, por las similitudes, por los chapuzones, por los buenos deseos, por los versos, por las aletas, por los “por favor”, por la mirada desde lo alto y por la empatía, por el tiempo regalado, por las invitaciones a barbacoas, por los bailes, por los ofrecimientos, por las llamadas, por las caricias, por respetar mi furia iracunda ocasional sin juzgar …

Y por las semillitas, que no se me olviden las semillitas. Está escrito. Estáis fichados.No os podréis echar para atrás cuando solicite colaboración. Estáis más de uno en la lista, que lo sepáis.
Glauka
P.D.: Me oyó agradecer sin contar con ella y a medio post, la emoción, vino a empañar mi visión, pero ya pasó.

Etiquetas:

22.8.06

JUGANDO CON FUEGO (continuación)

- Nooooo, sólo jugaba -le guiño un ojo, pero no cuela, y pierdo el control de la situación. No hay nada que me descoloque más que perder el control de la situación. Y veo en sus ojos, adivinados tras las gafas, que lo he perdido.
- Yo también puedo jugar - me asusto - y si yo quiero jugar tú no tienes más narices que seguirme el juego ¿Es eso lo que quieres?
- ¿Qué pasa que ahora vas a ejercer tu autoridad? - no me callo ni bajo el agua, que mira que estoy guapa callada, pero no, tengo que envalentonarme, no puedo dejar que me ganen no, tengo que hacerme la valiente cuando estoy acojonada, porque estoy acojonada, este no es el IM PRE SIO NAN TE que yo conozco, vale que el aplomo sí, la tranquilidad o seguridad que siempre exhala, pero no esto, no, esto no es lo habitual en él, que soy yo la que domina la situación siempre con él ... o eso creo.
-Ven -dice abriéndome la puerta del coche, dulce pero firme.
- Pero ... -se olvidan de mí la autosuficiencia y la chulería - pero ...
- Que vengas Glauka -su mano tendida recoge la mía y salgo del coche, o me saca, no sé. Me gira.
- ¿Es esto lo que quieres? -se supone que me está cacheando, y yo muriéndome de vergüenza a la vez que de gusto, sintiendo sus manos deslizarse sobre mis costados, bajar por mis piernas, subir ¡Dios! subir entre mis piernas, deteniéndose, menos mal, para abrazar mi cintura y sumergir sus manos bajo mi blusa para acariciarme el vientre, como parte del cacheo.
Que son las dos de la tarde en una carretera de Castilla, que vendrá cualquier coche, que verán que esto no es un cacheo a la habitual usanza, que me estoy muriendo de gusto, que quiero que olvide sus manos en mis pechos en cada pasada sobre ellos que insinúaperonadamás, que huele a feromonas el ambiente a lo bestia, que no quiero pensar en qué está pasando aquí.
No puedo articular palabra, mejor me callo, dicen que el silencio otorga, “por favor, que lo entienda así” Dejo caer mi espalda sobre su pecho, levemente, cerrando los ojos mientras me repito en silencio “por favor, que lo entienda así”. Están quietas sus manos sobre mi vientre. Su calor se confunde con el mío a esa altura, y el que deseo en su pecho, me quema la nuca y los hombros. Susurra besos que no llegan a acariciarme el cuello pero que lo doblan en medio de un escalofrío. Sus manos aprietan mi vientre hacia él y mis lumbares comprenden que no soy la única que está a mil: lo ha entendido así.
Sus piernas llevan las mías abrazadas junto a los árboles. Con cada paso se derrite más mi cuerpo, se erizan más mis vellos, se aprietan más mis carnes al uniforme que viste a quien me guía con firmeza. Me empuja y yo me dejo empujar enterrada entre aquellos brazos y aquellas piernas que me aplastan contra el muro que este IM PRE SIO NAN TE tiene por cuerpo.
Ya bajo un pino, aquellas manos aprovechan la quietud de las piernas para bordear mis costados hacia arriba, acariciando mis pechos amenazantes de desbordamiento ya, guardándolos dentro de las palmas que los ciñen sin oprimir lo deseable por ellos, tropezando tan sólo con unos prietos pezones que pretenden agujerear el encaje que los cubre, antes de atreverse a entrar bajo ese bordado que adorna mis pechos, tímidamente.
Me culebrea la espalda al sentir las yemas de sus dedos entrar bajo el encaje y aproximarse a mis pezones, ese roce bajo el elástico que ajusta el encaje y el bordado a mi pecho obliga a mi espalda a arquearse, disfrutando de no ser la única revolucionada, porque ahí donde mi espalda se ha arqueado, ahí donde grita que quiere más calor de su cuerpo, está lo que mis humedades sueñan ya con empujar dentro, muy adentro.
Iza mis brazos lamiéndome el cuello, y yo, me muero. Sin más. Cierro los ojos porque no puedo hacer otra cosa mientras me estoy muriendo de gusto, de ganas, de vergüenza, de deseo, y hasta de miedo, porque ha dejado mis manos unidas a una rama con sus esposas, y ni siquiera he sentido el frío metálico rozarme. Me abochorno de ese respirar agitado mío que presiento porque se eleva mi desabrochada blusa, la misma bajo la que mis pechos luchan por salir, que yo los veo cuando bajo la vista para oscurecer la imagen de mis manos sobre mi cabeza unidas a la rama por unas plateadas esposas, que su luz agudiza mi ansia de más y no puede ser. Y cierro lo ojos, vaya que si los cierro, sigue siendo porque me muero de ganas, de vergüenza, de deseo, y hasta de miedo, pero esta vez me muero más de deseo que de miedo.
Pasan sus grandes manos sobre mis pezones respigándome la piel entera y fundiendo mis ganas que inundan mi entrepierna, y yo, lo siento. Creo que él lo sabe también, porque derrocha esa serenidad, que emana siempre, con sus manos en mis pechos, con sus labios en mi cuello, acariciando y respirando, lento. Una mano que desciende por mi vientre termina por colarse bajo mi falda y es la vergüenza entonces la culpable de que me siga muriendo, porque sabrá que estoy encharcada, que aquello no es humedad, no, que olerle junto a mí y cuatro caricias han bastado para dejarme morir licuada por la excitación.
Pero se ofusca hasta la vergüenza cuando me arranca un gemido con sus dedos que no deseaba regalarle, no me importa que resbalen una y otra vez contra mi piel ardiendo, que se hunda entre mis aguas pidiéndome más, más señales de que era eso lo que yo quería.
- ¿Era esto lo que querías? – y ya he dicho que me muero, pues eso, que sigo en ello mientras susurra en mi oído antes de engullir el lóbulo izquierdo. Ni contesto, sólo me agito y me estremezco entre sus brazos, sintiendo su cuerpo tras el mío, regalándole las súplicas que desea oír con cada suspiro. Arrastra sus manos por mi cuerpo y con ellas, mi deseo hasta el centro.
Acaricia mis caderas bajo la falda, le estorban mis bragas el escaso tiempo que tarda en dejar mis nalgas al descubierto, perdiendo sólo de vez en cuando algún dedo entre ellas, y yo abro las piernas, busco esas manos para hacerlas prisioneras entre ellas y cuando creo que ya son mías se escabullen sin que yo pueda hacer nada por evitarlo. Mis manos siguen ahí, en alto, restregándose inútilmente contra el acero y la rama, luchando por tocar su cuerpo, por aferrarle contra mí. Y me desespero.
Es el aire cálido de su aliento el que se ofrece, tímido, como prisionero para mis piernas, frente a mí. Se asienta entre ellas repasando el terreno en el que continuar prendiendo fuegos, sólo su aire, y de vez en cuando, un beso. Y mientras su aire me quema, alza bruscamente mis piernas sentándome sobre sus hombros, acercando ya mucho más que el aliento. Repasa todos los límites y pliegues de mi sexo con una febril lengua, a veces dura, a veces grande, a veces suave, a veces hambrienta. Chapotea entre mis jugos y sus salivas mezcladas ya entre mis piernas de forma definitiva, escurriéndose arriba y abajo, hundiéndose por sorpresa hacia adentro de tal forma, que es imposible no seguir regalándole jadeos y algún que otro grito, porque ya lo he dicho antes: me estoy muriendo.
Cuando comienza a beberse despiadadamente toda la mar que ha surgido entre mis piernas y a comerse las brasas que se reproducen de forma constante inflamando toda mi piel, sus brazos escalan vientre arriba anunciando que aprisionarán sus manos, a tientas, mis pechos, y retiemblo justo antes de que comience a palpar, suave y firme al mismo tiempo, buscando los pezones erectos que están deseando ser aprisionados entre sus dedos. Y se cierra el cielo entonces, aunque sean las dos de la tarde, porque no puedo evitar que el sentido decida huir de los lametones que empujan fuerte queriendo más fuego y los tactos son duros en aquellos dedos que abrazan mis pezones, resbalando sólo sobre ellos cuando lo que quiero es que los despedacen, cuando mis manos quisieran soltarse y contarle cómo es que necesito que los derroten, los haga desaparecer mientras yo me muero. Aprieto su cuello entre mis piernas, fuertemente aprieto, mientras sus carnosos labios se queman contra las carnes encendidas de mis labios una y otra vez, chapotea hirviendo su lengua también al ahogarse entre mis piernas, mientras me balanceo sobre sus hombros al ritmo creciente que impone su cabeza y que acelera la desaparición del oxígeno en este pinar.
No veo ni quiero ver, no siento ni quiero sentir, sólo sé que muero, ya no de vergüenza o miedo, no, ahora solo de ganas y de deseo. Y me dejo morir, me dejo carbonizar por aquel fuego que me arrasa en oleadas y sacudidas que le regalo sin importarme ya que lo sepa, porque creo que sí, que esto es lo que quiero.

©Glauka-2006 Jugando con fuego

Etiquetas:

21.8.06

JUGANDO CON FUEGO

¿Os imagináis a un guardia civil de tráfico, con su chaleco reflectante y todo, hasta con su casco, mirándoos a través del espejo retrovisor de vuestro coche? Pues eso es lo que me pasó a mí.
Bueno, igual no me miraba, igual sólo lo imaginé, pero a ciento treinta y nueve kilómetros/hora iba yo tan confiada, que a esa velocidad es a la que aún no saltan los radares, canturreando todas y cada una de las canciones de Pastora cuando un amarillo fluorescente me deslumbró por el espejo central de mi Mazda 3, y oye, que cuando miro hacia el lugar de ese color cegador, que siento que me está mirando a mí, no a mi coche, no, a mí, el guarda de las narices, y que me da algo así como subidón o yo qué se qué.
Ni se me ocurre disminuir la velocidad, que critico yo eso que hace todo el mundo en cuanto ve a un guardia lo suficiente como para llamarme cobarde a mí misma por el resto de la eternidad, así que sigo ahí, al borde de la ilegalidad, que tiene su punto eso de que sepa el guardia que tú sabes que no le salta el radar, se ponga como se ponga, y a ver cómo carajo va a probar los hechos si trata de multarte. Y vuelvo a mirar por el espejo, y ahí sigue el casco ese, y bajo él, las gafas de sol, y esa moto ... y que me da como gusto, y no entiendo muy bien porqué, la verdad. Justo entonces, me rebasa, pasa a mi lado, ni miro claro está, pero hace una pasada extraña en la guardia civil, de lado a lado de la carretera, se contonea en la moto como unas caderas femeninas bailando la danza del vientre. Y vuelve el gustazo a colarse entre mi ropa.
Cierto calor asciende de mi vientre inundándome la cara porque ni yo misma me lo creo, no puede estar dedicándome todo esto, y mucho menos aún, puede estar causando efecto, que a mí los uniformes no me ponen nada. Y mientras sigo los contoneos de la moto con el chaleco flourescente sobre ella alejarse en su danza del vientre sobre el asfalto humeante, que hace un calor de narices, voy volviendo a mí.
Cuando casi se me ha olvidado el incidente, en una curva veo la moto parada a la derecha haciéndome señas ... voy a tener que parar, tal pareciera que haya adivinado que yo he adivinado que me miraba a mí, que bailaba para mí, asi que, mientras reduzco la velocidad, intento controlar el corazón desbocado que temo llegue a oír.
- Buenos días.
- Buenos días, ¿algún problema? - contesto con la mejor de mis sonrisas.
- ¿Glauka? - no puede ser, que yo no conozco a guardias civiles - ¡Hola Glauka! - consigo ver una sonrisa dibujada en esos labios, que son lo único que puedo ver bajo aquel casco, remotamente humano.
- ¡Hola! - logro a duras penas decir, asombrada porque reconozco la voz del IM PRE SIO NAN TE en aquel cuerpazo vestido de uniforme que me está poniendo cardíaca de nuevo. (Esos brazos, son tremendos brazos, lo sé, no se verán, pero yo lo sé)
-¿Se puede saber porqué le pisas de esta manera? - sonríe el condenado como ahora ya sí recuerdo que sonreía el IM PRE SIO NAN TE.
- Pero ¡qué dices! Si no llego nunca a ciento treinta - miento descaradamente, y él lo sabe.
- Ya ya, te parecerá poco eso. Y eso es bastante más de lo permitido, el tope son ciento veinte, es más, en esta carretera, cien.
- Ya hombre, pero no pasaría de ciento veinte, no me fijé mucho la verdad, pero no creo que pasara de ahí ...¿o sí?
- Sí que pasaste sí, ibas a 139, justo el límite ese que sabéis todos los conductores como infranqueable para los radares ... que ahora ha bajado a 133, por cierto. -Estoy segura de que me ha guiñado un ojo, no lo he visto, pero lo sé.
- Vaya! Pues ni idea. -¿qué coño quiere que le diga? Ya tengo bastante con el bochorno de que me vaya a multar EL, precisamente, EL, como para encima seguir entrando en calor mientras me pone la multa.
- Bueno anda, por ser tú vamos a hacer como que no ha pasado nada ... ¿que vas en busca de sol? - es increíble, como si tal cosa ha dejado de ser un agente de la autoridad, realmente, no es fingido, es el mismo IN PRE SIO NAN TE con el que tropiezo tantos sábados noche y que me transmite esa serenidad que me trastorna.
- Sí claro - sonrío al tiempo que un rubor que tiene que estar viendo por narices, me recalienta de nuevo, arden mis mejillas casi tanto como mi entrepierna - ¿Te vienes?
Sorprendido se quita las gafas de sol ¡Qué ojos tiene! Si va a ser verdad que es IM PRE SIO NAN TE, y hoy, más, no me preguntéis porqué.
- No puedo, qué más quisiera, estoy de servicio - balbucea clavándome la mirada oscura - pero eso ya lo sabes -añade al encenderse de nuevo la mirada -¡Vaya morro que tienes!
-No sé, los servicios pueden ser más o menos entretenidos, tú sabrás -cuelgo en el aire la duda con mi entonación. Asombrado, un poco nervioso, se acerca a la ventanilla y se me alborota la sangre.
- Está bien este coche, no lo había visto antes.
- Sí que está bien sí, es cómodo -antes de terminar la frase, ya me he arrepentido de ella.
-Siempre jugando ¿eh? Tienes un valor ...
- ¿Yo? ¡Qué dices!
- Sí -y esa tranquilidad que le adopta siempre y que me deja fuera de combate siempre que hablamos, me sonríe desde el fondo de su sonrisa - Un día te vas a llevar un disgusto como alguien te siga el juego.
- Anda ya! - mi voz me delata - Es un juego inocente, nada más, hay que darle gracia a la vida o te mueres de aburrimiento.- Sigue frente a mí, agachado junto a mi ventanilla.
- Un día me vas a pillar de humor y verás ...
Me río. Se ríe. Que me voy ya, que tengo prisa, que no corras, que tengas buen finde, que tú también. Y arranco. Y salgo carretera adelante, pero clavando los ojos en el retrovisor cada cinco minutos: ahí está ese chaleco reflectante que me está poniendo a mil desde hace ya rato, con él, dentro.
Acelero, acelera.
Freno, frena.
Vuelvo a acelerar. Vuelve a acelerar.
Subo a ciento veinte, a ciento treinta. Y ahí sigue.
Presiono el acelerador otro poco. El parece que también.
Otro poco más justo al salir de la curva, al comienzo de la recta interminable, que termino con la moto detrás, pese a haberle despistado al entrar en la curva.
Bajo un poco. El, me pasa. Y baja la velocidad. Vuelve a bajarla. Y otro poco más. Y siento que me humedezco, porque está jugando a acariciarme lentamente. No me lo imagino, no, está jugando a eso, eso es lo que me está diciendo. Y yo me dejo un buen rato, hasta que llegamos a circular a 50 kilómetros por hora, y le paso como alma que lleva el diablo sin darle tiempo ni a seguirme. Pero me sigue, vaya que si me sigue. Le piso, subo a 150 y él me alcanza de todas maneras. Me pasa y soy yo la que reduce sin contar con él, que sigue adelante hasta perderse en esa otra curva que me alivia las ganas.
Pero ahí está pidiéndome de nuevo que pare, junto a los pinos. Levanto el pie del acelerador mientras estudio cómo colocar mi coche cerca de los pinos ¡Estás loca!
Se acercan esas botas con el IM PRE SIO NAN TE dentro y se me empaña la vista con la humedad que empapa mis bragas.

-¿Qué quieres, guerra?- suelta apoyando sus grandes manos en la ventanilla.
(continuará, que cntinuar ... continuó)
©Glauka-2006 Jugando con fuego

Etiquetas:

18.8.06

De Dioses y mujeres, con humor

Que digo yo, sin animo de ofender a nadie, que tan todopoderoso no debe ser el Dios católico, judío, islámico ... vamos, quienquiera que sea ese señor en el que todas las religiones depositan todas sus ilusiones, creencias, miedos y demás, cuando una mujer le desbarata todos sus planes tan fácilmente ... ¡que digo una! ¡DOS!
Porque el pobre crea el mundo, los ríos, los animales, las montañas (que mira que deben ser difíciles de crear, con tanto valle, y tanto pliegue, rocas, prados y bosques), todo, y cuando crea una mujer, la primera, que fue Lilith, no Eva por cierto, va y se le revela, oye, que le gusta a la muchacha lo de yacer sobre el varón más que debajo del varón; luego repite, y hasta donde yo sé (que puede que no sea mucho), es lo único en lo que tuvo que repetir y ejercer de nuevo sus funciones creativas, y va y le sale Eva, que pasa olímpicamente de sus órdenes celestiales y se come una manzana de ná ....
No sé, no sé yo ... o no es tan todopoderoso, o es que las mujeres no están capacitadas, así en general (porque me da a mí la gana de hablar ahora en general) para acatar órdenes estúpidas y sin lógica alguna, porque, vamos a ver, que yo me entere: ¿a cuento de qué lo de no yacer sobre varón? Lilith no vio justificación alguna que diera sentido al mandato divino, y, más que desobedecer, lo que hizo fue guiarse por la razón y la lógica, que es lo que la filosofía siempre ha dicho que ha de regir los comportamientos humanos, y ya entonces, sin que existiera "filosofía" como tal concepto, sí que exisitía la abstracción del mismo en el pensamiento ... a ver, que me pierdo ¿por dónde íbamos? ¡Ah, sí! que digo yo que Eva pensaría que porque al señor en cuestión (el Dios que definitivamente resulte ser el verdadero, el creador original) no le gustara la posturita, no significaba que a ella no le fuera a gustar ... y probó, oye, que para poder tomar una decisión lógica y razonable al respecto, habría que probar ¿no? Y es que ... ¡que "encima" le gusta! Asique, puesto que lo razonable es hacer lo que a uno le gusta salvo que se dañe a alguien, y Adán no parecía estar precisamente sufriendo ... pues elegió seguir la razón y practica aquello que tan gratos placeres le reportaba, aunque aquel señor le hubiera prohibido esa postura concreta y no otra, porque sí, sin dar explicaciones.
Y Eva, ¡pobre Eva!, con lo buenas que están las manzanas ... ¿Qué le habrían hecho a ese señor las manzanas, si puede saberse? Porque con la buena pinta que tienen generalmente unas buenas manzanas, y allí, en el Paraíso, tan brillantes, tan resplandecientes, tan jugosas y con la caló ... pues que una manzanita refrescaba y además, alimentaba. Es más, fíjense si tenía razones de peso Eva, que hoy en día hasta los dentistas dicen que comer manzanas es bueno para las encías y ayuda a mantener lejos a las temidas caries.
Y si tenemos en cuenta que se parte SIEMPRE de que el Señor Dios hizo a imagen y semejanza suya tanto al varón como a la hembra, la cosas ya se me complica aún más, vamos a ver si me aclaro: digo yo ¡ehhh!, cuidado, son sólo cosas mías, si la mujer estaba hecha a su imagen y semejanza, y resultó ser una desobediente en la versión I y en la versión II también, digo yo que igual es que El quería que fueran "díscolas" o que pensaran por sí mismas, igualito a él, que se le fue la mano con lo de echar a la masa de barro esa la lógica, el raciocinio, la libertad ... sino, no diríamos que las hizo a su imagen y semejanza ¿no?, las habría hecho como él, pero lo suficientemente bobaliconas como para que no se les ocurrieran ideas tan atroces, tan depravadas, como yacer sobre varón o comerse una manzana. Pero no, las hizo a su imagen y semejanza, o eso dicen, vamos.
Claro que cabe otra opción, pero esa es mucho más simple, y menos entretenida, la verdad: tal vez, sólo tal vez, el problema estuvo en quienes nos contaron la historia, que le echaron imaginación, demasiada imaginación me temo, por aquello de la libertad que les daba el estar hechos a imagen y semejanza de Dios, y claro, como querían tener un esclavo para no tener que dejarse el pellejo trabajando, pues imaginaron que fue una mujer la culpable de lo que ellos consideraron males, tales como el trabajo, pagar panes con sudores de frentes (¿no habrían oído hablar del euro?) ... porque igual es que a Dios le parecía lógico y normal tener que currárselo ¿no? A fin de cuentas, él se lo curró, vale que siete días sólo, pero mira lo que le cundieron siete días ... y como nosotros no somos capaces de hacer tanto como él en siete días, vamos, ni la mitad de la mitad ni en progresion inversamente proporcional, pues que nosotros tenemos que currar cinco días de la semana (los privilegiados), cuatro semanas al mes y once meses al año, todos los años posibles hasta cumplir los sesenta y cinco ... igual es que estamos mejorando gracias a las tecnologías y por eso ahora nos dejó ese Dios descubrir la famosa epidural y así, eso de parirás con dolor, pueda pasar a la historia, y pueda borrarse ya del librito ese que nos cuenta cómo fue todo desde que al Señor le dió la vena creativa aquella que le duró siete días. sí, pero que le agotó para los restos ... porque lo que no puedo creerme ni de coña, vamos, es que seamos más listos que El, eso no, no me creo que, estando hechos a su imagen y semejanza, tengamos más poderes que El, eso es imposible, ya que entonces El no nos habría creado a nosotros, sino nosotros a El ...... ¡Anda! ¡Que va a ser eso!
©Glauka-2006 De dioses y mujeres con humor

Etiquetas:

17.8.06

LibErtAD ;)


"El mar no pertenece a los déspotas. En su superficie los hombres podrán aplicar leyes injustas, reñir, destrozarse unos a otros y dejarse llevar por horrores eternos. Pero a 10 metros bajo el nivel de las aguas, cesa su reinado, se extingue su influencia y desaparece su poder.
Ahí, señor; vive, vive en el fondo de las aguas.
Ahí sólo existe la independencia.
Ahí no reconozco voz de amo alguno.
Ahí soy libre."

JULIO VERNE
Deseo tanto descender y descender y liberarme ...

15.8.06

PRACTICANDO

NO NO NO
No NO NO NO NO no NONO No NO NO NO NO NO

NO No NONO NO NONo NO no no no no no NO NO NO no NO NO no Nono NO NO NO NO NONONONONONONO (un respiro, bueno, dos) No NO NO NONO

No NO NO no no no NO NONO NO No NO no noNONO


©Glauka-2006 Practicando

Etiquetas:

14.8.06

VIEJOS AMIGOS (sin acritud ni dolor ya)

Hoy os echo de menos. Me gustaría seguir ignorante, seguir queriéndoos y sintiéndome querida. ¡Era tan fantástico teneros en mi vida!
Ayer os ví y por un instante creí que no había pasado nada, que seguíamos siendo aquellos amigos que yo creía hermanos. Que vuestras sonrisas eran mi sonrisa y vuestras miradas, mi refugio. Pero no. Nada es igual una vez que se conoce la verdad. Es lo que tiene la vida y sus guantadas, que quedan marcadas a fuego.Una vez que descubres que quienes tú quieres, no existen, y que quienes existen, no te quieren, nada puede borrar esa cicatriz que el tiempo ha bordado con tu dolor sobre el desgarro que produjo el descubrimiento de quienes se escondían bajo ese disfraz que tú adorabas, quienes entonces decidieron pisotear tu corazón cuando estaba agonizante, entre otras cosas porque, quizás, sin las defensas desaparecidas en combate, no hubiera habido valor para taconearte. Porque, ilusos, sentísteis que cada taconazo os elevaba un palmo sobre mí, sin saber que, estando aun por debajo de los infiernos siempre estaría sobrevolándoos.
La inmortalidad sirenaica deja ciertos vestigios en mí y me regala más vidas que a un gato, claro que vosotros no creéis en sirenas, así os va.
Pero, sólo por un rato: ¡Sería tan reconfortante seguir sin saber!
La inopia a veces es un dulce lugar.
Hoy echo de menos no conoceros.
© GLAUKA 2006 Viejos amigos (sin acritud ni dolor ya)
PD: "Los amigos son como la sangre, cuando se está herido acuden sin que se los llame."

Etiquetas:

11.8.06

DUELO (regalo de Andrea May)

Colores transcurren sembrando a su paso,
dichas, llantos,
grises y negros,
alegría, penumbras,
y otra vez negro.

Dolor.
Porque te quise,
Porque dices amarme,
Porque no supe quererte,
Porque dices amarme.

Tristeza.
de ilusiones rotas,
de sueños partidos,
de comenzar nuevamente,
de volver a fallar.

Esperanza.
De resurgir a la vida,
De sonreír al recuerdo.
De encontrar otra ilusión.

Andrea May(R)Duelo-2006
(Regalo que ni pintado, que ella sabe que estoy ya en fase "Esperanza", con leves recaídas, pero "Esperanza")

9.8.06

DECLARACIÓN DE INTENCIONES (o respirando por la herida)

-¿Vamos juntos?
Y me dan ganas de odiarte. Mejor dicho, deseo odiarte con todas mis fuerzas. No es posible, pero por faltas de ganas no es.
Cuentas que han tenido su segundo hijo unos amigos tres minutos después de que un sms me cuente que mi niña Alba ha descubierto a un niño en esa barriga que le está creciendo a su mamá. Iremos a verles al hospital, y preguntas ¿Vamos juntos?
Mi cerebro tiene que procesar esto dejando al margen todos los sentimientos que me provocas con esa única frase, demasiada educación, demasiada empatía, me temo, hacen de mí la imbécil que no puede odiarte y que, como si tal cosa, dice un Ya veremos si se me arregla.
No puedo olvidarlo. No. La mujer herida que sin duda soy, ladra sólo en el silencio de mi alma, porque la mujer lógica y ecuánime que también soy, no se permite escupir fuera toda la rabia que siente haciendo girones su alma.
Terriblemente vulgar seré, sí, pero es cierto: te has llevado los mejores años de mi vida. Mi juventud, mis ilusiones, mi inocencia, mi amor eterno se fueron contigo. Dejé de hacer tantas cosas por ti, que ya ni me acuerdo. Ya, ya, la lógica esa que me amordaza habitualmente grita que son decisiones personales, que tomé yo porque yo quise, pero hoy me apetece ver lo que veo, impotente, que todo el mundo encuentra cuando me mira: No hice el erasmus, porque tú habías abandonado tu familia y hasta tu ciudad para estar a mi lado, no fui a trabajar a la empresa de aquel amigo de mi padre porque estaba bien lejos de esta ciudad a la que tu amor por mí te había traido, no hice el máster en Madrid por el mismo motivo, mi carrera sufrió un tremendo bache cuando entraste en mi vida porque no podía dejar sólo a ese loco de amor que lo había abandonado todo por mí … ingenua creía que así era, cuando en realidad tú no abandonabas nada, en realidad viniste en busca de algo a lo que aferrarte, y yo, estúpida, no lo ví, no ví que fui tu referencia o norte para no perder el rumbo, que mientras yo perdía oportunidades tú las ganabas, que mientras yo sacrifica futuro personal tú encarrilabas el tuyo, gracias a la paz que te proporcionaba tenerme a tu lado siempre. Siempre. Siempre.
Sin embargo sí duele que los amigos tengan hijos, y lo sabes. Duele mucho recordar aquellos tres años de lo que yo creía "espera", porque hoy sé que eran sólo un engaño. Duele pensar que creí cada una de tus palabras, esas que me pedían tiempo para consolidar tu proyecto profesional, esas que decían que no querías ser un padre ausente, que pedían un poco de tiempo, poco, para poder ser un padre de verdad. Duele haberte creído como no te haces idea. Duele saberse estúpida. Porque sólo una estúpida podía creerte cuando decías, mirándome a los ojos, que sabías que serías padre, sí, pero mucho más claro aún tenías, que sólo a mí querías como la madre de tus hijos. Y te creí. Imbécil. Más que imbécil. Durante tres años te creí, incluso calmaste mi ansiedad preguntándole al vendedor de coches aquel sobre las sillas de bebés y sus anclajes, ocho meses antes de cancelar todo mi futuro con dos palabras, castigándome a mí, así, por tu falta de sentimientos.
No tendré hijos, lo presiento. Tú eras el único padre que he podido imaginar para mis hijos, y mucho me temo que, en caso de atreverme, que aún está por ver, serán hijos sin padre, de esos que no nacen fruto del amor, sino de la necesidad canalizada a una botella y previo pago. Miedo me da, pensar en ésta mi única posibilidad, tan fría, tan dura, tan desprovista de emociones, tan individual, tan sin ti (ese ti no es por ti, ya no, es por un “ti” desconocido y al que añoro ya con nostalgia por lo que podría haber sido y no es). Está dificil eso del amar a mi manera, en estos tiempos que corren está muy difícil. Y sólo tendría ese hijo con el hombre que amara y me amara así, de esa manera absolutista mía. Asique creo que la única opción es la del frío cristal, la de un hombre sin nombre pero con semen, que sólo toque una pequeña parte de mí y que, con suerte, me venda un hijo de esos que cubren carencias afectivas de su solitaria madre.
Por eso presiento que no tendré hijos, porque así no los quiero, yo los quiero libres. Y por eso tú eres el culpable de mi no-maternidad pasada pero también de mi no-maternidad futura. Te culpo más por el bebé que no voy a tener nunca entre mis brazos que por el que no he tenido hasta ahora, fíjate. Me los has robado con sucias artimañas para mantenerme a tu lado, para no perder el motor de tu desarrollo, sin importarte lo más mínimo ni yo ni esos hijos que imaginábamos y que sabías que no llegarían. La imbécil dice que me dejé engañar, quince años de dedicación en exclusiva a tu ombligo, el del mundo por aquel entonces, son muchos para creer en constantes razones para nuevos cambios en las "esperas", pero hoy estoy hablando yo, y ya te dije que yo no soy lógica, no soy ecuánime, no soy bondadosa, no me pongo en tu lugar, bastante tengo con el mío, ese lugar en el que nunca te has puesto tú.
No me consuela saber que tú has decidido no tener hijos nunca por aquello de la enfermedad familiar, posiblemente hereditaria. No, no me consuela porque es otra excusa de las tuyas, y como tal, un buen día cambiará, como todas tus ideas inamovibles que alegremente movías después, estando yo en primera fila tanto de la firmeza inicial como de la mutación, como si tal cosa. Han pasado dos años desde que tomaste esa decisión, creo que va tocando muda de opinión, es mucho tiempo solo, sin nadie en tu vida, y es mucho tiempo, demasiado, para que continúes aferrado a una idea. Se te agotaban las energías aproximadamente a los dos años, asi que va tocando cambio. Y conocerás a alguien, sí, ese alguien del que llevas escondido dos años porque tú no puedes hacer feliz a nadie, porque tú no puedes amar a nadie, porque tú no quieres destrozarle la vida a nadie más ... ese alguien a quien engañarás como a mí, pero que utilizarás para tener hijos, porque el arroz que decían en tu casa que se me estaba pasando empieza a pasársete a tí también. Y yo te odiaré, o al menos, pienso intentarlo.
Desde hoy juro que al menos entonces reuniré el valor para amordazar a la lógica ésta que me encierra en este alma llena de heridas purulentas y escupiré lo que sabes que yo pienso, en silencio, bien amarrada, aquí en las profundidades de esta imbécil que has dejado seca. Tengo que vomitarte todo esto encima, a ti, porque tu conciencia, esa amiga mía que no te deja dormir tantas veces pensando en la buena de la imbécil, es posible que con las euforias de la paternidad dulcifique todo el pasado y sea demasiado benevolente contigo entonces. Y quiero que no lo olvides. Nunca. Porque insisto, yo te odiaré en ese momento, al menos, pienso intentarlo con todas mis fuerzas.
¿Comprendes ahora? La imbécil olvida, la imbécil te quiere aún (de otra manera pero te quiere aún), la imbécil puede ser tu amiga como pretendes, puede alegrar una tarde de las tuyas con sus risas y hasta puede aceptar cómo eres hoy … pero yo estoy dentro de la imbécil y puedo salir en cualquier momento a pasear, y no sería plan. Ella, la imbécil, lo sabe, porque sabe que su capacidad de empatía ilimitada ha descubierto gracias a ti que existe un límite, es por lo que no puede ser tu amiga, y es por lo que no puede subir contigo a ver el bebé de vuestros amigos.
No lo olvides nunca, yo intentaré odiarte aunque sea vulgar, retrógrado o despechado a ojos de la imbécil hacerlo. Aunque ella justifique todo lo que haces o has hecho, aunque ella se ría contigo aún, aunque cenéis juntos, aunque los secretos se escapen entre vosotros sin daros cuenta y aunque la complicidad siga permitiendo que os entendais sin palabras aún … yo he hecho aparición en escena, vale que estoy encerrada en las mazmorras bajo siete llaves, pero estoy ahí, e intentaré odiarte, lo juro, con todas mis fuerzas, por arrancarle a la imbécil los ovarios de un tirón antes de salir por la puerta de vuestra casa con ellos en la mano.

©Glauka-2006 Declaración de intenciones (o respirando por la herida)

Etiquetas: ,

8.8.06

REFUGIÁNDOME ME ENCUENTRO

A ver porqué hoy, precisamente hoy que no trabajo, el reloj biológico hace de las suyas y me despierta a las ocho de la mañana, hay que fastidiarse.
Números, más números, mil papeles a mi alrededor, escritura de compra de hace mil años, justificantes de gastos, precio de la nueva vivienda, gastos aproximados de esta compra, hay que pintar, tengo que montar el despacho, que sin él, no hay ingresos extras, indispensables para el mantenimiento de todo esto … sigo calculadora en mano perfilando mi futuro déficit económico de la forma menos gravosa posible.
Como en familia, debiera relajarme pero no, sigo acelerada aunque no me mueva del sitio.
¡A la playa! Sí, este estupendo día lo merece, y cuando aparco deseando ver el mar, siento a la duna que nos separa como un maldito obstáculo más. Salvable, eso sí, porque asciendo su ladera y el premio me espera ya en la cima: ahí está, el verde azulado del mar, lamiendo suavemente la arena, que no hay oleaje ni nada. Se encienden mis entrañas porque consigo sentir el resplandor interno iluminar por fín mi mirada.
Tendida en la arena que hay que enmonerecer, que va tocando, cierro lo ojos tras pringarme muy requetebién de protección, que tampoco es plan terminar cual cangrejo, y doy comienzo a mi relax.
Azota un vientecillo al ras que cubre mi piel de finísima arena, estupenda sí, no lo niego, pero como que molesta este manto que se interpone entre el sol y yo. Naturalmente, sigo sin conseguir desacelerar, sigo sin lograr esa mente vacía que tanto ansío, y que preveía encontrar aquí. Vueltas, más vueltas, y es que la maldita arena ya me hace daño en la mejilla izquierda, realmente hace daño ¡demonios! que no hay manera de acallar todos estos ruidos que consiguen un parpadeo de los ojos incluso teniéndolos cerrados, que no me dejan escuchar sólo silencio, que apagan el amplificador con el que me gusta escuchar el mar.
Cambio de posición, me acerco a la duna que al principio me resultaba amenazante y sobre su costado, intento volver a empezar. Venga Glauka, de ésta lo consigues … pero no. Sigue azotando la arena, sigue arañando mi piel, cubierta ya de esa capa de pringue y finísimos granos de arena que no hay manera de quitarse de encima.
Empiezo a cabrearme. A ver porqué diablos no puedo relajarme, hombre. Cerca del mar siempre lo logro, vaciarme, dejar la mente en off, y hoy no hay manera. Incorporada, rebozando ya mi espalda, que es lo que me quedaba por rebozar, lo veo claro: EL MAR.
Voy acercándome a él, sin moverse de su sitio, tira de mí. Está frío, muy muy frío, aún no ha abrazado más que mis tobillos y ya se me han helado hasta las ideas. Sigo no obstante hundiéndome en él, y mientras tanto, va desapareciendo la necesidad de respirar, se entrecortan las inspiraciones y sólo triunfan algunas bocanadas del pez que alguna vez pude haber sido. Escalofríos surcan mi cintura con cada abrazo que el agua, helada, le brinda, mis manos acercan el agua al cabello, a la cara, a los hombros, que retiemblan a su contacto, deseando más y deseando menos, a la vez.
Mis ojos se lanzan sin preguntarme arrastrándome con ellos … sí, así, lentamente brutal, fría, arropante, acogedora, limpia, silenciosa. Se acabaron los ruidos, se acabó el nerviosismo, ya tengo ante mis ojos ese verde borroso que me absorbe y me lleva con él. Atrás queda la ansiedad, aquí estoy en mi casa.
Le rehúyo los treinta segundos necesarios para coger aire y sobre sus cristalina inmensidad, miro atrás … aparecen dos morenas piernas enmarcadas por mil colores en las sombrillas que banderillean la arena. Mi vista busca angustiada el frente, ahí está toda la inmensidad de verdes aguas tranquilizadoras en las que, avanzando mirando sólo al verde irisado que se hunde en el azul intenso que se pierde después en el azul marino oscuro que se agacha en el horizonte a besarle los pies al cielo, se adivina un cimbreo de la recien aparecida cola de sirena. No miro atrás ya. Adelante, sólo con su tacto, con sus caricias y sus lametones, con sus arrebatos calmantes de los míos, sumergiéndome en sus adentros, aparecen los míos, arropada por su embriadador dominio, aparece la sirena, bebiendo de sus risas espumosas recupero la cordura y estoy en paz.
©Glauka-2006 Refugiándome me encuentro

Etiquetas:

4.8.06

A FALTA DE PAN, BUENAS SON TORTAS

Quien me lo iba a decir a mí … y a ti, cuando me pediste, hace un par de horas, que hiciera memoria.
Tumbada en la hierba de ese parque donde van las buenas mozas al mediodía a mantener el moreno, y yo, a leer a nuestro común amigo Halloran, sin previo aviso, enfrascada, como puedes imaginar, en plena “ Quizás debiera joderme el no existir, Pero, por algún tipo de causa que se me escapa, me encanta esta no existencia que tengo contigo ”* un cócker negro, precioso, me clava su mirada mientras su respiración entra por mi boca, directamente. Sí, es posible, no es una exageración. El chucho se sentó sobre Halloran (lo siento chaval), pisoteando alegremente todas sus letras, respirando casi dentro de mi nariz pidiendo juegos.
Y claro, no podía negárselos. Podría decir que el cambio de mi posición de tumbadabocaabajo a sentada fue para quitar el chucho de las letras de nuestro amigo y tal, pero la verdad es que hacía mucho tiempo que no me miraban así, y una no es de hielo, y en fín, que di comienzo a lo que venía a buscar. Acaricié su lomo, clavé mis dedos tras sus tremendas orejas, acepté el húmedo hocico en mis mejillas y me puse de pelos hasta las cejas.
No sé si fue la envidia canina, que posiblemente exista igual que la humana, o que a ese parque van todos los perros juguetones, pero ni dos minutos tardé en tener un bóxer respirándome en la nuca, oreja, mejilla, ojos… ¡puajjj, que no veo si me chupeteas los ojos!!! Y así me tuvieron secuestrada, uno por cada flanco, el bóxer recogiendo las caricias que se escapaban de mi mano izquierda, escondido como estaba bajo mi brazo izquierdo, y el cócker restregándose con mi cara, pecho y vientre, empinado sobre mi muslo derecho (flor de loto se llama la postura que estaba obligada a mantener), mientras aquellos cuatro ojazos negros me lamían, chupeteaban, acariciaban con sus cuerpos mi barbilla y colgaban cálido afecto de cada uno de los cincuenta mil pelos que tuvieron a bien dejarme de recuerdo, imposible, por otra parte, de eliminar de mi ropa. No me importa (aún) tener el pantalón un tanto sucio aquí en el despacho (no sé si a mi jefe le convencerá esta historia, mejor ni se la cuento) porque aquellos morros morreándome en pleno morro a mí, fueron los mejores besos que me han dado en los últimos … déjame que haga la cuenta …ummm …. Sí, diez meses ya, sí me apuras, puede que más.
Y me sentí fantásticamente bien. Es más, aún estoy inundada de las endorfinas esas que dicen que provoca el afecto, igual son sólo babas, véte a saber.
Hoy me han querido.
Y sí, hoy he hecho memoria, que me temo que era de lo que se trataba cuando me enviaste a los achuchables chuchos.
Aún quiero agradecértelo, por aquello de las endorfinas. No sé si mantendré mi agradecimiento cuando se le abran los ojos a mi jefe cual besugo al ver las pintas que traigo. Que hoy voy de negro integral, y los pelos de tus chuchos cantan a la legua.
Asique mejor le doy al "enter" ya ...
©Glauka-2006 A falta de pan, buenas son tortas
* Como sé con quien trato mejor aclaro: Que no, que no me lo dice a mí, que es una frase de su fantástico relato "Telepatía"

2.8.06

MEME-MÓJATEBLOG

- ¿Cuánto tiempo llevas blogueando?
Pues creo que a mediados de agosto hará un año. Y me decidí a construirme mi cueva en la blogosfera a finales de septiembre del 2005.
- ¿Cómo te enteraste de la existencia de los blogs y porqué te animaste a participar?
Caí en uno, directamente. Algo puse en el buscador que me llevó a uno, yo no sabía ni que existían, la verdad sea dicha, y fue como una señal, una luz se encendió abriéndome una puerta que necesitaba traspasar para volver a ser yo.
- Cinco blogs que sigas a diario o con mucha frecuencia.
Mis linkados están ahí por algo ¿eh? Y son más de cinco. ;)Pero como soy muy aficionada a mis aficiones, tengo alguno más que miro con asiduidad, sin linkar:
- ¿Eres lector anónimo de algún blog? Si es así de cuáles.
No siempre me identifico, pero no soy anónima de ninguno. Hay muchos que leo y no comento, pero en alguna ocasión sí que he saludado. No sabría decirte ahora el nombre porque lo curioso es que no me quedo con los nombres de los blogs, sino con el del que escribe.
- Y sobre los autores nombra cinco que te despierten especial simpatía. Pues tengo ya “históricos” para mí con un pedazo enorme en mi corazón arrendado, casi casi, en propiedad (hay que hacerse la interesante, que luego se lo creen). Encima es lo que tiene coger afición a un blog, que suele caerme simpático de alguna manera, o no lo leería ... vaaaale, ultimamente he descubierto que se han colado entre mis afectos, como si tuviera pocos ya, DukeNegro, Viuda de Tantanmount, Divina Gilda, Gambito y India.
- Vamos, mójate, ¿que blogs consideras con mayor calidad? (tratando de ser lo más objetivo/a)
Pues depende de lo que tú entiendas como calidad en un blog, para mí en esto de la blogosfera es importante que me llegue, que me diga algo con cierto significado interior o emotivo, y de esos, gracias a Dios, hay muchos, pero si tengo que ponerme en plan objetiva, sin perder eso de vista:

- Con qué blogeros/as te irías de borrachera (mínimo tres/máximo cinco)
Para irme con ellos a alguna parte casi será requisito indispensable lo de la borrachera, que me cuesta a mí eso de hacerme a la idea de quedar con blogueros: Dresco, tiene que ser el primero sin discusión alguna al respecto, vamos, por razones que ya nada tienen que ver con el blog, es mi niño y punto; Divina Gilda, porque tiene que ser absolutamente genial salir de copas con ella; mÖe:), porque el diálogo de besugos propio de una borrachera tiene que alcanzar cotas impensables en su compañía; Viuda de Tantanmout, estoy convencida de que nos echaríamos una buenas risas.
- Con que tres blogeros/as pasarías un noche de locura sexual?
A ver, a ver, que la cosa se pone seria: tendría una noche de locura sexual con el bloguero (que no he dicho con la persona de carne y hueso):
Avatar, no hay más que leerle para saber porqué.
Humbert, por la misma razón
Baco, porque sí, además de las razones de los anteriores.

- ¿Te has enamorado alguna vez de un/a blogero/a?
Enamorar no, pero padecer un enganche de esos que te obliga a hacer cadenas interminables de correos, meses y meses … eso sí, una vez sólo. No hay nombre, sorry.
- ¿Conociste a alguno/a más allá del teclado? ¿a cuáles?
Noooooooop! Con la acojoná que soy para esas cosas! Bueno, por teléfono sí que hablo con un bloguero, y en persona he conocido a una bloguera antes de serlo, no sé si contará: Anita Tormento.
- ¿Te consideras satisfecho con tu blog? ¿qué cambiarias?
Pues nunca me había parado a pensarlo como algo que deba mejorar, la verdad, el blog está ahí, es una ventana abierta por la que sale corriendo mis emociones cuando parece que voy a explotar, dejándome relajadita, y no creo que, en mi caso, deba ser algo “profesional”, ya que precismente es una distensión o forma de vivir diferente a la habitual, y bastante tengo con el perfeccionismo que me persigue en el trabajo; simplemente es así, como me nace que sea. Si se convirtiera en un lugar en el que tuviera que "hacer las cosas bien" …. lo abanadonaría.
- Pasa este meme a un mínimo de tres personas y un máximo de cinco.
Satán (te la devuelvo, aunque estés de vacaciones blogueras ;))
Churra (a ver cómo sales de ésta)
Cosmopolita Cáustico, useasé, para mí, Avatar (no quiereeeeessss, lo séééééé, por eso te lo paso)
DukeNegro (para que dejes de descolocarme ;))
Gota de tinta (porque quiero saber más de tí)
- Y por último que se mojen los lectores y digan una virtud y un defecto de este blog.
No están todos los que son, que está dificil este meme, pero sí que son todos los que están. Me consuelo pensando en el tremendo rato que me he pasado decidiendo entre uno y otro.
Glauka

Etiquetas:

Powered by FeedBurner