8,34 HTZ*
- No sabes cómo estoy ahora mismo Sam... te juro que me muero por tenerte ahora mismo aquí ...
- ¿Paula? ¿Qué dices Paula?
- Digo que estoy ardiendo... -la onomatopeya de placer suena cálida y profunda al otro lado del auricular- sí, así es, me quemas entre las piernas... ¡dios! lo que daría ahora por tu polla...
- No me digas que estás haciendo lo que creo que estás haciendo.
- No sé qué crees que estoy haciendo, pero puedo contarte lo que estoy haciendo.
- Esto ... estoy en el Eroski Paula, no me hagas esto.
- Pero no puedo aguantar más, voy a correrme y quiero que me oigas, necesito que me oigas correrme -de nuevo la maldita onomatopeya que no necesita de explicaciones.
K.o., se queda k.o. Sam. Lo que más le gusta en el mundo es escuchar gemir, volverse loca de placer y correrse, a Paula, pero aquí... demasiado tarde para salir corriendo a darle lo que se merece, demasiado tarde para colgar el teléfono y librarse del mal rato que le espera: se le ha puesto morcillona hasta la última de las neuronas y la sangre corre espesa por sus venas haciendo entrar en calor a cada uno de sus músculos.
- Me acaricio los pezones sólo con las yemas de los dedos -aprieta los labios para no emitir sonido alguno- Están duros ¿sabes?
Está acariciándose, “la muy perra está acariciándose” piensa Sam, y se lo cuenta. Nunca la ha visto hacerlo y sabe que se vuelve loco sólo de imaginárselo, y ahora, "la muy perra se acaricia y me lo cuenta".
Paula suelta el aire resoplando excitación, intentado evitarlo porque quiere contarle lo que hace- paso todos los dedos rápidamente sobre mis pezones y me arde el vientre aún más -no hay palabras, sólo un largo gemido femenino- se me contraen los muslos fuerte Sam, ¡te necesito entre mis piernas por favor!
Aprieta los auriculares de su manos libres más adentro de sus oídos, queriendo clavárselos en los tímpanos porque sólo respira, ella sólo respira entrecortada, y el gentío se ha hecho mayor frente a la pescadería del hipermercado, que es a donde le han llevado sus pies y de donde intentan salir a toda prisa. Ella respira agitada, ahogando los gemidos como sólo ella los ahoga, apretujándole a él, con cada ahogo, una y otra vez el corazón. ¡No!¡Maldita sea! No puede oírla, es su corazón el que acalla esos gemidos que ahora ella le permite escuchar.
-Sam ... -la “m” la ha tenido que imaginar porque ella sólo la ha susurrado. Se calma mínimamente su respiración- mi dedo corazón se desliza sobre mis labios, estoy empapada Sam, empapada como te gusta a ti ponerme antes de comerme el coño ¡Ah! Mejor no te pienso comiéndome el coño o me derretiré ya mismo, es que me gusta tanto que me comas el coño... -Continúan esos sonidos guturales que le ponen enfermo.
Se le nubla la vista. Sam no ha podido aún tan siquiera intentar pensar en articular palabra. Retumban haciendo eco todos y cada uno de los suspiros, gemidos y gritos de Paula en su cabeza demasiado alto para haber podido siquiera intentar pensar en articular palabra alguna. No le dice estas cosas cuando están juntos, no. El sí que le cuenta, pero ella, ella ni tan siquiera emplea palabras como “coño” con él, no hasta hoy al menos.
- Cómo me haces esto -su voz gruesa consigue intervenir en la situación- Paula por Dios, se me va a salir el corazón delante de las Cocacolas -consigue sonreírse ante lo absurdo de la situación, logrando así también cierto control sobre su situación en esta situación.
- Llevo puesto el antifaz -le estoca en medio del pecho.
La recuerda perfectamente con el antifaz puesto, expuesta a su mirada y a su deseo. Recuerda que le temblaban todos los músculos, que los muslos, efectivamente se contraían una y otra vez, chocándose y separándose sus rodillas, exigiendo que la rellenase.
- Y el mismo sujetador -El aire profundamente respirado sustituye a las palabras unos segundos- ese color vino ... no aguanto más, Sam, meto mis dedos bajo el encaje y por fin sólo mis pezones -el maldito aire entra y sale agitadísimo en los pulmones de Paula alterando el ritmo del aire que entra y sale en los pulmones de Sam- Los empujo con el dedo gordo desde abajo con fuerza -la palabra ve arrastradas sus vocales y consonantes casi a la misma velocidad que sus dedos bajo el encaje- me tiemblan las piernas porque hago lo mismo que tú cuando me castigas, no les doy todo lo que quieren ... no ... -mil vocales abiertas son expulsadas a bocanadas antes de terminar la siguiente palabra descriptiva del cómo mueve la mano- lentamente paso la palma de la mano sobre ambos a la vez... Sam ... me he mordido el labio inferior, como te estarás imaginando... como pitones los dejo al aire, sí, meto la mano bajo la braga ... estoy aún más encharcada y los muslos ... siguen temblando, se mueren por apresarte Sam....
- ¿Puede decirme el precio de este zumo?
Una señora de mediana edad, con las lentes a mitad de la nariz, se mete en su cabeza reclamándole cierta existencia en este tiempo de su vida en el que él no quiere que entre nadie más. No puede ser. Sin miramientos, arrebata a la señora el brik de zumo de tomate, y, mientras ella le protesta por la desconsideración hacia los mayores de estos supermercados tan grandes, que escriben los precios tan pequeños que no se encuentran, le da varias vueltas con cierta desesperación en busca del precio.
- Se resbalan los dedos y entran dos ... ¡¡¡dios!!!
Lanza una mirada acelerada al stand: 0,99 euros.
- 99 céntimos señora -escupe encajándole el brik de zumo en la mano de un sólo empellón, girándose sin mirar atrás, huyendo de la conversación que la buena mujer pretende colar en esa inmensa humedad en la que Paula zambulle sus dedos, perfectamente alojada, por otra parte, en su boca.
Paula atrona de repente en la cabeza de Sam. El brutal sonido obliga a sus ojos a mirar a ambos lados de su realidad: seguro que lo han oído todos los demás.
-Me he metido el vibrador de un sólo golpe ¿quieres oírlo?
Y lo oye, oye el chapoteo de aquel consolador que le mandó por correo por su cumpleaños, el mismo con el que jugaron varias veces después, sí. Pero siempre siendo él quien lo movía, quien lo dirigía, quien decidía su ritmo y sus movimientos. Escucha perfectamente el chapoteo que organiza con los jugos de Paula entrando y saliendo, volviendo a entrar y volviendo a salir, rápido, muy rápido ... se lo está dedicando, “la muy perra me lo está dedicando”.
Ya no se escuchan las aguas chorreándose unas a otras, pero, tras los instantes de silencio, vuelve la respiración de Paula a contarle que ella sigue muy pero que muy caliente.
- Paul... -no puede continuar porque ella le interrumpe.
- Lo he dejado ahí metido, lo aprieto con mis piernas y con el movimiento de pelvis... -parece que va a ahogarse- … arriba y abajo -se esfuerza por no emitir gallos al hablar y se nota- así tengo las manos libres ...
Está concentrada en su clítoris. Lo sabe. Sí, esa respiración rápida y cortante se lo dice, que ella está allí tumbada, con el antifaz cegándola, la mano agitándose con vigor contra su maravilloso clítoris, su magníficamente magnificado clítoris, y el vibrador ocupando su lugar. Lo que daría por verlo.
- Sentada, voy a sentarme -los ruidos de fondo sólo informan de movimientos al otro lado del auricular- cabalgo los cojines y mis manos aprietan mis pechos -los sonidos ininteligibles siguientes certifican la satisfacción hambrienta que está logrando Paula.
Aquella imagen en el espejo que automáticamente su memoria sabe que existe en la situación le obliga a apoyarse en una estantería, así que finge estar mirando el precio o las características o lo que sea que se mira cuando se va al hipermercado, de un tambor de detergente. Ella sigue gimiendo, ahora ya con cierta necesidad de descontrol, a punto de desbocarse, tardando en hacerlo como suele ocurrir minutos antes de correrse como una salvaje desmelenada sin importarle ni nada ni nadie. Sam mira de pronto su entrepierna: afortunadamente el chaquetón se ha aliado con él.
- No puedo, así no puedo -solloza Paula mientras los mismos ruidos de antes acompañan de fondo a su voz- necesito restregarme contra ti Sam -siguen los ruidos ensordeciendo las palabras- así, entre mis piernas prisionero te tengo... tocas mis pezones mientras tengo toda tu polla dentro -él ve perfectamente el consolador sobresalir entre sus piernas, con sus nalgas de corona y se le escapa un levísimo gemido.
Sólo gime. Sólo suspira. Sólo urge y aprieta y regime y repatalea y reaprieta. Acelera acelerando, se frota sin compasión contra el colchón y muerde con sus dedos sus pezones, diciéndole a Sam, encima, que son sus dientes y sus labios. Más quisiera. Sube, y tarda en llegar, pero cuando llega es un clamor tan extenso que le abruma hasta la extenuación, porque ella sigue, y otro poco más, tardando mucho tiempo en llegar el ronroneo que Sam sabe que, tras mojársele la piel en esa cadena orgásmica, se alarga durante unos minutos deliciosos para él, en los que Paula es un montón de placer acurrucado a su lado, nada más que un montón de placer delicioso y deleitado en sí mismo.
- ¿Paula? ¿Qué dices Paula?
- Digo que estoy ardiendo... -la onomatopeya de placer suena cálida y profunda al otro lado del auricular- sí, así es, me quemas entre las piernas... ¡dios! lo que daría ahora por tu polla...
- No me digas que estás haciendo lo que creo que estás haciendo.
- No sé qué crees que estoy haciendo, pero puedo contarte lo que estoy haciendo.
- Esto ... estoy en el Eroski Paula, no me hagas esto.
- Pero no puedo aguantar más, voy a correrme y quiero que me oigas, necesito que me oigas correrme -de nuevo la maldita onomatopeya que no necesita de explicaciones.
K.o., se queda k.o. Sam. Lo que más le gusta en el mundo es escuchar gemir, volverse loca de placer y correrse, a Paula, pero aquí... demasiado tarde para salir corriendo a darle lo que se merece, demasiado tarde para colgar el teléfono y librarse del mal rato que le espera: se le ha puesto morcillona hasta la última de las neuronas y la sangre corre espesa por sus venas haciendo entrar en calor a cada uno de sus músculos.
- Me acaricio los pezones sólo con las yemas de los dedos -aprieta los labios para no emitir sonido alguno- Están duros ¿sabes?
Está acariciándose, “la muy perra está acariciándose” piensa Sam, y se lo cuenta. Nunca la ha visto hacerlo y sabe que se vuelve loco sólo de imaginárselo, y ahora, "la muy perra se acaricia y me lo cuenta".
Paula suelta el aire resoplando excitación, intentado evitarlo porque quiere contarle lo que hace- paso todos los dedos rápidamente sobre mis pezones y me arde el vientre aún más -no hay palabras, sólo un largo gemido femenino- se me contraen los muslos fuerte Sam, ¡te necesito entre mis piernas por favor!
Aprieta los auriculares de su manos libres más adentro de sus oídos, queriendo clavárselos en los tímpanos porque sólo respira, ella sólo respira entrecortada, y el gentío se ha hecho mayor frente a la pescadería del hipermercado, que es a donde le han llevado sus pies y de donde intentan salir a toda prisa. Ella respira agitada, ahogando los gemidos como sólo ella los ahoga, apretujándole a él, con cada ahogo, una y otra vez el corazón. ¡No!¡Maldita sea! No puede oírla, es su corazón el que acalla esos gemidos que ahora ella le permite escuchar.
-Sam ... -la “m” la ha tenido que imaginar porque ella sólo la ha susurrado. Se calma mínimamente su respiración- mi dedo corazón se desliza sobre mis labios, estoy empapada Sam, empapada como te gusta a ti ponerme antes de comerme el coño ¡Ah! Mejor no te pienso comiéndome el coño o me derretiré ya mismo, es que me gusta tanto que me comas el coño... -Continúan esos sonidos guturales que le ponen enfermo.
Se le nubla la vista. Sam no ha podido aún tan siquiera intentar pensar en articular palabra. Retumban haciendo eco todos y cada uno de los suspiros, gemidos y gritos de Paula en su cabeza demasiado alto para haber podido siquiera intentar pensar en articular palabra alguna. No le dice estas cosas cuando están juntos, no. El sí que le cuenta, pero ella, ella ni tan siquiera emplea palabras como “coño” con él, no hasta hoy al menos.
- Cómo me haces esto -su voz gruesa consigue intervenir en la situación- Paula por Dios, se me va a salir el corazón delante de las Cocacolas -consigue sonreírse ante lo absurdo de la situación, logrando así también cierto control sobre su situación en esta situación.
- Llevo puesto el antifaz -le estoca en medio del pecho.
La recuerda perfectamente con el antifaz puesto, expuesta a su mirada y a su deseo. Recuerda que le temblaban todos los músculos, que los muslos, efectivamente se contraían una y otra vez, chocándose y separándose sus rodillas, exigiendo que la rellenase.
- Y el mismo sujetador -El aire profundamente respirado sustituye a las palabras unos segundos- ese color vino ... no aguanto más, Sam, meto mis dedos bajo el encaje y por fin sólo mis pezones -el maldito aire entra y sale agitadísimo en los pulmones de Paula alterando el ritmo del aire que entra y sale en los pulmones de Sam- Los empujo con el dedo gordo desde abajo con fuerza -la palabra ve arrastradas sus vocales y consonantes casi a la misma velocidad que sus dedos bajo el encaje- me tiemblan las piernas porque hago lo mismo que tú cuando me castigas, no les doy todo lo que quieren ... no ... -mil vocales abiertas son expulsadas a bocanadas antes de terminar la siguiente palabra descriptiva del cómo mueve la mano- lentamente paso la palma de la mano sobre ambos a la vez... Sam ... me he mordido el labio inferior, como te estarás imaginando... como pitones los dejo al aire, sí, meto la mano bajo la braga ... estoy aún más encharcada y los muslos ... siguen temblando, se mueren por apresarte Sam....
- ¿Puede decirme el precio de este zumo?
Una señora de mediana edad, con las lentes a mitad de la nariz, se mete en su cabeza reclamándole cierta existencia en este tiempo de su vida en el que él no quiere que entre nadie más. No puede ser. Sin miramientos, arrebata a la señora el brik de zumo de tomate, y, mientras ella le protesta por la desconsideración hacia los mayores de estos supermercados tan grandes, que escriben los precios tan pequeños que no se encuentran, le da varias vueltas con cierta desesperación en busca del precio.
- Se resbalan los dedos y entran dos ... ¡¡¡dios!!!
Lanza una mirada acelerada al stand: 0,99 euros.
- 99 céntimos señora -escupe encajándole el brik de zumo en la mano de un sólo empellón, girándose sin mirar atrás, huyendo de la conversación que la buena mujer pretende colar en esa inmensa humedad en la que Paula zambulle sus dedos, perfectamente alojada, por otra parte, en su boca.
Paula atrona de repente en la cabeza de Sam. El brutal sonido obliga a sus ojos a mirar a ambos lados de su realidad: seguro que lo han oído todos los demás.
-Me he metido el vibrador de un sólo golpe ¿quieres oírlo?
Y lo oye, oye el chapoteo de aquel consolador que le mandó por correo por su cumpleaños, el mismo con el que jugaron varias veces después, sí. Pero siempre siendo él quien lo movía, quien lo dirigía, quien decidía su ritmo y sus movimientos. Escucha perfectamente el chapoteo que organiza con los jugos de Paula entrando y saliendo, volviendo a entrar y volviendo a salir, rápido, muy rápido ... se lo está dedicando, “la muy perra me lo está dedicando”.
Ya no se escuchan las aguas chorreándose unas a otras, pero, tras los instantes de silencio, vuelve la respiración de Paula a contarle que ella sigue muy pero que muy caliente.
- Paul... -no puede continuar porque ella le interrumpe.
- Lo he dejado ahí metido, lo aprieto con mis piernas y con el movimiento de pelvis... -parece que va a ahogarse- … arriba y abajo -se esfuerza por no emitir gallos al hablar y se nota- así tengo las manos libres ...
Está concentrada en su clítoris. Lo sabe. Sí, esa respiración rápida y cortante se lo dice, que ella está allí tumbada, con el antifaz cegándola, la mano agitándose con vigor contra su maravilloso clítoris, su magníficamente magnificado clítoris, y el vibrador ocupando su lugar. Lo que daría por verlo.
- Sentada, voy a sentarme -los ruidos de fondo sólo informan de movimientos al otro lado del auricular- cabalgo los cojines y mis manos aprietan mis pechos -los sonidos ininteligibles siguientes certifican la satisfacción hambrienta que está logrando Paula.
Aquella imagen en el espejo que automáticamente su memoria sabe que existe en la situación le obliga a apoyarse en una estantería, así que finge estar mirando el precio o las características o lo que sea que se mira cuando se va al hipermercado, de un tambor de detergente. Ella sigue gimiendo, ahora ya con cierta necesidad de descontrol, a punto de desbocarse, tardando en hacerlo como suele ocurrir minutos antes de correrse como una salvaje desmelenada sin importarle ni nada ni nadie. Sam mira de pronto su entrepierna: afortunadamente el chaquetón se ha aliado con él.
- No puedo, así no puedo -solloza Paula mientras los mismos ruidos de antes acompañan de fondo a su voz- necesito restregarme contra ti Sam -siguen los ruidos ensordeciendo las palabras- así, entre mis piernas prisionero te tengo... tocas mis pezones mientras tengo toda tu polla dentro -él ve perfectamente el consolador sobresalir entre sus piernas, con sus nalgas de corona y se le escapa un levísimo gemido.
Sólo gime. Sólo suspira. Sólo urge y aprieta y regime y repatalea y reaprieta. Acelera acelerando, se frota sin compasión contra el colchón y muerde con sus dedos sus pezones, diciéndole a Sam, encima, que son sus dientes y sus labios. Más quisiera. Sube, y tarda en llegar, pero cuando llega es un clamor tan extenso que le abruma hasta la extenuación, porque ella sigue, y otro poco más, tardando mucho tiempo en llegar el ronroneo que Sam sabe que, tras mojársele la piel en esa cadena orgásmica, se alarga durante unos minutos deliciosos para él, en los que Paula es un montón de placer acurrucado a su lado, nada más que un montón de placer delicioso y deleitado en sí mismo.
(continuará)
© Glauka 2008
Etiquetas: A CAMBIO DE LA INMORTALIDAD SIRENAICA
24 Comments:
UN AÑO Y DOS MESES SIN RECORDAR PORQUÉ CAMBIÉ MI INMORTALIDAD SIRENAICA ;).
AFORTUNADAMENTE NO LO HE OLVIDADO.
HA VUELTO LA DE LOS RELATOS EROTICO FESTIVOS.
Qué bien que haya regresado...y qué malo es trabajar cuando el momento propicio está en otro lugar...quién le iba a decir a Sam que la mejor oferta no estaba en el supermercado...
Besos en conserva :-)
....claro.... el típico post que me da tiempo a leer después de comer para volver a ir a trabajar.... me cago en los mengues.... ya es primavera?.... y yo sin enterarme....
Hyku dice:
Ha actualizado Glauka, parece que está de buen humor!
Belén dice:
Voy!!!!!
(...)
Joder nena... el corazón está dándome saltitos, que llamada telefónica... y qué de ideas...
Besicos
ufffffff reina mora, como has puesto el mar en un momento..., caldeado, sabroso y más excitante que nunca.
Bailamos si, claro que bailamos, cuando la sirena quiera. Y por spuesto, no dejes de escribir estos relatos...
Besazo!
A tomar por culo el celibato autoimpuesto.
DIOOOOOSSSSS, HA VUELTOOOOO!!!!
Ufffff!!! Me voy al Erosky pero ya!!! :))
HYKU: Ya ves, no siempre se encuentran las mejores ofertas en las grandes superficies ;).
A vr qué más les pasa a estos dos!
HUMILDE: Jajajajajajajajajajaja!!! Es mejor leerlo antes de ir a acostarse ;) o de quedar con la novia, igual echas mano del móvil.
Para mí que no ha llegado, la primavera digo, que vino, asomó la nariz pero al menos yo resoplé tal bufido que salió corriendo y no sé yo si se atreverá a volver.
BELÉN: Pues ya sabes ... claro que tú con un beso ya vas servida!! ;)
MAKTUB: Ya hacía falta caldear el ambiente un poco en serio, que llevaba demasiado tiempo sin hacerlo.
Un besazo.
CARLITOS SATÁN: pero porqué??? Yo sigo de celibato pese a escribirloooooo!!!!
AVALON: jjajajajajaajjajaaa! No te olvides de enviarle el relato primero, por aquello de dar ideas. Besos.
Yo, para que no se me note la desaparición de mi proverbial seriedad y no vaya a pasar de repente a ser tenido por un baboso intempestivo, me descubro (de sombrero virtual sólo), ante tan espléndido relato.
Una pena no conocer a ninguna cajera de un supermercado.
Si es que das cada idea...
Mil agradecimientos por esta sonrisa matutina que me has provocado con la frase de Catulo de fondo resonándome sobre el perfil del pobre Sam: "Mentula magna minax" (polla enorme que amenaza).
Hay que ser muy sirena protegida para escribir tan intensamente sobre ciertas cosas.
No me perderé la continuación.
Permítame usted que bese caballerosamente su mano de escritora sublime.
Vaya, una Glauka resurgida de entre las tinieblas..................
Estaba yo pensando que sensaciones tendria este buen chaval, cuando le estuviese cortando la charcutera el chorizo a rodajitas.
Para ponerte, ponerte el DIA, donde va a parar.
Que pena de hombre..pobrecito que mal lo debia de pasar en el super con la polla tiesa, escuchando y preguntando el precio del zumo a la misma vez....¿No podia ir al wc?en EroskY hay...y alli podria haber dado rienda suelta a sus impulsos tambien.
Me ha gustado mucho....volvere pronto para saber como continua...
Josús.
Esta es mi Glauka! ;)
Pues tu has vuelto a tus lides y nosotros a ponernos muy palotes con estas cositas que te dejas caer!!!...
Y es que el sexo telefonico!!!!... por que crees que tenemos los pantalones agujereaos por los bolsillos????... pues pa eso!!!!
y hoy se te ha notao la sonrisaaaaa!!!!
besos y versos muyyyy humedos!!!!
YBRIS: Sí que empezaste el día calentito sí ;). De vez en cuando, tiempo ha, me daba por escribir algún que otro relatito subido de tono, pero hace un año y dos meses del último: iba tocando volver. Es divertido, no creas!!!! Y espérate sí, que este relatito es un poco largo y tiene continuación.
DR MIKEL: Menos mal que mi Sam no tiene en cuenta el decorado, que le da lo mismo el Eroski que el Dia, él o que quiere allá dónde sea, es a su paula al otro lado el teléfono. ;)
TERESA: Tú dame ideas para otro relato, dí que sí!!!! En este caso concreto el pobre Sam no tiene tiempo ni para pensar en salir de allí, como ves.
ADULTER: Na, voy a tener que escribir cochinadas más amenudo para que te dejes ver ;). Un abrazo bien grande.
EL MURMULLO DE LAS CUCARACHAS: Mira mis cucas qué listos que son!!!! Sí, la sonrisa se ha dejado asomar también, creo que también iba tocando ya. Besos, muchos besos!!!
Pues si, cariño...."éramos pocos y parió la abuela"...a mi que "me arde la piel" y a esta sirena me parece que se derrite en el fuego.....
¡¡¡Madre de dios!!!...hasta yo, he sentido ese calor humedo de sus piernas...
No sabía que las sirenas pudieran ser tan calientes y eroticas....una agradable sorpresa.
Con una llamada así.....no sé...si me tendría que tirar a una cajera del Eroski.....jajajajaja
Tardas en aparecer, pero que gusto dá, cuando apareces....juuuuuuuuaaaaaaaaaa
Besos salados y humedos,sirena
uffff...no he podido acabar...estoy en el carrefour!!!...besos.
pues bienvenida, espectacular este relato y adictivo ademas y sea lo que fuere que quisiste lograr en tus lectores con este relato, estoy seguro que lo conseguiste, jeje. a esperar la continuacion entonces, besos.
Jolin Glauka, cada uno que te lea saldrá volando.
Yo ya lo estoy.
Besos.
BY ALEX: Es que tú eres nuevo por estos lares, compañero, y claro, te has perdido la que parece ser más interesante faceta de la sirena. Pero parece que vuelve, oye, parece que vuelve. Esta historia aún no se ha terminado.
FERNANDO SARRIA: Anda queeeeee, menudos sitos eliges tú para leer blogssssssss!!!! Mejor hacías una llamadita. ;)
BASQUIAT: jajajajajajajajaja!!!! Pues ya sabes: no se vayan todavía, aún hay más. Un beso.
TOROSALVAJE: Pensaba yo, ingenua, que saldríais corriendo o a correr ... ;)!!! Besos, muchos.
¡¡¡¡ESTA ES MI NIÑAAAAAAA!!!!!
Madre mia sirena cuanto tiempo.
Genial.
Un besazo
QUÉCOÑOTEHASBEBIDOTOMADOCHUTADO???????????¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿
ESTASDIVINAAAAAAAAAAAAAA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Niña, la verdad es que lo del Eroski ha sido un puntazo, y joder... todo lo demás también. Continuará... pero creés que puede pasar algo mas????¿¿¿¿ MALAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA¡ jejeje..
Amor, estoy sin escribir porque no ando bien de algo, no, no es lo de siempre, es algo serio, pero me acuerdo mucho de ti, y estoy muy contenta de que estés así... te veo de puta madre, niña, y lo agradezco, el que esto vaya bajando... y tu subiendo.
Un besazo
En el Eroski ????? o_O
..le pilla muy lejos la casa de Paula?, a la mierda los congelados, las verduras y los briks!!!!.TAXIIIII
jajajajja
Besitos
¡Vaya, vaya, mi Glauka!
Que delicioso postre has regalado hoy a mi comida... ¡Uhmmmm!
Besos so golfa,
:)
CHURRA: A ver cuánto tardo en repetir, que esa es otra. Un abrazo.
DELIRIUM TREMENDS: Es que tú no me conocías entonces, cuando de tarde en tarde me daba un aire y me liaba la manta a la cabeza con una de estas historietas ... pues mira, que nunca es tarde!
GWYNETTE: El problema está en que ella ya está a puntito de caramelo y a él no le da ni tiempo a pensar en salir galgando, como ves. ;)
APRENDIZA DE RISAS: Todo lo que sea colaborar a las buenas digestiones, ratitos de ocio y sonrisas del tipo qeu sean ... encantadísima!!
Publicar un comentario
<< Home