¿Porqué comenzaste a escribir? II
No lo recuerdo, es más no recuerdo ni cuándo comencé a hacerlo, lo que sí recuerdo es cuando abandoné por primera vez.
Seis años. El comportamiento de mi madre me alerta. Algo raro sucede. Sabe algo de mí que no debiera saber. Pasan los minutos golpeando con cada uno de sus pasos a mi corazón.
Mi vida tiene la culpa. Ese cuaderno al que, en mi supina ingenuidad, he puesto ese título tan cutre y tan evidente, es la puerta al conocimiento que ha abierto mi madre.
Dejé de escribir.
De ahí que la frase
De ahí que la frase
Se empieza a escribir porque se tiene un secreto que sólo la página en blanco escucha sin juzgar, sin censurar, sin rechazar.
Juan José Millás
Juan José Millás
me resulte tan cercana, tan real.
Después las motivaciones y situaciones han sido diversas, y nada originales, porque en vuestros comentarios están muchas de mis razones, todas tienen algo que ver con pensar con claridad.
Escondía mis vómitos, mis vivencias, mis adentros, dentro de brujas y duendes, de corzos, perros, árboles y tundras, dentro de gotas de agua salada y peces de colores, que, siguiendo con la tonta ingenuidad infantil, creía que nadie alcanzaría a descubrir más que yo. Viajaron también en poemas, relatos, frases sólo, a medida que crecía, me dieron cobijo mientras vivía. En un diario que dormía bajo mi colchón disfrazado de libreta de lengua, pese a que un Diario de esos con cerradura y todo que me habían regalado se quedara viéndolas venir, con sus hojas vírgenes durante años y años, hasta que un buen día aquel diario tuviera un final que no era el esperado, recogiendo todos los versos que un amor me había obligado a escribirle y llevándoselos consigo ... pero esa es otra historia.
Isthar dijo: “porque tenía demasiadas palabras en la cabeza que no tenía con quien, ni podía compartir con nadie, y de alguna manera tenían que salir a la superficie. Empecé a escribir para no ahogarme en mis propios pensamientos y sentimientos, para desahogarme, para sobrevivir.” Hoy más que nunca, puedo decir que fueron mis razones. Aún lo son.
Caballero de la canoa dice: “empecé a escribir porque tenia que reventar por algún lado...es como un chorro de ideas (pocas a veces..) que no deja de sangrar y ya no puedo dejarlo” Me lo quedo igualmente. Juntar letras sigue salvándome del reventón.
Bridgetmanson dice: “para provocarme algo a mi misma”, a veces paz, las más, por haber escupido fuera a mis demonios, a veces organización, por aquello de dar forma a lo que siento alborotando mis huecos sin orden ni concierto.
Anita Tormento dice: “es terapéutico, catártico y en estos tiempos feroces, socializador…. porque me sale del páncreas, no hay más”, ya de niña, sin recomendación del sicólogo de turno, sabía sin saberlo que era terapéutico y catártico. Siempre he sido muy precoz (con el pensamiento, listos). Me salía del páncreas o de alguna otra víscera, hígado, corazón, páncreas y hasta vesícula decidían, según el día. Hoy es la mejor de las terapias para sobrevivir en este mundo cuando le siento ajeno y hambriento de mí, y ella, Anita, bien lo sabe.
Azena dice: “me ayuda a liberar los sentimientos que tengo atrapados en la boca del estómago”, más de lo mismo, sí, también me resulta tremendamente útil para evitar despertares de la úlcera de estómago.
Avatar dice: “La razón de todo esto supongo que será una mezcla de interés en expresarme (soy demasiado torpe con los dedos como para dibujar, esculpir, pintar, etc.) y lo bien que te sientes cuando alguien te dice que le gusta lo que has escrito”. Como él, sentí esa necesidad de expresarme desde bien canijilla (si es que alguna vez una sirena de ciento ochenta centímetros puede haber sido canijilla ;)), si bien sólo y exclusivamente para mí. Se me han dado bien esas otras cosas que pueden hacerse con los dedos, pero no expresaban (o yo no era capaz de expresarme y entenderme) como con la escritura, no vaciaba, no daba forma a mis alegrías, temores, valores y vergüenzas, como con el escribir. La última de sus razones, esa que cuenta con la opinión de los demás, la he descubierto aquí. Y es una razón hermosa, porque no tiene que ver con el deseo de adulación, no, tiene que ver con no sentirse sólo en el mundo, con pasarte un ratito dentro de alguien que tus palabras trajeron a tu lado. Pero sólo aquí.
Nicolás dice: “de acuerdo con Millás”, y sobran las palabras.
Elisabeta dice: “Siempre he escrito, en mi diario, también inventaba cuentos, o llenaba cuartillas cuando me enfadaba en casa para desahogarme de todo cuanto pensaba. Creo que ya inventé lo del idioma de los móviles pq omitía las vocales en mis palabras, por si mis padres llegaban a pillar alguna de aquellas hojas. Era mi modo de escribir en clave,jeje. Y ahora me encanta que mis letras correteen libres por el papel en blanco, significa que mi alma también se siente libre”. Desahogar sí, de todo cuanto pasaba. Compartimos hasta en enmudecer las vocales, que ya es compartir ;); no sé los suyos, pero mis padres no tardaron en descubrir ese lenguaje, y amordacé mis palabras, completas, otra temporadita. Ahora, como a Eli, me dan libertad, básicamente porque ellos no entienden esto del Internet ;).
Gota de tinta dice: “acabo de escribir algo que no había hecho consciente …”, eso es, materializas lo que piensas, ordenas los sentires y las palabras, coincidimos nuevamente en eso, y en tener una madre inteligente. ;)
Llegué aquí tras mucho tiempo sin escribir. Probablemente estaba demasiado entretenida viviendo.
O ignorándome. O las dos cosas.
Ha sido el espaldarazo definitivo a una lucha por la supervivencia que un tormentoso mail tras otro me obligaron a iniciar, tímidamente fui regresando a esto del escribir porque me obligaban a hacerlo. Cuando esos correos lograron despertar mis adormiladas “escribiendas”, aún sin pretenderlo, volví a tener seis años, y volví a escribir. Como me nace. Y esta es mi casa. Donde mi cola de sirena es la puñetera ama. Donde pueden verse, tocarse y hasta olerse mis escamas. Con salitre y todo.
Gracias Tormento.
Glauka
8 Comments:
Me he quedado perfectamente ojiplática.
Pero está claro que había que hacerlo, había que hacerte escupir para que no reventaras de cualquier otra forma menos glamourosa. Fue duro, largo, arduo...pero hemos atravesado el desierto, las dos. Mano a mano. Y aquí estamos, mano a mano, de paseito por el mundo mundial, tu en tu punta de la Península y yo en la mía, pero más cerca que nadie, más cerca que nunca.
Y sabemos que podremos con todo, porque ya hemos podido una vez.
Y no vuelvas a hacer esto nunca más. Me pongo tierna, se me pone el caparazón de gelatina de fresa, y vienen los tiburones y me dan mordisquitos, tonti.
Un beso. Y otro de....que está leyendo por encima de mi hombro.
Para desvelar secretos, pero nadie se los cree. Ya lo dijo Machdo:
Obscuro para que todo el mundo atienda
claro como el agua, claro para que nadie comprenda
Fantástico texto. Has conseguido poner en palabras lo que muchos pensamos.
me alegro por aquellos mails que te obligaron a escribir de nuevo... lo que nos estariamos perdiendo de no ser por ellos!!.
tienes mucha razon en lo que escribes y lo que los demas dicen, supongo que recopilando seria una especie de terapia publica, autoanalitica, relevadora de lo que somos en realidad y encima por la qie recibimos cariño sin animo de lucro y desinteresado aunque sea a traves de palabras sin rostro.
besotes fuertes.
Yo comencé a escribir, apenas hace dos años. Siempre que me preguntan por qué escribo, respondo para sobrevivir...
Fue a raíz de recuperarme de una grave enfermedad y su más grave tratamiento. Quizá escribia para entretener mi mente en otras cuitas menos tristes. Quizá todo estaba dentro de mi alma y un "cangrejo" lo sacó a la superficie. No lo sé, no ´sé por qué comencé a escribir. Lo que si sé es que hoy en día es algo que si me quitaran, si desapareciera, me mataría como un rayo fulminante. Esto de escribir es un veneno, algo así leí por ahí y creo que tiene razón.En mi caso es un veneno salvador.
Un abrazo. No dejes de escribir jamás, pase lo que pase, expúlsalo fuera.
Besos
hola glauka:
gracias por retomar nuestras palabras, que nos hicieron participes en esta reflexion...de ida y vuelta.
besitos!!!
En primer lugar gracias por recoger en este post nuestros comentarios.
A mi también me leyo mi madre aquel primer diario de los que "delatan" con su llave y su forma, de ahi que a partir de entonces cuando retome el diario como tu, usaba un cuaderno vulgar,de tapas de cartón que podía camuflar entre las libretas y blocks del cole. Y volví a escribir diario hasta que me case, stand by una temporada hasta que de nuevo senti deseos de escribir paralelamente al declive matrimonial,en esta ocasión volvieron a "pillarme", él lo encontro y no titubeo en adentrarse en mis pensamientos.Volvi a aparcar de nuevo la escritura durante años,hasta que se corto ese vínculo o mejor dicho,yugo matrimonial.Y como bien dices ahora internet lo tiene todo bien archivadito y a buen recaudo...O eso espero.
Te engañas.
No volviste a escribir porque te obligaban a hacerlo, no escribes por nada que nadie te diga.
Escribes y vuelves a escibir porque tú no eres ni mujer ni pez, porque te gusta la sal, el mar y la arena. Escribes y vuelves a escribir porque te da la vida.
Es como nadar o respirar, innecesario por obligado.
Escribes, como todos, porque existes.
Solo cuando no seas podrás dejar de hacerlo, incluso aunque el papel o la pantalla no refleje ningún signo estarás escribiendo.
Si, me interesó. Gracias Glauka.
En mis playas siempre habrá un hueco para ciento ochenta centimetros de sirena.
Yo te lo haré con mis ciento noventa centimetros de abandono.
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