28.2.06

DE DOS BESOS VIRTUALES Y ROTONDAS

Dos besos virtuales se perdieron en la red. Igual era que el Destino no quería que se encontraran porque habían salido en la dirección equivocada, y por eso los tuvo un mes dando vueltas por las rotondas de la ciudad, llevándoles en cada salida por un camino que no conducía al lugar al que ellos pretendían llegar. Vueltas, más vueltas, y más vueltas, y a quinientos metros, rotonda de nuevo en la que perderse, en la que extraviar el rumbo.
La máquinas que producían esos besos no veían por dónde andaban perdidos aquéllos, pero intuían que no llegaban a la meta fijada puesto que no oían el remuakss que producirían al morir estampados contra ese final, porque ese se suponía que era el destino de cada uno de esos dos besos, morirse estampados en un punto determinado de esa geografía urbana plagada de rotondas. Así que, con empeño y mucho orgullo personal, insistían y enviaban refuerzos en busca de aquellos dos besos perdidos, que agotaban sus fuerzas y poco a poco iban menguando hasta quedar reducidos a la mínima expresión, por aquello del desgaste que suponía el esfuerzo físico de dar vueltas y más vueltas, sin conseguir llegar a donde tenían que llegar.

Pero es que les gustaba ponerse intensos a este par de besos virtuales. Y, en una de esas que el Destino estaba despistado creyendo que ya había conseguido volatilizar a esos besos perdidos, una de las máquinas productoras envió unos refuerzos cargados de vitaminas y demás reconstituyentes a aquella rotonda cercana al punto final y el beso se recuperó lo suficiente para salir corriendo sin mirar atrás y llegar a aquel trébol de cuatro hojas en el que tenía que estamparse, quedando prendido allí para siempre.
Gracias a eso el otro beso decidió que no iba a ser menos, y que iba a llegar él también a aquel acantilado que su mapa marcaba como final de su trayecto, pero por la puerta grande, conque se hizo el dormido un par de días, recuperó fuerzas, y montado en una hermosa pajarita de papel, sencillamente voló, ignorando las indicaciones de las rotondas aquellas que le despistaban, y al estamparse en el acantilado se dispersó en montones y montones de letras que contaban parte de su viaje y del viaje en la vida que había tenido, incluso antes de salir en esta dirección, dentro del trébol que le enviaba, pintando incluso paisajes, ideas y cuadros por los que se habia paseado antes de salir en su busca.
El acantilado le recibió asombrado, con los ojos muy abiertos, precisamente por la cantidad de cosas que traía consigo aquel beso, la espera había merecido la pena, o eso parecía. No quiso pensar en trucos de aquel desgraciado llamado Destino que a veces juega sucio y hace creer cosas que no son, y recibió a aquel beso en sus rocas, dejándole tomarse un refrigerio, que el viaje había sido duro, nada menos que de un mes, mientras lo estudiaba detenidamente, una y otra vez, por si aquel desparrame de letras parlanchinas fuera sólo cosa de su imaginación. Se mostraron las pieles que cubrían a esos besos en su origen, pero sin duda los ojos fueron lo único que les dio tiempo a comprender antes de viajar de nuevo, aprovechando la disponibilidad de la pajarita de papel, a La Habana. A fin de cuentas, pocas cosas que se puedan ver con los ojos, a parte de los ojos mismos, tienen el poder de hipnotizar o retener. ;)
Llovía en La Habana, pero hacía un calor de mil demonios, y el olor era especial, no era exactamente a asfalto húmedo, no, era otra cosa, creo que olía a La Habana, sin más. El beso que conducía la pajarita le sacó fotos a un coche que le recordaba al beso salido del acantilado, aquel del orgullo personal y sprint final a toda pastilla, al de su abuelo, y fue genial la conversación con aquel que decía ser el Ché, con sus puros en la camisa, con su par de móviles, y una uñas largas en las manos con las que contaba su particular versión sobre la revolución, y sobre el reparto de bombillos que está llevando a cabo el Comandante.
Sin embargo el Destino maldito siempre se sale con la suya si no hay refajos suficientes para llevarle la contraria, quien dice refajos, dice ganas, claro. Pero el cuento queda más bonito si pensamos que fue el Destino quien salió victorioso, porque decidió que, puesto que a su parecer, el rumbo de aquel par de besos estaba errado desde un principio, con un as que se sacara de la manga sería más que suficiente para devolverles a su sitio, y así fue. Sólo tuvo que sacarse un único as, sólo uno, y los besos virtuales bajando la cabeza, siguieron las indicaciones que el gran Destino les venía ordenando desde hacía tiempo.
Pero yo, amigos, mantengo otra teoría: en contra de lo que pueda parecer, estoy convencida de que esta vez ganaron los besos, de que su destino fue precisamente el que ellos decidieron darse, y lo tuvieron. Su destino era ese, el de no perderse en las rotondas, el de luchar contra las inclemencias del tiempo para llegar con ilusiones, tan escasas como efímeras, pero ilusiones al fin y al cabo, a iluminar una resacosa tarde de domingo a un triste trébol y un solitario acantilado, con las sonrisas que provoca el burlar al Destino siguiendo la intuición imaginaria de que tal vez fuera este camino lleno de encrucijadas el elegido por el Destino realmente para ellos, al menos esa lluviosa tarde. Con eso era suficiente. Y lo hicieron, asique cumplieron su destino, el que ellos decidieron.
Y por supuesto, viajar a La Habana.

Glauka

(A mi manera, como todo en esta vida, correspondo a tu regalo, A.: gracias)

7 Comments:

Anonymous Anónimo dijo ...

Los besos virtuales...¿A qué saben los besos que no se dan?

Al parecer estos si conocieron el sabor de los reales besos. Me alegro.

Besos

2/4/06 21:56  
Anonymous Anónimo dijo ...

Bonita historia...

2/4/06 21:57  
Anonymous Anónimo dijo ...

Los besos virtuales van, vienen, vuelven, caen en sitios a veces equivocados, a veces no...es igual, un beso virtual no es nada, es aire, no existe más que en la intención.
Quién sabe...igual un día tonto, el día más tonto, llega una pajarita de papel pidiendo besos con sabor a carne humana...que están bien buenos y bien sabrosos, y que no deberías negarte a dar ni a recibir...quién sabe lo que nos depara ese grandísimo cabrón del Destino...

2/4/06 21:57  
Blogger GLAUKA dijo ...

Estos besos virtuales burlaron al destino, empeñado en que no llegaran a dónde ellos querían llegar ... o tal vez, sólo tal vez, el destino decidió ponérselo dificil, por aquello de que sabía con quien trataba, y como que es más interesante triunfar ante las adversidades ... pero llegaron, y le dieron calor a una invernal tarde de domingo. Y eso en sí mismo, tiene su punto. Sólo por haber llegado, con la de vueltas que han dado en las rotondas de esa ciudad, ya se merecen ambos besos una sonrisa de esas que te traen los recuerdos bonitos. Ese era su cometido, cumplieron, asique tienen que estar bien orgullosos de ello. Y con eso, basta.

Ay, mi estimada tortuga! Sabe usted demasiado de mí ... si tengo tantos problemas con los virtuales, imagíneses con los reales ufffffffffffffffff
Yo espero pacientemente (demasiado pacientemente para su gusto, ya yayaya), he "provocado" hace unos días, pero que no hay marinero valeroso dispuesto a cruzar mi ola ... y sin cruce de ola no hay na que hacer, que el que quiera peces, que se moje el culo, que bien lo vale quedarse con una sirena ¿no le parece?

2/4/06 21:58  
Anonymous Anónimo dijo ...

Siempre ganan los besos...de ellos queremos llenar el hueco de la boca.
Besos

2/4/06 21:58  
Anonymous Anónimo dijo ...

te puedo contratar el dia de mañana para que relates la historia de mi vida???... ha sido genial... los besos, aunque con el camino dificil, se estamparon con el trebol y esa suerte es la que les reencontró en las rotondas... y de luna de miel a la Habana. ehmmm no era asi verdad??, jeje.

bueno, a ver si me pongo otra vez al dia que os tengo abandonad@s y mi sed por vuestros relatos crece sin cesar!!
besotes.

2/4/06 21:59  
Anonymous Anónimo dijo ...

Me has enlazado, ¡muchas gracias!
Yo te meto en los enlaces en cuanto me ponga, que es que ahora, como funciono con bloglines, tengo los enlaces del blog muy olvidados...

2/4/06 22:00  

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