SIEMPRE ES SÓLO ÉL
“Quiero darte todo el placer de que seas capaz”. Y me asusté.
Allí tumbada, aún no sé muy bien cómo, con las manos y los tobillos atados a las esquinas de aquella cama con dosel, sentí cierto miedo resbalar por mis piernas mezclado con mi excitación.
Susurraba junto a mis oídos estas palabras como postre a lo que yo creí que era el postre de aquel menú brutal de caricias y besos que el dejarme llevar propuesto por las ataduras, me había proporcionado. Aún tenía los ojos cerrados, cegados por la luz que me había reventado entre las sienes segundos antes, encendida por sus manos y su boca recorriendo cada centímetro de mi piel, allí, atada.
Un pañuelo me sorprendió apareciendo sobre mis pezones, acercándose a mi cara. “Déjame hacer, sirena” pidió al ver cierta duda fulminar el gozo en mi mirada. “No haré nada que no desees, te lo prometo, confía en mí”. Terribles palabras: “Confía en mí”. Eso de confiar no es lo mío, y él, lo sabe. Y sabe que por eso mismo me excito intentando simplemente confiar en él.
Desaparecen las tenues luces de los velones y cirios que garabatean sobre mi piel desnuda y con ellas, mi única fuente de confianza: su mirada es lo único que me empuja a confiar en él, a confiarme. Me besa tierno, desciende desde mis labios por el cuello recogiendo con su lengua los temblores que se escapan por mi piel, mis ojos, nerviosos tras el pañuelo, huelen el calor de su pecho ante ellos, al tiempo que se renueva el deseo con el roce de sus dientes en mis pezones. Sigue descendiendo, sopla en mi vientre y me retuerzo inútilmente buscándole, porque un dolor en las muñecas y en los tobillos me recuerda que estoy atada. Por fin reconozco sus labios entre mis piernas, aumenta mi excitación pero calma mi ansiedad, no sé si esto es exactamente así, pero así lo siento. Está ahí, donde urgentemente le necesito ya. Con la misma urgencia que necesito repetir el postre. Ya.
Pero no quiere que mi boca se acerque a él, es lo único que puedo hacer ahora, he besado su vientre con cierta furia, y me ha privado de lo único que me permitiría huir de esta concentración en toda la extensión de mi cuerpo que provoca, con sus caricias, con mi ceguera, con mi imposibilidad de movimiento. Siento aumentar el deseo, y no es para menos, continúa provocándolo con su lengua entre mis piernas, reconociendo mis muslos de tanto en tanto con ella, hundiéndola una y otra vez en mí cuando sus besos, mordiscos y succiones aceleran el ritmo de mis caderas, cuando sus dedos compiten sobre mis pechos con su lengua, a ver a qué altura se desencadena la nueva explosión. Porque sus manos sobrevuelan primero mis pezones rozándolos solamente, para luego aprisionarlos entre sus dedos hasta casi provocar dolor, soltándolos cuando quizás yo ya no sienta dolor alguno y desee que continúe, volviendo entonces mi ansiedad a coletear por todo mi cuerpo, provocando movimientos que me arañan las muñecas de nuevo, los tobillos, otra vez, y la dignidad, finalmente, al no poder incorporarme exigiendo y provocando que su deseo iguale al mío, al menos en señales corporales.
Siento derretírseme el cerebro directamente mientras me lame el dedo gordo del pie, se fuga por mi boca dentro de un gemido profundo, largo que retumba por todo mi ser. Sus manos en mi pecho, su cabeza entre mis piernas y su boca en mis pies. ¿Cómo?
La rigidez de mi cuerpo y el temblor que probablemente delaten mi miedo le traen a mi lado, sin dejar de acariciarme hasta con su vientre y sus piernas, infundiéndome confianza a través de ese calor tan suyo, que me traspasa.
-¿Te gusta lo que sientes? -susurra antes de acariciar mi oído por dentro con su lengua, lentamente.Me muerde la boca como sólo él sabe hacerlo, rogando con cada beso y al tiempo, ordenando con sus besos. Mil palabras bullen en mi cabeza, luchan por salir en forma de duda, de ruego, de negativa o de aceptación, pero su boca se las traga todas, una tras otra se las engulle sin miramientos, esperando como respuesta sólo que mi cuerpo deje de temblar. Cuando la tempestad amaina, cuando el deseo vuelve a ser el único que reconozco dentro, cuando ha anestesiado a mis temores, pasea con gusto su lengua por mis hombros.
-Sí … -balbuceo, titubeante.
-Soy yo, eso que sientes, soy yo. (Continúa humedeciendo mi oído, atronándome con sus jadeos por dentro). Todo el placer a un tiempo, sirena, déjame, no habrá nadie más para ti, créeme.
- Pero … (me acaricia el pecho al tiempo que besa mis labios, mis mejillas, y hasta mis ojos a través del pañuelo) pero hay alguien más y, y no sé si yo quiero eso, no sé … (su cuerpo sube y baja adherido al mío, esa piel es la mía, sí, la reconozco, calma mi miedo al tiempo que temo volver a tener miedo)
- Serán mis labios y mis manos para ti, en todo tu cuerpo a la vez, seré sólo yo para ti, no has visto a nadie más, sirena, (se le escapa un gemido junto a mi boca) es un sueño tuyo, recuerda, y yo sólo quiero hacerlo real para ti (me estremezco al clavarse sus caderas sobre las mías, al sacar de mi olvido, con sus palabras, aquel sueño que me hizo despertar completamente húmeda y que le conté antes de saciar la excitación onírica con su cuerpo, y sobretodo, al sentir el deseo crecer en mis entrañas sin preguntarme si yo quiero). Di basta cuando quieras parar, pero déjame ser todo tu placer sirena, déjame intentarlo.
-Sólo tú estarás conmigo ¿verdad? -musito, sin ser capaz de alzar la voz.
-Sólo yo te besaré. (Acepta que acepte el juego a mi manera, que el miedo siga estando tras mis palabras).
-Sólo tú entrarás en mí …
- Sí, cielo, sí. (Aprisiona mi cabeza con sus manos, besándome) Sólo seré yo el que esté contigo donde tú quieras, seré sólo yo.
Mientras me besa o me desgasta los labios, siento su boca acariciándome un pie, y el vientre arde sin contar conmigo.
-¿Lo dejamos? -pregunta al beberse una lágrima huidiza.
-No, no (me retuerzo) sigue, no pares … (sigo retorciéndome)
Abriga con el calor de su boca los dedos de mi pie haciendo que desee desatarme al sentir la aspereza de su lengua doblegarse, nuevamente los tobillos acusan dolor, si bien ya no lo percibo como tal sólo, ahora tiene un no sé qué que me provoca un espasmo empeñado en abrir más y más mis piernas, mientras sus manos acarician con firmeza mis pantorrillas, el empeine, aprietan el nacimiento de los dedos. Respiga mi piel introduciendo una y otra vez mis dedos en su boca, lentamente, rápidamente, al ritmo que le viene en gana, uniendo ambos pies, dedicándose con parsimonia a uno sólo, acariciando las yemas únicamente con sus labios, abrazando su lengua al dedo que su boca ha recibido en su interior, mordisqueando la piel húmeda, y enviando a toda mi sangre trepidante a recorrerme entera, cambiando su rumbo una y otra vez con sólo cambiar la forma de lamer, de morder o de besarme los pies.
Y entre mis piernas, también le tengo, rebusca, mientras sus manos acarician mis rodillas, encuentra, rodea, absorbe, abandona a los aires frescos que pueden salir de su boca, engulle de pronto y vuelve a buscar cuidadosa o brutalmente, según el momento. Recorre labios, examina valles, pozos y montañas, rebaja calores con su humedad cuando anuncian reventón de henchidos que están.
Y sus manos, sus manos también reconocen mi cintura, mis caderas, mis pechos, a ratos sus manos los recogen juntándolos para que su lengua juguetee a endurecer mis pezones al tiempo, para que el calor de su boca los aprisione a ambos a la vez, mordiéndolos rozando el dolor sólo, o tal vez doliéndoles con este dolor nuevo que provoca esta forma de deseo desconocida y que está adueñándose de mí.
Y sus labios se funden con los míos ahogando el enajenamiento que embarga al resto de mi cuerpo, aumentan el vigor de sus lametones al ritmo que mis huesos mueven los brazos y piernas que, escupiendo placer, intentan en vano desasirse de las cuerdas. Muerde mi labio inferior, tropieza con mis dientes, relame mis salivas desatinadas ya en su salida, borrachas ya de sentirle en todo mi cuerpo regalándome un deseo que me marea, me ahoga, me funde las carnes convirtiéndome entera en hambre insatisfecha de permanecer eternamente así.
Retumban mis vísceras, pierden el sentido y la orientación todas las partes de mi ser, se ahogan entre gemidos y el dolor que ya no siento invade mi cuerpo entre agitaciones que, en oleadas, me arrasan. Una y otra vez, viniendo por mil sitios diferentes, me alcanzan, me alborotan, gritan dentro de mí, y vuelven a gritar, arañan mi piel; sus bocas, todas, me besan y me muerden y me lamen y me abrasan y me rompen; sus manos, todas, me acarician y me comen y me desgarran y me encienden y me queman.
Sin descanso enlazan mis desmembradas partes, uniéndolas en una cadena constante de álgido deseo incontrolable e incontrolado, rezumando sangre y no sudor, vaciándome la boca de sus besos para que mis gritos terminen por silenciarse ante la imposibilidad de encontrar aire dentro de este desmayo al que me lleva cuando por fin le tengo dentro, quieto, inmóvil, satisfaciendo su deseo de ver cómo mis caderas son las que le buscan desesperadas, sin que las cuerdas y sus roces resistan ya las ganas de aumentar la agonía que me ofusca.
Una y mil veces. Desencajada de tanto encajar una descarga con otra. De encadenar espasmos y jadeos y gemidos y asfixias. De licuarme y evaporarme, para volver irremediablemente a licuarme de nuevo. De desfallecer sabiéndole en mil sitios diferentes al mismo tiempo entretejiendo los mil orgasmos que ha sacado de mis centros con varias bocas, varias manos, varios cuerpos, y un solo beso.
Porque siempre es sólo él.
©Glauka-2006 Siempre es sólo él
Etiquetas: A CAMBIO DE LA INMORTALIDAD SIRENAICA
21 Comments:
Es... es... es... ¡¡UNA ABSOLUTA DELICIA!!
Me has dejado completamente embriagada Glauka :´)
Solo él podría ser, evidentemente.
Solo él es el que da cuerda a este juego de la comba en el que tú saltas.
Estremecedor y único.
una palabra, o do: DELICIOSO POST!!!
Besos Húmedos
La señora Julia acompañaba aliviada e inconfesablemente excitada a los agentes que derribaron la puerta: -Sí es en el 5º C. Lleva toda la noche.
En el cuarto un monitor, en el monitor un cuento, en el cuento una mujer, y detrás de ella un hombre.
- No lo conseguirás!. Había desafiado sin convicción, sabiendo ya antes de decirlo que sería derrotado, mientras las palabras se iban amontonando en su cabeza, como el vapor de una caldera al rojo vivo. Las ideas se convertían en imágenes, y las imágenes en sensaciones. Y las sensaciones se adueñaban de su cuerpo inapelables, incontestables, inexorables.
Entonces de lo más profundo de su virilidad, de la llamada del instinto grabada en él por las innumerables generaciones que le precedieron, sintió brotar a borbotones como un torrente liberador, la respuesta de su cuerpo torturado.
En la quietud de la noche, en las calles silenciosas de la ciudad, se elevó profundo y misterioso su lamento largamente contenido.
Apremiante y poderoso, mientras los atónitos ciudadanos sentían erizarse la piel a lo largo de la columna vertebral, se oyó un prolongado aullido.
- Pobrecito, con lo bueno que era. Decía la señora Julia, del 5º D, mientras se lo llevaban.
siempre digo lo mismo y siempre me pasa lo mismo.... siempre me pilla leer estos relatos currando... pero es q glauka, es de lo mejor q he leido tuyo, felicidades cielete.
besotes
Estupendísimo.
Felicidades, te superas cada día.
Besines, sirena.
ISTHAR: Me gustas embriagada, manténte así. ;)
RAFA: Evidentemente Sr. Watson, usted lo ha dicho: sólo es él.
PRINCIPE DE LA LUJURIA: Creí que la palabra sería: "¡¡cuatro!!" ;). Sigue sorprendiéndome verle por aquí.
TURISTA ACCIDENTAL: Asique aullando? Ummmmm ... no pretendía torturar, creéme, sólo lo de las sensaciones ...
BRIDGET: Pues me alegro de que lo hayas leído en el curro, entre las dos le hemos "robado" algo de tu tiempo a la empresa ;). Y de paso, si te has pasado un buen rato, pues mejor que mejor.
ANA: Tortuguita mía, me alegra un montón que te guste. Besos!
Si marinero fuese ahogado estaría, por la llamada de sirena que me arrastraría hasta el más profundo de los mares, hipnotizado por su fantasía.
Llamáste mi atención, sabes bien lo que has escrito... hay alguién por ahí que sabrá valorarlo a pesar de su temática.
El increscendo relatado me ha maravillado, el juego de confianza, ese mismo que hace de la protagonista posible victima, engloba instantes de morbo donde se funden los miedos imaginados y los placeres experimentados. Sentir placer sin poder ofrecer desata un estado donde la impotencia de ser igual se convierte en droga, dónde el otro se diluye en su ofrenda y los sueños fantasmas de las fantasías aparecen para serlo todo.
Todos los sentidos confundidos, siendo uno, el único capaz de alcanzar el cenit.
Así lo has escrito, viajando en ataduras y velos hasta olvidar las partes de ese hombre que nos acompaña en el inicio, y ser toda tú, la emoción de autora, la única receptora.
Podría resaltar algunas frases, pero son muchas.
Mis Felicitaciones, has escrito algo muy íntimo.
Intenso,íntimo...y mil sensaciones más, preciosas letras,un besote sirena
Las caricias se espesan ( me derramo por ellas)...
Besos encantados.
Pol Ten Bock: Pedazo sorpresa lo de encontrarte por aquí!! Tus palabras, como siempre, me desnudan aún más de lo que yo creía haberme desnudado en el relato.
Elisabeta: Intensidad sí, intensidad, para no variar. ;). Las sensaciones creo que son lo único que realmente significan Vida.
Yole: Encantadas las caricias ...
Es uno de los mejores relatos que has escrito?
No, simplemente es otro de los mejores relatos que has escrito.
El juego, el introducir una forma de sexo normalmente asociada al placer puro, animal, sin sentimientos (sin que eso en sí tenga nada de malo)y asociarla a sentimientos, a cariño, ternura y respeto... me deja casi sin palabras, realmente.
Muy bello, muy excitante, muy sensual y sexual, muy caliente, muy tuyo.
Gracias por compartirlo.
En fin, lo que voy a contar es una absoluta ordinariez que no encaja con la sutileza y delicadeza del relato, pero es que el comienzo del mismo me la ha traído a la memoria y al recordarla me ha entrado la risa.
Un amigo mío, y deverdad que no fui yo, una noche, hace ya unos cuantos años, con unas cuantas copichuelas encima, le dijo a modo de presntación a la chica que juzgó como la mejor candidata de entre todas las que había en el bar los siguiente: "Te voy a follar de tantas maneras distintas que alguna te va a gustar" Lo curioso es que funcionó. No se por qué, bueno, si que lo sé, tu relato me ha traido a la memoria aquella noche.
Un besote
Como hoy esto esta tonto, no me ha avisado de que tenía comentarios, asique ustedes perdonen.
ROJAS: Siempre yo, eso es. Menos fuera de la bogosfera, ahí, nunca no voy desnuda. ;)
INMA: Pues ya sabes ... aunque lo de confiar en alguien lo suficiente suele estar dificil desde el momento en que te lo planteas.
AVATAR: Es que el mejor sexo suele ser el que se practica con amor ... y tú lo sabes. Pero lo de dejarte sin palabras, como que no me lo creo.
PEPE: a mí también me ha hecho sonreír tu comentario. Aunque tiene su punto de tristeza, porque sí sólo alguna podía gustarle ...
:o ese si que se fija :)
Pues creetelo, es cierto. Tus escritos me dejan las mayoría de las veces sin saber que decri, me cuesta bastante expresar sentimientos con palabras y tus textos tienen la virtud o el defecto de proporcionarme más sentimientos que opiniones.
MOE: Y tanto! ;) Me gusta "tropezar" contigo.
AVATAR: Pues me alegro de obligarte a despertar tus sentimientos, porque esos, son vida. Las opiniones son comunes a todos, nos las prestamos unos a otros, pero los sentimientos son sólo de uno.
Impresionante, de tus mejores posts... lo he vivido intensamente!
wow, me has traído semejantes recuerdos....
que lindo relato, casi lo he podido sentir con los ojos cerrados!!
muchos besos...
y te llevo a mis cercanos;)
EROSTISMO: Gracias hombre, gracias ... me alegra esa intensidad!
CIELOAZUL: Me gusta mucho que sintáis "cosas" leyéndome, asique ... bienvenida!
Sirena,
podría decir mil cosas sobre este relato.
Podría decirte que está bien escrito, que lleva una estructura que permite la concreción de un aumento paulatino y así obtiene la atención del lector.
Podría decir que ... tantas cosas podría decir, pero hubo quién llegó hasta mi en un momento especial de mi mente para derrumbar barreras muy especiales y reales.
Puedo hoy decirte que es bello y que confiar a ese punto en otra persona es únicamente posible cuando se llega a un estado donde el amor es entrega.
Hoy me atrevo yo a regalarte a ti algo que escribí en su momento, cuando logré comprender:
EL amor, cuando el amor es entrega
Te regalo la oscuridad,
para que tus ojos cubiertos
no puedan anticiparse a mis deseos.
Te regalo la seda que ata tus manos,
para aprender que se puede
recibir sin dar.
Te regalo la sutil caricia de mis labios,
para que mi aliento
siembre calor en tu cuerpo.
Te regalo mis manos,
para que descubras que puedes conocerlas
solo con sentirlas acariciar tu piel.
Te regalo palabras susurradas
que brotan en mí sólo por hacerte feliz.
Te regalo mil caricias
que abriguen tu cuerpo,
que te hagan soñar.
Te regalo el intenso placer
de solo gozar en poder recibir,
y las mil sensaciones
que transforman tu cuerpo al estallar.
Te regalo el tiempo de un beso
que recorre tus labios,
que abre tu boca,
que calma el deseo
Y te regalo la fe y la confianza absoluta,
que solo se logra cuando el amor es entrega.
Gracias Sirena, Gracias Pol(tu sabes los motivos)
Publicar un comentario
<< Home