UN COLLAR DE CUENTAS (continuación)
Te sigo con esos tropiezos traicioneros intentando a duras penas mantener el tipo porque cada paso es un suplicio. (Voy a sacarte las cuentas una a una, con la boca, justo en la puerta de esa tu entraña más suculenta, para luego atarte las piernas doblegadas junto a los brazos y tenerte a mis expensas ... tus expensas, esas que deseas). Y ya no pienso, quedo relegada sólo a sentir. Podría moverme, las cuentas no son más que una excusa para la fantasía, es el que sepas tú que estoy así porque yo quiero lo que las hace excitantes, pero no lo hago, no me apetece liberarme, porque lo que deseo es saciar tu necesidad de mirarme excitada y encharcada.
(PONLE MÚSICA AL SEXO!!) (recomendación bloguera musical sexual)
Me golpea el vaivén de cuentas en esa entrada mía sofocada, lubricada, brillante, hambrienta y en vilo por no saber que harás con ellas. Las cuentas van y vienen sobre mis labios, rozándolos al través una y otra vez y tu polla, firme, presencia el goce de mis quejidos excitados mientras tu boca me come viva la entrepierna, mientras haces rodillos de placer contra mi, mientras pasas tus dedos por mis labios (cómo no iba a dejar tu sabor en ti) e, inmediatamente, acallas mis gemidos metiéndome las cuentas en la boca, ahogándote ahora con mis aires roncos, esos que casi ni se oyen, pero te excita aún más ese sonido gutural que no puede ser vocal porque tengo la boca llena, desbordada de cuentas.
Obcecas en la locura de tenerme entera, rondando mi herida, investigando cuan profunda es esa caverna con tu lengua, emborrachándote con ese parecer no ya mujer sino animal, hembra de un semental que no sabes si podrás saciar, porque animal es mi manera de decirte que me hagas tuya en ese instante en el que lo único que deseas es liberar mi boca y llenarla de tu carne, deleitarte con mis sonidos lamiéndote mientras tus manos me recorren cuello abajo, y lo haces, me vacías para llenarme raudamente de ti.
Las cuentas han ido cayendo por mi cuerpo y las coges: saben a mí, te quedas conmigo en tu boca, con el recuerdo de mí que me robaron la cuentas, mientras te beso, te engullo, te disfruto lentamente, a ratos más rápido, sabiendo que tienes el sabor salado de mi sexo en tu boca. En silencio tragas las cuentas como si fuera yo, las besas como si fuera mi lengua o mis labios, cualquiera de ellos, mientras te hago mío, y gimes ahora, eres tú el gutural, ahora (porque son tuyas y han estado sobre ti, dentro de ti, untadas de ti).
Ves que de un momento a otro vas a estallar conmigo en las dos partes de ti que te engloban, en todo tú y no quieres, prefieres que te vea desesperado, muriéndote de ganas, retorciéndote de deseo, suplicando un fin que ambos sabemos aún intentas no querer (porque me quiero así para ti) y cambias la posición intentando huir, aunque sean sólo unos segundos los que te den ese respiro. He quedado debajo de ti sin darme cuenta, buscando lo que deseaba comerme (mi polla) siguiéndote o siguiéndola, para ser exactos, porque no he permitido que te soltaras de mi boca ni cuando has intentado zafarte de mí.
Ahora sí, ahora la abandono para que sienta el aire, frío por no salir de mis adentros, y acojo en mi boca un testículo, desconcertándote esa temperatura tan brutalmente sentida por su piel. De la impresión casi te tragas unas cuentas al respirar hacia dentro, toses y crees que desmereces la ocasión, cuando en realidad me satisface ese sobresalto tuyo, pero no le das ocasión a esa sonrisa mía que intuyes de dibujarse más allá de tu pensamiento, y te enojas como sólo tú sabes enojarte, y como sólo yo sé consentirte. Te volteas veloz con la hilera de cuentas en tus manos decidido a atar las mías a la espalda, girándome destempladamente hasta ponerme boca abajo.
Debes frenar, y así lo haces, ese impulso rudo que te invade de follarme, de penetrarme para sentirte hombre. Antes de eso debes lamerme una vez más. Debes conseguir que me desboque como tú, que delire como tú, y teniéndome inmóvil de brazos, me besas entre las nalgas (eres una diosa de esto, así te siento), te alimentas de mí, rondas mi vientre, mi pecho, haces de mis pezones tu castigo. Tu boca me instiga una y otra vez, quiere oírme pedir lo que más deseo, pedirte que seas sólo el macho que necesito en esta cama. Estás ahí lamiéndome entre las piernas, derrochando salivas y lengüetazos mientras yo, boca abajo, con tus manos en mis pechos, pellizcándolos hasta que el dolor es placer, con mis muñecas atadas por un collar de cuentas, siento que voy a perder el sentido. Se me elevan las caderas solas facilitándote los lametones, deseando derretirme contra ti pero, cada vez que ves que puede suceder, relajas esa maldita lengua y me desespero.
- Por favor, sigue - he conseguido susurrarte, sin ningún éxito.
Quizás no me has oído o no has querido oírme, vas a lo tuyo, vas a por mí, con esa maldita lengua de tortura, verdugo de mi placer, y vuelves a encenderme poco a poco. Cuando de nuevo siento que necesito correrme de forma imperiosa, frenas el ritmo y esta vez ya, más desesperada aún, consigo elevar la voz un poco más:
- ¡No por favor, no pares! -ese suplicar es el que querías oir (Me haces esclavo con él). Asciendes por mi espalda, siento tu pecho trepar por mi columna hasta los hombros, entonces mascullas en mi oído:
-Dilo -besas mi nuca, los hombros, siento tu sexo sobre mis nalgas, sólo de visita, y el calor de tus piernas junto a las mías - Suplica otra vez -gruñes toscamente.
- Por favor -sé que estás suplicando tú, implorando escuchar mis palabras porque casi entras en mi, pero vences la urgencia.
-Quiero que lo grites -resuenan tus burdas palabras contra mis oídos- Sin favores, que me digas lo que quieres que te haga, por eso no entraré en ti -vuelves a entretenerte con la piel de mi espalda - Porque quiero que lo digas claro –me retuercen tus palabras, sigues martirizándome con tus palabras, atada de manos, disfrutas de ese ladeo de mis caderas bajo tu vientre, y yo me hundo bajo tu peso, ese peso que deseo se quede sobre mí aprisionándome por toda la eternidad.
Pero yergues tu espalda alejándolo de la mía, besas mis costados, rozas esos pechos sulfurados míos que se han separado del colchón al querer irse mi espalda pegada a la tuya, y, bajando la voz, casi en un balbuceo, te digo:
- Fóllame.
No ha sido en alto, ha sido casi inaudible, pero retumba en toda la habitación desplomándote sobre mí con la fuerza de un grito.
-Dilo otra vez –me mandas, me ruegas, mientras caemos los dos sobre la cama- Fuerte esta vez, profundo, para mis oídos -Y sí, exhortas que te lo pida de nuevo. Callo y tú, reclamas en un ruego insistente - No lo haré si no lo pides, necesito que lo pidas, dime que te folle, dímelo, lo necesito - sobre mis manos atadas siento latir tu vientre - Necesito saber que lo necesitas tú, que me quieres dentro - casi lloriqueas. Y yo no quiero que te levantes de nuevo:
- Te necesito dentro -te digo- Ya, te necesito dentro -repito elevando la voz. Y sin más, entras.
Entras sujetando mis caderas con tus manos casi sin hacer caso a esas palabras que tanto has pedido, porque quieres esa música mientras haces lo que yo te pido, porque quieres mi boca repitiendo eso toda la noche, incluso entre mis jadeos o gemidos, quieres tu pelvis chocando contra mis nalgas y mis flujos brindados a tu tronco en cada una de tus embestidas, para entonces pedir de nuevo, casi aullando:
-!Dilo otra vez, dilo, esta vez para los dos!
- Quédate ahí dentro, quédate ahí para siempre, !quédate ahí!
Una tremenda erección te deja, quieto, dentro de mí, detenido en un tiempo de éxtasis, detenido en un orgasmo que lucha por romper los diques, los tuyos y los míos, derramándose por nuestros oídos. Sé que piensas que quieres oír mi orgasmo primero, pero yo pienso lo mismo, y tú lo sabes. Ambos lo hacemos, los dos rompemos en un espasmo dentro de una electrizante convulsión, sin separarnos, juntos, unidos, aferrados, agarrados, casi desgarrados, clavándose mis uñas en tu vientre, con tu vello incrustándose en mis nalgas, con tu polla plena y gruesa en mis adentros inundándome de la esencia de tu semen, viajando tu calor más interno y espeso dentro de mí mientras se empapa la almohada con mis gritos.
Ebrios, de esa nube de extraña felicidad, esa que dura sólo unos escasos segundos que encierran algún secreto sobre toda la felicidad, esa en que ambos nos decimos con el cuerpo, con esta herramienta que tenemos, que nos amamos incluso cuando no puedo abrazarte por tener atadas las manos, pero abrazándote durante esos segundos que nos deja mirar cómo es la felicidad por dentro, como nunca podré abrazarte aun teniendo las manos para hacerlo.
© Glauka 2006 Un collar de cuentas
(PONLE MÚSICA AL SEXO!!) (recomendación bloguera musical sexual)
Me golpea el vaivén de cuentas en esa entrada mía sofocada, lubricada, brillante, hambrienta y en vilo por no saber que harás con ellas. Las cuentas van y vienen sobre mis labios, rozándolos al través una y otra vez y tu polla, firme, presencia el goce de mis quejidos excitados mientras tu boca me come viva la entrepierna, mientras haces rodillos de placer contra mi, mientras pasas tus dedos por mis labios (cómo no iba a dejar tu sabor en ti) e, inmediatamente, acallas mis gemidos metiéndome las cuentas en la boca, ahogándote ahora con mis aires roncos, esos que casi ni se oyen, pero te excita aún más ese sonido gutural que no puede ser vocal porque tengo la boca llena, desbordada de cuentas.
Obcecas en la locura de tenerme entera, rondando mi herida, investigando cuan profunda es esa caverna con tu lengua, emborrachándote con ese parecer no ya mujer sino animal, hembra de un semental que no sabes si podrás saciar, porque animal es mi manera de decirte que me hagas tuya en ese instante en el que lo único que deseas es liberar mi boca y llenarla de tu carne, deleitarte con mis sonidos lamiéndote mientras tus manos me recorren cuello abajo, y lo haces, me vacías para llenarme raudamente de ti.
Las cuentas han ido cayendo por mi cuerpo y las coges: saben a mí, te quedas conmigo en tu boca, con el recuerdo de mí que me robaron la cuentas, mientras te beso, te engullo, te disfruto lentamente, a ratos más rápido, sabiendo que tienes el sabor salado de mi sexo en tu boca. En silencio tragas las cuentas como si fuera yo, las besas como si fuera mi lengua o mis labios, cualquiera de ellos, mientras te hago mío, y gimes ahora, eres tú el gutural, ahora (porque son tuyas y han estado sobre ti, dentro de ti, untadas de ti).
Ves que de un momento a otro vas a estallar conmigo en las dos partes de ti que te engloban, en todo tú y no quieres, prefieres que te vea desesperado, muriéndote de ganas, retorciéndote de deseo, suplicando un fin que ambos sabemos aún intentas no querer (porque me quiero así para ti) y cambias la posición intentando huir, aunque sean sólo unos segundos los que te den ese respiro. He quedado debajo de ti sin darme cuenta, buscando lo que deseaba comerme (mi polla) siguiéndote o siguiéndola, para ser exactos, porque no he permitido que te soltaras de mi boca ni cuando has intentado zafarte de mí.
Ahora sí, ahora la abandono para que sienta el aire, frío por no salir de mis adentros, y acojo en mi boca un testículo, desconcertándote esa temperatura tan brutalmente sentida por su piel. De la impresión casi te tragas unas cuentas al respirar hacia dentro, toses y crees que desmereces la ocasión, cuando en realidad me satisface ese sobresalto tuyo, pero no le das ocasión a esa sonrisa mía que intuyes de dibujarse más allá de tu pensamiento, y te enojas como sólo tú sabes enojarte, y como sólo yo sé consentirte. Te volteas veloz con la hilera de cuentas en tus manos decidido a atar las mías a la espalda, girándome destempladamente hasta ponerme boca abajo.
Debes frenar, y así lo haces, ese impulso rudo que te invade de follarme, de penetrarme para sentirte hombre. Antes de eso debes lamerme una vez más. Debes conseguir que me desboque como tú, que delire como tú, y teniéndome inmóvil de brazos, me besas entre las nalgas (eres una diosa de esto, así te siento), te alimentas de mí, rondas mi vientre, mi pecho, haces de mis pezones tu castigo. Tu boca me instiga una y otra vez, quiere oírme pedir lo que más deseo, pedirte que seas sólo el macho que necesito en esta cama. Estás ahí lamiéndome entre las piernas, derrochando salivas y lengüetazos mientras yo, boca abajo, con tus manos en mis pechos, pellizcándolos hasta que el dolor es placer, con mis muñecas atadas por un collar de cuentas, siento que voy a perder el sentido. Se me elevan las caderas solas facilitándote los lametones, deseando derretirme contra ti pero, cada vez que ves que puede suceder, relajas esa maldita lengua y me desespero.
- Por favor, sigue - he conseguido susurrarte, sin ningún éxito.
Quizás no me has oído o no has querido oírme, vas a lo tuyo, vas a por mí, con esa maldita lengua de tortura, verdugo de mi placer, y vuelves a encenderme poco a poco. Cuando de nuevo siento que necesito correrme de forma imperiosa, frenas el ritmo y esta vez ya, más desesperada aún, consigo elevar la voz un poco más:
- ¡No por favor, no pares! -ese suplicar es el que querías oir (Me haces esclavo con él). Asciendes por mi espalda, siento tu pecho trepar por mi columna hasta los hombros, entonces mascullas en mi oído:
-Dilo -besas mi nuca, los hombros, siento tu sexo sobre mis nalgas, sólo de visita, y el calor de tus piernas junto a las mías - Suplica otra vez -gruñes toscamente.
- Por favor -sé que estás suplicando tú, implorando escuchar mis palabras porque casi entras en mi, pero vences la urgencia.
-Quiero que lo grites -resuenan tus burdas palabras contra mis oídos- Sin favores, que me digas lo que quieres que te haga, por eso no entraré en ti -vuelves a entretenerte con la piel de mi espalda - Porque quiero que lo digas claro –me retuercen tus palabras, sigues martirizándome con tus palabras, atada de manos, disfrutas de ese ladeo de mis caderas bajo tu vientre, y yo me hundo bajo tu peso, ese peso que deseo se quede sobre mí aprisionándome por toda la eternidad.
Pero yergues tu espalda alejándolo de la mía, besas mis costados, rozas esos pechos sulfurados míos que se han separado del colchón al querer irse mi espalda pegada a la tuya, y, bajando la voz, casi en un balbuceo, te digo:
- Fóllame.
No ha sido en alto, ha sido casi inaudible, pero retumba en toda la habitación desplomándote sobre mí con la fuerza de un grito.
-Dilo otra vez –me mandas, me ruegas, mientras caemos los dos sobre la cama- Fuerte esta vez, profundo, para mis oídos -Y sí, exhortas que te lo pida de nuevo. Callo y tú, reclamas en un ruego insistente - No lo haré si no lo pides, necesito que lo pidas, dime que te folle, dímelo, lo necesito - sobre mis manos atadas siento latir tu vientre - Necesito saber que lo necesitas tú, que me quieres dentro - casi lloriqueas. Y yo no quiero que te levantes de nuevo:
- Te necesito dentro -te digo- Ya, te necesito dentro -repito elevando la voz. Y sin más, entras.
Entras sujetando mis caderas con tus manos casi sin hacer caso a esas palabras que tanto has pedido, porque quieres esa música mientras haces lo que yo te pido, porque quieres mi boca repitiendo eso toda la noche, incluso entre mis jadeos o gemidos, quieres tu pelvis chocando contra mis nalgas y mis flujos brindados a tu tronco en cada una de tus embestidas, para entonces pedir de nuevo, casi aullando:
-!Dilo otra vez, dilo, esta vez para los dos!
- Quédate ahí dentro, quédate ahí para siempre, !quédate ahí!
Una tremenda erección te deja, quieto, dentro de mí, detenido en un tiempo de éxtasis, detenido en un orgasmo que lucha por romper los diques, los tuyos y los míos, derramándose por nuestros oídos. Sé que piensas que quieres oír mi orgasmo primero, pero yo pienso lo mismo, y tú lo sabes. Ambos lo hacemos, los dos rompemos en un espasmo dentro de una electrizante convulsión, sin separarnos, juntos, unidos, aferrados, agarrados, casi desgarrados, clavándose mis uñas en tu vientre, con tu vello incrustándose en mis nalgas, con tu polla plena y gruesa en mis adentros inundándome de la esencia de tu semen, viajando tu calor más interno y espeso dentro de mí mientras se empapa la almohada con mis gritos.
Ebrios, de esa nube de extraña felicidad, esa que dura sólo unos escasos segundos que encierran algún secreto sobre toda la felicidad, esa en que ambos nos decimos con el cuerpo, con esta herramienta que tenemos, que nos amamos incluso cuando no puedo abrazarte por tener atadas las manos, pero abrazándote durante esos segundos que nos deja mirar cómo es la felicidad por dentro, como nunca podré abrazarte aun teniendo las manos para hacerlo.
© Glauka 2006 Un collar de cuentas
Etiquetas: A CAMBIO DE LA INMORTALIDAD SIRENAICA
31 Comments:
Ufffffffffffffffffffffffffff
¿Y ahora cómo me quito yo estos calores? Definitivamente voy a dejar de leerte en el trabajo, esto no puede ser sano para mi salud mental, ni física ;)
"Ebrios, de esa nube de extraña felicidad, esa que dura sólo unos escasos segundos que encierran algún secreto sobre toda la felicidad"
Desde luego es un secreto y un misterio que nos atrapa a todos. Y que nunca desaparezca ese misterio.
Un beso.
P.D
A partir de hoy, siempre veré los collares de cuentas con otros ojos...
ISTHAR: Que no mujer, que no es eso lo que tienes que hacer ... esto sirve para encender la imaginación y tienes tooooodoooo el día por delante para ejercitarla, de modo que cuadno termines la jornada puedas llevar a cabo todo o parte de lo imaginando ... mira que encima que velo por la vida sexual de mis bloggerfriendsssssss ... ayssssss ...
AHH: Un pedacito, un mirar por la cerradura nada más ... tienen un encanto especial esos collares verdad? ;) Besos.
DETRASDELREFLEJO: jajajajajajjaa!! Eufemisticamente, lo decían eufemísticamente. Menos mal que ya no es necesario tanto disfraz ;). Un besazo.
Pasional, sensual, sexual, húmedo (seguramente para tus lectoras) y adecuado para que la jornada laboral sea más agradable...
....joer.... y Goldfrapp????.... creo que tendré que buscar el disco ese que lo tenía por algún lado.... joer.... O_o XD
ALLEN: ¿Para los lectores masculinos no? Joer joer joer ... yo pretendía encender a ambos sexos, de hecho hay un hombre en esta historia, juraría qe, encendido ;)
HUMILDE: Ese disco es enterito puro sexo ;): Black cherry. Pero toda su música tiene un no sé qué.
Supongo que ya los habrás oido, pero Portishead y Massive Attack también son bastante "sugerentes"...
Creo, sirena, que no compartes la sangre fría de los peces...
Te necesito dentro-...¿se te ocurre un imperativo mejor?...;?)
Me ha encantado "leerte", me has hecho sentir...desde bajo tu mar.
Gracias sirena
WILLOW: Oído cocina ;). Pues no, la tengo bien caliente ... cosas de abandonar ola inmortalidad sirenaica, que me da a mí que adoptas la humanidad como más intensamente ;)
DULCINEA: NO HAY MEJOR IMPERATIVO NO NO Y NO!!! Me alegro de ese sentir tuyo, bajo el mar ;). Un besazo!
Espectacular plas plas plasplas plas
Maaassss!! XD
Me gusta eso: te necesito, te quiero, follame ... impresionante Glauka, veo que sabes follar bien. Me alegro, disfrutalo cuanto puedas.
MARA: Me apabullas por Diossssssss!!!!!!
AVALÓN: Te buscas en el blog, qu cada cierto tiempo cae uno de éstos ;) ... ahora toca sequía una temporada, que además, ha pasado poquito entre la tostadora y las cuentas, muy poquito tiempo diría yo, máxime teniendo en cuenta la extensión temporal de la tostadora así como sus temperaturas alcanzadas ... el otoño, vamos a echarle la culpa al otoño.
Te toca a ti.
MANUEL No creo que "sepa" follar, creo que igual sé contarlo ;). Lo de follar es relativo, cada uno tiene sus maneras y sus formas, y lo que a uno le gusta a otro le espanta. Lo que sí me gustaría tener es "suerte" con el compañero de juegos, que sean similares esas maneras y formas o vamos aviados jajajajajajajajaaja!!!!! Un beso.
...HAY QUE VER como está la climatología (por lo de la sequía que viene), nunca satisfechos, que hay sequía y queremos lluvia, que hay lluvia y "no se puede salir"... pues a mi me gusta salir a mojarme sobre todo con esta lluvia que describes.
Hasta ahora que no he terminado, claro, como es un collar, pues venga a darle vueltas y vueltas contando las cuentas sin saber ya si me había descontado o aún quedaban... la verdad, dada la posibilidad visual que ofrece la fotografía me sale la cuenta (vaya), de 102, formada por 2 grupos de 11 cuentas chicas y 6 grupos de 12 cuentas (los que poseen en un extremo una cuenta de transito en el tamaño a los nódulos), eso más 8 nódulos diferenciados. !Que me he tenido que hacer marcas y todo en la pantalla para no perderme!!!! joer, que obsesión!!!!!... inevitable si uno es curioso de la antomía femenina y sus posibilidades.
Eres un volcán chica, a ver quien se atreve a quemarse con semejante lava, que me temo tan pronto es de dulce muerte como de amoratado ataque... visceral que es uno también al contar... y ese final, aaaayyyys ese final, que metáfora esconderá.
...y pensaba yo, una experiencia así no se produce sin más, seguramente plantearse situación semejante lleva a pensar que hay un buen rato de confianza entre esos dos, algo así como.. por decir una cifra al vuelo... unas nueve horas.
Besos.
Ufff, que bárbara!
Bonita manera de empezar la mañana!
...creo que tengo que hacer un "recreo"...jeje
Un beso, Glauka
PD: Los de Majórica deberían mandarte un regalo, porque aumentarán sus ventas de perlas.
USUARIO ANÓNIMO: Y CUARTO, NUEVE HORAS Y CUARTO, para ser exactos ;).
Pues no me he reído ni nada "imaginándote" contando cuentas ... jajajajajajajaja!!! Mira que eres mira que eres ...
Y sí, evidentemente para una experiencia como la de esta historia es necesaria confianza, mucha confianza o complicidad o conocimiento mutuo. Alguien me dijo en una ocasión que "huele a convivencia" y en su momento, por razones que no vienen al caso, le corregí, no es conviviencia al uso, es otra cosa. Pero igual sí, igual es necesaria convivencia para que dos se planteen estos juegos.
Besos para vos, caballero.
VALERIA: Me has dado una idea: voy a mandárselo a ver qué les parece com otexto para meter en sus cajitas de collares de perlas para estas navidades ;) jajaajajjaajajajajajajjaja!!!!
Eeehh... En fin que no se que decir. Bastante contundente ¿No?
Un besito.
Esto¡¡¡ NO ME DEJABA ENTRAR A COMENTAR, ¡¡¡
Que calor y que gustazo....
(y que bonito Glauka)
Besos.
(a la 1ªlectura se me ocurrieron algunas cosas que decir. Ala 2ª se borraron )
PEPE: Me ha gustado tu descripción: contundente. Gracias!!!!
SCHEHERAZADE: Buena forma de quedarse ;). Un beso!
CHURRA: O sea, que has tenido que leer de nuevo ... o ha sido voluntariamente? ;).
Graciassssssssss
Supe de Ud. leyendo a Eulalia y yo, que de creyente poco tengo, me he puesto a repasar una a una todas cuentas de este rosario suyo. No sé qué diría mi médico, el que me controla la hipertensión.
Solo dos palabras: E-Xi-TAN-TE y dulce...
ELEUTERIO GALVEZ, EL CONSUL TEMERARIO: Otro que le ha dado por contar cuentas!!!! No hay que contarlas, no, que se dispersa la concentración, y hay que estar a lo que hay que estar ;).
Bienvenido consul ...
ANGELITO MALO PERO BUENO: Me alegro de que te haya gustado, la historia es un poco como tú, un poco mala, pero buena ;). Un beso.
La simple realidad narrada con las palabras exactas y la música que acompaña a nuestros oidos.
Sencillamente delicioso.
Dark kisses
Bonito y excitante relato. Además como lo leemos desde el agua, nos gusta aún más. Esperamos pasarnos más por aquí y que tu nos visites en nuestro blog.
Besos desde el agua.
Aparte de lo leído y "vivido" te agardezco el enlace musical.
Es muy bueno.
La última vez que pasé me gustó menos lo que leí, está, me ha encantado.
besoss, amenazantes de volver, se que tardo pero...
LUA: La realidad es siempre superior a la ficción sencillamente porque es real ... o eso dicen ;). Soy de las ue mantiene que lo que imaginas, sucede, al emnos dentro de tu imaginación asique, sucede ... y sí, me contradigo, que es lo mío!
Besos apra usted.
alb(v)a(ro: Sed bienvenidos ambos a dos oye ... da gusto esto de visitas conjuntas, espero que hayáis calentado motores y estéis en pleno jacuzzi ya ;). Un beso.
PAU: Es un buen sitio, sí. Eso de ponerle música al sexo es algo divertido, interesante, cultural y muy pero que muy práctico. Un beso!
Una vez más la sirena pierde su cola y se adapta a la vida de la tierra para hacer sentir a los que andamos que nadar es posible.
BELEITA: Que debimos escribir al tiempo! QUé tendrá esto del erotismo que nos encanta a todos oye ;)
RAFA: Qué bonito me tratas tú! Gracias por esa frase tan hermosa. Un beso.
Glauka, nena
ya te he publicado; muchisimas gracias por tu aportacion
besis
jeje.. me dio por mirar, por eso de que respondes por aquí :P
no me refería a la entrada inmediatamente anterior, si no a la tostadora ;)
besoss,
por cierto.. me han dado algo de ganas de ducharme..
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