UNA DE SAN VALENTÍN

Conocida por todos es mi acritud al santito de las flechas pero algunos días me levanto con el ánimo lo suficientemente alto como para ingenuamente olvidarme de todos los males que aquejan al mundo, especialmente al mío. No hablo sólo de olvidarse de que hay guerras en el mundo, que la paz es una utopía, que se mueren niños diariamente de hambre o cosas así, que también, hablo de olvidarse incluso de que la borderline es eso, borderline. Esto es imperdonable.

-¡Bueno! ¡Qué flores más bonitas! –digo yo, en un alarde de estupidez supina, que a ver porqué tengo yo que hacer mención a nada, absolutamente nada de lo que encuentren mis ojos al pasar por la mesa donde hace que trabaja la niñata de marras.
- ¿A que sí? Me las regaló eldelbraguetazo – con una sonrisa que le desbordaba la cara, me contesta, mientras yo miro el tan hermoso como inmenso ramo de por lo menos veinticuatro capullos rojos intenso de invernadero de los caros- Ya ves –regocijo en los sonidos que entran por mis oídos, asique, la miro- es que me quiere muchísimo. ¡Va a ser que soy a la única a la que quieren en esta oficina porque a nadie más le han traído flores por San Valentín!

A mí no se me cae la dentadura porque no la uso que sino, se me hubiera caído.

Normal que te quiera, normal, absolutamente normal. Ha pasado de vender puerta a puerta a vivir en un megachalé de 400 m2 y hasta perro con caseta de 60 m2 –más que mi humilde morada, como recordaréis-, cobrar cinco mil euros al mes por ser el puto perro faldero tuyo y de tu familia (aguante tiene el muchacho, que eso, ni la más puta de las putas creo que lo soportara) ya que no se sabe el porqué de esas nóminas que sólo firma mensualmente, coche de 90.000 euros con todos los gastos pagados, claro está … vamos, que el éxito "profesional" ha sido bestial gracias a que tú te encaprichaste de él, aún no se sabe porqué, porque feo, es feo como un rayo … sinceramente, a mí me daría qué pensar.
Aún así intento aferrarme a la poca paciencia que me queda, no le reviento la boca porque tengo que seguir trabajando aquí, que yo tengo hipoteca que pagar, que no soy yo la que ha dado el braguetazo.

- A las demás no se lo mandan al trabajo porque se lo darán en casa, mujer. (Hay otras tres mujeres casadas a las que el marido quiere por sí mismas sin lugar a ninguna duda, porque por el dinero, va a ser que no es)

Risas. Risas compartidas con su hermano, del cual no os he hablado aún, pero se nota a la legua que son hermanos, no pueden negarse uno al otro, hubo cromosomas de boderlineidad para los dos. Y claro, cara de pocos amigos de Glauka que, a duras penas se contiene.

- Ya ya, esa es lo que se dice para disimular, pero la verdad es que ni se acuerdan del día de hoy como mi bragrateroparticular porque ya no las quieren como al principio.

Una lo pasa mal, francamente mal pasando ganas y conteniéndoselas para no gritarle a la cara: "Pero ¡so imbécil! ¡Que no se puede ser más imbécil! ¿Es que no ves tú diferencia alguna además de esa entre tu marido y el de las demás? ¿No tendrá nada que ver que eres la lotería primitiva de tu bragetazodelsiglohedado?" Pero ya lo he dicho, se contiene.

- Vamos a ver niña, que la gente puede quedar para cenar, pueden regalarse un fin de semana por ahí, que existen los libros y la música sin ir más lejos, y la lencería -abre los ojos- que hay mil cosas además de un ramo de flores y que no necesariamente se envían al curro donde a fin de cuentas, no se disfrutan, porque aquí, los demás, venimos a currar –la mala ostia empieza a hacer acto de presencia, cuando me doy cuenta de que soy yo la que está defendiendo a San Valentín fuera del ámbito laboral.
-¿Ah sí? – sa burla empieza a contestar a mi mala ostia, que es lo habitual entre la borderline y yo- ¿Qué es que a ti te mandaron algo a casa?
- Es posible -contesto sin inmutarme ante su intento de sarcasmo.

Duda, se ve la duda en su mirada. Y en su silencio. Y en el de su hermano. Con esto no contaban. Están a punto de hacerse con información privilegiada.

- ¿Quién? –ya no hay burla, sólo curiosidad desmedida.

Sonrío.

- Quien no. QUIÉNES.

Me largo. Sé, porque lo sé, que la he machacado.

Una de San Valentín© Glauka 2008