NOCHEVIEJA, CAMBIANDO RITUALES
Todas las nocheviejas de mi vida las he pasado junto a tí. Ya, ya sé que apareciste cuando tenía diecinueve años, pero mi vida empezó a ser mía a esa edad, cuando te conocí. Todos los años lo último que hacíamos y lo primero que hacíamos, todos y cada uno de los años, era sumergirnos uno en el otro a través de los ojos.
Cenábamos en tu casa, solos, tú y yo. Era una noche especial, nuestra, empezar y terminar juntos, empezar y terminar solos. Porque así es posible que nos sintiéramos frente al mundo: juntos y solos. Unas veces llevábamos túpers con comida de mi casa y comprábamos cuatro langostinos tigre (pocos pero decentes, pobres pero honraos) cuando la economía no daba para más, otras me sorprendías con un festival de marisco y “champán” del bueno, unas veces era en la habitación de un viejo piso compartido, otras en la friísima buhardilla que habías conseguido alquilar sin compartir, sólo para nosotros … siempre juntos, siempre solos.
Después íbamos a una fiesta de esas multitudinarias, con los amigos, cuando éramos unos críos, pero el fin de año, el comienzo del año, siempre era privado, nuestro nada más. Más tarde, cuando cenábamos ya con amigos, encontrábamos el hueco para seguir el ritual de estar juntos y solos en el último segundo del año, en el primer segundo del año, me mirabas, me amaban tanto tus ojos, te amaban tanto los míos, no había nadie más que tú y que yo, te lo aseguro.
Siempre recordaré con especial cariño la del 92/93 … no te rías, fue genial. Me quitaste el precioso traje de fiesta con el que salimos de casa de mis abuelos nada más llegar a aquella fría habitación que llevabas caldeando dos horas por lo menos, y estuvimos haciendo el amor hasta que se acabó el año … Dios! Aquello fue una locura! Te hiciste de rogar, vaya que si te lo hiciste, querías que estuviera hambrienta, muerta de deseo y de ansiedad y estallara justo con el último segundo del año y con el primer segundo del año …. Fue brutal, doblé mi cintura para acercarme a ti cuando se quebraba el brillo de tus ojos a mi alrededor, porque también nos miramos a los ojos ese año, y así, cegada por tu deseo, con tus costados entre mis piernas, tu manos sobre mi piel y totalmente poseída y poseedora empecé el año …. y juro que jamás he visto ni sentido tanto amor, nunca he sabido que me amaban tan del todo y nunca he sabido que amaba tan del todo … creo que eso va a ser difícil superarlo, la verdad.
El año pasado también estuviste a mi lado. Justo con la primera campanada sonó el móvil y yo supe que eras tú antes de leerte. Tenía la certeza de que una costumbre de quince años no se olvida por tres meses de separación. Ya, ya sé que tienes muy mala memoria, terriblemente mala, pero qué quieres, he comprobado que todo lo que tiene que ver conmigo lo recuerdas perfectamente. Por eso el año pasado no hubo cena de nochevieja en mi casa, porque temía tu llamada, y les robé el poco sentimiento de fiesta que le quedaba a mi esquilmada familia. Por eso estuve hasta las doce menos cuarto de la noche metida en la cama, a oscuras, porque no quería saber que me mirarías a los ojos también esa nochevieja, aunque no estuvieras conmigo, aunque ya no nos amáramos. Finalmente hice un intento de recuperar algo de la noche para mi hermana y mi madre, salí de la cama, abrí una botella de Moet Chandon, coloqué en el fondo de tres copas algo de oro por aquello de la buena suerte, y, con el mayor de los esfuerzos, intenté cambiar el significado de una fecha. Fue inútil porque tú me escribiste durante los últimos segundos del año y yo te leí en los primeros segundos del año. Con la primera campanada sonando en el televisor, llegaste tú a mi móvil, y ya no hubo uvas, sólo lágrimas mientras te leía, pese a no querer llorar, pese a no querer leerte. De nuevo estuvimos juntos, de nuevo estuvimos solos, pero esta vez, más solos que nunca, porque nadie entendería esa soledad compartida por dos que han dejado de amarse.
Temo que vuelvas a aparecer, aunque algo me dice que este año no lo harás. No quiero pensar en tí esta nochevieja, por favor, no me llames, no me escribas, necesito cambiar mis costumbres. Este año cenaré, sí, sin tí. Y creo que voy incluso a reírme. Quiero borrarte de mis nocheviejas, dejar de asociar esa fecha tan señalada a ti. No voy a pensar en ti, me niego rotundamente a que me estropeéis, tú y los recuerdos, las fechas señaladas del calendario de aquí a la eternidad. Esta nochevieja, durante las campanadas, pensaré en quienes me han regalado sonrisas e ilusión este año, en quienes han acariciado mi alma con dulzura, en quienes iluminaron mis mañanas, que tengo mal despertar, ya lo sabes ... asique no podrás ser tú. Por favor, no quiero que te acuerdes de mí, no quiero que me obligues a mantener la costumbre, no quiero que me impidas disfrutar de la entrada en un nuevo año limpia de toda huella de ti. Ni el primer beso, ni la primera mirada ni tan siquiera el primer pensamiento serán para tí este año. Porque así quiero entrar en el próximo año: libre.
©Glauka-2005 Nochevieja, cambiando rituales
Etiquetas: MAR DE FONDO
9 Comments:
Feliz salida y entrada de año, querida glauka!!!!
te deseo lo mejor, que cierres y abras capitulo nuevo, guardando los recuerdos en ese rinconcinto con llave de seguridad de tu corazoncito y que empieces etapa nueva... será mejor, seguro que si.
besotes navideños
me lo he leído dos veces... será verdad eso que dicen que desde el sufrimiento o el desamor o llámalo como quieras se escribe mejor, se expresa mejor o los que leen sentimos más. No lo sé, po sí, hay que seguir hacia adelante. Un beso y feliz nochevieja!
Bello por lo que relatas y doloroso porque todo forma parte ya de recuerdos perdidos...Espero que hayas podido iniciar este año libre de esos recuerdos,sin su presencia en tu retina ni en tus pensamientos,porque quizás ese sería el primer paso para disociar Nochevieja de él...Lo que viviste fue hermoso,pero quedo atrás,entiendo tu dolor.Un abrazo enorme del primer día del año que espero llegue colmado de felicidad para ti.Muacks.
Gracias por vuestros deseos, estoy segura de que algo han tenido que ver con que por fin, ni el fín ni el comienzo de un año, hayan contado con "su presencia" en mi alma ... no mentiré diciendoos que ni un segundo de mi noche fue a parar a su sonrisa, que la noche es larga, ;), pero no hubo dolor, que ya es algo.
y ahora ¿que hago yo con esta resaca?
Es complicado desvincular estados concretos, como tu nochevieja, de determinada gente que formó parte de ellos..
Es costoso emocionalmente porque nos marcan mucho determinadas situaciones y requiere un esfuerzo extra por nuestra parte.
Ojalá consiguieras estar libre del todo esa noche..en principio físicamente y luego psíquicamente..
Besitos y feliz 2006.
Gracias. Me satisface enormemente que hayas vuelto de nuevo a mi blog.
Por otro lado, mis mayores deseos para este año que acabamos de estrenar, sean en definitiva los mismos que todos deseamos en estas fechas..(Qué lástima, que con el paso de unos pocos días, tengamos de repente "mala memoria" para seguir siendo coherentes y tan humanos para mantenernos con el fin "de buenos deseos" de por vida).
Pero la vida es así, claro...
En cualquier caso, yo desde luego sigo pensando...( a la vista claro está de mis experiencias más personales) que el odio es puro veneno, y que en esta vida estamos de paso, más cuatro días..y poco más...Y mis deseos son siempre de todo corazón..
FELIZ 2006 GLAUKA.
leia mi historia, o no, perdon era la tuya, y a la vez se parecia tanto a la mia.
Gracias por escribirme cuando mas lo necesitaba
^ojos verdes^
Pero tipeja, no me hagas llorar. Ahora ya no me puedes reñir por no visitar tu blog. Que ganas me han dado de reenviar la direccion. Se quedo en ganas gracias a dios
Aunque llego un poco tarde me ha parecido especialmente bonito esta entrada en tu blog. Bonita porque plasmas tus sentimientos, triste por el contenido... pero al menos estás dejando atrás el pasado y se te ve con ganas de afrontar el futuro. Suerte. Un beso.
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