ESTA NOCHE
Una vuelta más y saldrán llamas del colchón. Van mil doscientas setenta y cuatro vueltas ya.
La cálida mantequilla que embadurna las paredes de pronto me resulta acogedora y vuelvo los ojos a ese desconchón en la esquina que esconden al fundirse con el techo. Sonrío.
Ese espejo de casi tres metros de alto que viste una puerta del armario me ha devuelto tantas veces la imagen, que ya ni me doy cuenta de que está ahí, como pasa con la familia, igual, y hoy le veo, miro en él, y descubro sonrisas y deseo y pieles y miradas ya olvidados, de esos que no quiero recordar.
Sigo sin localizar a Morfeo, y así no hay manera de intentar convencerle siquiera para que se quede esta noche, un ratito al menos, a mi vera.
Durante los últimos casi dos años me he sentido atacada por todo esto que ahora, no sé porqué, miro con la nostalgia que produce el afecto. Esta noche, no respiro la agresividad que rezumaba esta casa durante todo este tiempo de forma constante, imperturbable a mis sollozos o a mis lágrimas. Hasta recuerdo aquellas ocasiones, enterradas ya en mi cementerio particular, en que llegó a ser un hogar, y parece que en este instante, se ha vestido de hogar nuevamente, huele a rosas de las de antaño que ahora piden perdón.
Quizás esta casa quiera darle las gracias a la noche, a mi última noche aquí, porque, quizás sea la fuerza de esta última noche la que se me ha escapado con la mirada bañando todo lo que encuentra a su paso con un halo melancólico.
La cálida mantequilla que embadurna las paredes de pronto me resulta acogedora y vuelvo los ojos a ese desconchón en la esquina que esconden al fundirse con el techo. Sonrío.
Ese espejo de casi tres metros de alto que viste una puerta del armario me ha devuelto tantas veces la imagen, que ya ni me doy cuenta de que está ahí, como pasa con la familia, igual, y hoy le veo, miro en él, y descubro sonrisas y deseo y pieles y miradas ya olvidados, de esos que no quiero recordar.
Sigo sin localizar a Morfeo, y así no hay manera de intentar convencerle siquiera para que se quede esta noche, un ratito al menos, a mi vera.
Durante los últimos casi dos años me he sentido atacada por todo esto que ahora, no sé porqué, miro con la nostalgia que produce el afecto. Esta noche, no respiro la agresividad que rezumaba esta casa durante todo este tiempo de forma constante, imperturbable a mis sollozos o a mis lágrimas. Hasta recuerdo aquellas ocasiones, enterradas ya en mi cementerio particular, en que llegó a ser un hogar, y parece que en este instante, se ha vestido de hogar nuevamente, huele a rosas de las de antaño que ahora piden perdón.
Quizás esta casa quiera darle las gracias a la noche, a mi última noche aquí, porque, quizás sea la fuerza de esta última noche la que se me ha escapado con la mirada bañando todo lo que encuentra a su paso con un halo melancólico.
Necesito refugiarme entre tus brazos, ese lugar donde nada malo puede pasarme.
Necesito tu temperatura caldeando mi gélido entorno, el tacto de tu piel abrigándome entera.
Pero no existes.
La necesidad de tí, en cambio, sí.
Y esta maldita última noche jugando a la añoranza y al adiós, acucia mi abstinencia, y no me deja dormir.
©Glauka-2006 Esta noche
Etiquetas: MAR DE FONDO
10 Comments:
No es que este ausente, Glauka, es que está viniendo.
Tu misma lo sabes y tu misma lo dices.
Un abrazo, aunque no sea lo mismo.
... no será el calor que en su delirante calentura te hace delirar y escribir desde lo profundo del sentimiento, del alma, de lo añorado???
pues eso... que palante, lo que viene es mucho mejor, ni te lo imaginas.
besotes
Vamos, niña, que ya está. Se ha terminado del todo.
Esta noche tampoco dormirás. Pero mañana, como un niño pequeño.
A mí me pasó LO MISMITO.
Pero como me he adelantado así como con una prisa tremenda, esta vez te aviso yo. MUCHO MEJOR, ANDEVAPARAR, esto ha sido como un parto de nalgas de los chungos.
Pero ya se ha terminado. Mírate, estás reluciente!!!
Felicidades, amiga. Y disfrútate, que te lo has ganao pero a pulso.
Un beso.
Pues no sé si será peor la última noche en la casa vieja, o la primera en la nueva. Y el que sean las noches más cortas del año mejora precisamente la situación.
En fin; tras este desparrame de ánimos, al tajo, pequeñaja. Supongo que esta noche tendrás algún que otro trasto que echar el fuego. Y luego, a poner a remojo en el Cantábrico lo que quede.
Quién sabe, a lo mejor te pesca esta misma noche ese que no existe...
Aprovecha, en todo caso, el cambio de temporada para cambiar el chip. Zámpate unas buenas sardinitas a la brasa y mira p'alante, y también un poco para los lados.
Chapuzón de San Juan. Obligatorio.
Hechizo de formas corporeas
Se feliz
y es que es difícil dar el último paso cuando se sabe que lo es. Es difícil despedirse sabiendo un adios y no un hasta luego. Cómo no iba a ser dificil dormir? Pero, al final, se acaba durmiendo.
besos, y felices sueños
el insomnio que atormenta los deseos, que despierta las ansias, las añoranzas...
que todo pasa amiga...
y aquellos brazos existen y seguro te encontrarán:)
muchos besos...:)
noches sin dormir que marean el interior añorando lo que tenías pero que ya no quieres y ansiando lo que te gustaría alcanzar
todo llega, en el justo momento, y sus brazos llegarán...
Un vaso de leche caliente con galletas a media noche te cura el insomnio. Para el dolor que llevas en el alma no tengo remedio, solo consuelo. A mi también me pasan esas cosas.
Un beso.
bueno,pasemos página a los recuerdos y a esa última noche, ¿asi que la sirena ya habita en una nueva playa? Oceanos de besos para ti,muackis
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