AL MORIR

Lagrimas lloran
en un corazón de niño,
cuerpo de hombre.

“No viene” piensas tú, madre.
y el niño espera y desespera
sonriendo pero llorando,
recordando su vida
-y tu vida-
llorando de niño
y ahora llorando.

“No viene” sospechas tú, madre.
tiembla en la noche,
susurra sollozos
que nadie oirá.
Sin madre en vida
aprendió a no llorar por ti.

“¡No viene!” dices tú, madre.
la muerte te llama
y no quieres morir.

Y el espera y desespera
a que sólo digas su nombre,
una palabra, sólo una,
y te mirará de niño
con luces en los ojos,
empañada la mirada
envuelta en arrugas
olvidadas entonces.
Te mirara sin el paso
del tiempo,
sin entender,
suplicando, como entonces,
sólo ser querido.

“¡No viene!” Gritas tú, madre.
No sé porqué le llamas,
tal vez quieras ser madre
antes de morir,
tal vez quieras querer,
no sé.

“No viene, no” te contesta la muerte,
madre.
El bajará la vista,
y seguirá viviendo
sin ti,
con la ilusión desilusionada
de haber tenido madre
alguna vez.
Algo duele en su corazón,
duro corazón arrugado
de niño grande.
Hubiera perdonado
si te hubiese oído,
ya ves, tú, sola ahora,
tal vez le hubieras querido.
El te quiso querer siempre,
y ahora,
ya es tarde.

©Glauka-1989 Al morir

A mi padre