LA TOSTADORA ( parte II)
(Recomendación: leer primero La Tostadora parte I)
Seguimos en el nivel 2, chatilla, que no hemos pasado al tres todavía…. Veré qué puedo hacer para solucionar esta tarea de equipo.
Si alguien muerde con esa sostenida presión tu mentón será porque se encuentra delante de ti. Ese mismo alguien que hace un instante reconocía en su brazo el estremecimiento de tus pechos al sentir tú la humedad en el lóbulo, cuando sin darte cuenta pasó rodeándote el cuello como la presa que interpretas ser, el mismo que ahora acopla su pierna entre las tuyas, abriéndose paso entre ese “no estoy segura”, clavándose con la ternura del ladeo hasta sentir el calor de tu cuerpo que atraviesa ambas prendas.
Y sigues contenida, esperando mientras los dientes se apoderan de tu labio inferior, cazándolo en un cepo del que no sabes huir. Te siento arder entre los muslos, me quemas y haces suspirar, logras escapar de lo feroz, inevitablemente entras en acción.
No soy yo, yo sólo espero. Recibo tu boca más carnosa, la de turgentes labios incendiados, húmedos por darme su beso. Y yo espero, porque en esta espera tus ojos son vidriosos y se nublan en los míos, porque tu respiración ambienta con el vaho de ambos, porque tu piel me roza y tus manos se agarran a mi cintura, porque no sabes estarte ya quieta y despiertas haciendo que me sienta tuyo, porque tu voz ya no pronuncia pero se repite en mi mente, porque me acaricias la nuca y voy hacia ti en un largo viaje, en tu busca.
Si alguien muerde con esa sostenida presión tu mentón será porque se encuentra delante de ti. Ese mismo alguien que hace un instante reconocía en su brazo el estremecimiento de tus pechos al sentir tú la humedad en el lóbulo, cuando sin darte cuenta pasó rodeándote el cuello como la presa que interpretas ser, el mismo que ahora acopla su pierna entre las tuyas, abriéndose paso entre ese “no estoy segura”, clavándose con la ternura del ladeo hasta sentir el calor de tu cuerpo que atraviesa ambas prendas.
Y sigues contenida, esperando mientras los dientes se apoderan de tu labio inferior, cazándolo en un cepo del que no sabes huir. Te siento arder entre los muslos, me quemas y haces suspirar, logras escapar de lo feroz, inevitablemente entras en acción.
No soy yo, yo sólo espero. Recibo tu boca más carnosa, la de turgentes labios incendiados, húmedos por darme su beso. Y yo espero, porque en esta espera tus ojos son vidriosos y se nublan en los míos, porque tu respiración ambienta con el vaho de ambos, porque tu piel me roza y tus manos se agarran a mi cintura, porque no sabes estarte ya quieta y despiertas haciendo que me sienta tuyo, porque tu voz ya no pronuncia pero se repite en mi mente, porque me acaricias la nuca y voy hacia ti en un largo viaje, en tu busca.
(Procederemos a una mínima intervención sobre el evento, para no distraer al lector, simplemente diremos… responde ella).
Sólo quiero lamerte, lamerte hasta que mi lengua desfallezca en esa carrera incansable que la lleva por tu boca, por dentro, por fuera, por tu cuello, mientras mis manos reconocen tu torso, y ese calor conocido que hoy, ahora, no es el hogar que habitualmente encuentro en él, hoy se eriza al tacto de mis manos y tiembla cuando éstas, con avidez, buscan bajo el pantalón tu vientre. Sin detenerse siguen surcando tu cadera, tu cintura, tu espalda, arriba, abajo, en un afán de posesión que las hace forzar su tacto cada vez más ... y mi lengua quiere seguirlas, las sigue a otro ritmo, sedienta quizás, robándole el alma a lenguetazos, recogiendo lo que conoce de tu piel, esa temperatura que necesita reconocer para saciar su necesidad de ti.
Desciende mi lengua por tu pecho, por tu estómago, y casi sin darse cuenta me deja quieta, en cuclillas, frente a ti. Me izas, pero mis piernas te aprisionan a la altura de tus rodillas. Mientras me levanto hasta quedar sentada en la silla, empujo tus caderas sobre la mesa, mirándote a esos ojos que llevas intentado cerrar los últimos minutos. Y acerco mis labios a ese vientre tuyo que me vuelve loca, tan loca como a ti loco el roce de mis labios sobre la piel fina que me espera allí, lo suficiente para ondular tu cuerpo buscando mis labios con tu sexo. Me gusta la sal que nace en ese trozo de tu vientre, caliente, palpitante, y sin embargo, dulce. Es ingenuo ese trozo de ti, justo ese que tiene piel de niño, tan cercano al fuego. Esa piel que tú no entiendes qué poder ejerce sobre mí y cómo es que me hipnotiza, pero que yo siento tililar levísimamente bajo mi lengua con vida propia y me derrito.
Alargué tu espera. Tus ganas me gustan ansiosas, desbordadas, arrebatadas. Casi como tú.
Sigo, sintiéndolo por ti, estamos en el nivel 2 ... de continuar como pretendía hacer estaría en nivel 4 directamente.
Sólo quiero lamerte, lamerte hasta que mi lengua desfallezca en esa carrera incansable que la lleva por tu boca, por dentro, por fuera, por tu cuello, mientras mis manos reconocen tu torso, y ese calor conocido que hoy, ahora, no es el hogar que habitualmente encuentro en él, hoy se eriza al tacto de mis manos y tiembla cuando éstas, con avidez, buscan bajo el pantalón tu vientre. Sin detenerse siguen surcando tu cadera, tu cintura, tu espalda, arriba, abajo, en un afán de posesión que las hace forzar su tacto cada vez más ... y mi lengua quiere seguirlas, las sigue a otro ritmo, sedienta quizás, robándole el alma a lenguetazos, recogiendo lo que conoce de tu piel, esa temperatura que necesita reconocer para saciar su necesidad de ti.
Desciende mi lengua por tu pecho, por tu estómago, y casi sin darse cuenta me deja quieta, en cuclillas, frente a ti. Me izas, pero mis piernas te aprisionan a la altura de tus rodillas. Mientras me levanto hasta quedar sentada en la silla, empujo tus caderas sobre la mesa, mirándote a esos ojos que llevas intentado cerrar los últimos minutos. Y acerco mis labios a ese vientre tuyo que me vuelve loca, tan loca como a ti loco el roce de mis labios sobre la piel fina que me espera allí, lo suficiente para ondular tu cuerpo buscando mis labios con tu sexo. Me gusta la sal que nace en ese trozo de tu vientre, caliente, palpitante, y sin embargo, dulce. Es ingenuo ese trozo de ti, justo ese que tiene piel de niño, tan cercano al fuego. Esa piel que tú no entiendes qué poder ejerce sobre mí y cómo es que me hipnotiza, pero que yo siento tililar levísimamente bajo mi lengua con vida propia y me derrito.
Alargué tu espera. Tus ganas me gustan ansiosas, desbordadas, arrebatadas. Casi como tú.
Sigo, sintiéndolo por ti, estamos en el nivel 2 ... de continuar como pretendía hacer estaría en nivel 4 directamente.
(Turno de él, decidido o encendido)
NIVEL 3 – Son tus besos, tus roces de labio sobre mi carne de sexo, los que siento como dulce caricia. No osas tocarme con tus manos, posadas sobre tus rodillas dejas que me acaricien tus mejillas, inhalando en tus fosas el inconfundible aroma masculino, besuqueando el arranque, el tronco por su base hasta dejarlo rebotando en el aire después de apartar tu nariz.
Me miras y sabes lo que espero, yo siempre espero cuando eres tú la que decides, confiado me tienes a tus artes de darme lo que deseas.
Esta vez los besos se forman en unos labios prietos que pellizcan la tensión de la piel, separándose al tiempo que recuperan su turgencia. Y son tus ojos, no tu boca lo que me excita, tu manera de mirarme con esa mezcla que te embriaga, de deseo, de ternura, de ganas de entregarme el placer que sabes deseo y puedes darme. Todo sucede cuando mi mano se posa casi sin posarse en tu mejilla, rozando la comisura de los labios. Mi último paisaje entre mi vientre y tu mirada son los montes excitados que avanzas al inclinarte, luego todo es humedad en esta oscuridad que mis párpados generan. Algo en mi interior crece más de lo que creía mientras te imagino, mientras tu mejilla frota mi palma y se apoya en ella.
No se si podré resistir esta sensación, no se durante cuánto, sólo deseo que la hagas eterna. Pláceme lento, amor.
Cumplido el escalón del nivel 3, ¿te mantienes? ¿O cruzas el umbral?
NIVEL 3 – Son tus besos, tus roces de labio sobre mi carne de sexo, los que siento como dulce caricia. No osas tocarme con tus manos, posadas sobre tus rodillas dejas que me acaricien tus mejillas, inhalando en tus fosas el inconfundible aroma masculino, besuqueando el arranque, el tronco por su base hasta dejarlo rebotando en el aire después de apartar tu nariz.
Me miras y sabes lo que espero, yo siempre espero cuando eres tú la que decides, confiado me tienes a tus artes de darme lo que deseas.
Esta vez los besos se forman en unos labios prietos que pellizcan la tensión de la piel, separándose al tiempo que recuperan su turgencia. Y son tus ojos, no tu boca lo que me excita, tu manera de mirarme con esa mezcla que te embriaga, de deseo, de ternura, de ganas de entregarme el placer que sabes deseo y puedes darme. Todo sucede cuando mi mano se posa casi sin posarse en tu mejilla, rozando la comisura de los labios. Mi último paisaje entre mi vientre y tu mirada son los montes excitados que avanzas al inclinarte, luego todo es humedad en esta oscuridad que mis párpados generan. Algo en mi interior crece más de lo que creía mientras te imagino, mientras tu mejilla frota mi palma y se apoya en ella.
No se si podré resistir esta sensación, no se durante cuánto, sólo deseo que la hagas eterna. Pláceme lento, amor.
Cumplido el escalón del nivel 3, ¿te mantienes? ¿O cruzas el umbral?
(Terca ella en avanzar)
RETOMANDO EL NIVEL 3 – Te miré un instante, quieta, sentada mientras te recuperaba, porque cerrando los ojos te ibas de mi lado, y te quiero ahí, conmigo. Rozando suavemente con mi lengua, sintiendo tus caderas con mis manos (que me gustan tus caderas, me gusta el calor que me regalan cuando las aprisiono con mis manos), sólo mi lengua chupeteaba lentamente, sólo la punta de tu sexo, esa que se henchía e hinchaba, cambiaba de color, exhibía turgencias ansiosas.
Sin dejar de mirarte empecé a pasear mi lengua y mi boca por toda tu polla, de arriba abajo, hasta llenarme de ella para luego echarte fuera sin contemplaciones, y volver a tenerte dentro, y volver a repudiarte. Estás rasurado por completo, para mi supongo, es un gustazo lamer toda tu piel (mi piel ahora) suave, hacerte sentir el contraste del frescor de la saliva en mi boca caliente, jugar con ella, tu polla, con mi lengua, succionándola sin rumbo, sin seguir el camino que se supone se sigue en estos casos hasta hacer que estalles de placer ... no quiero eso, no, quiero disfrutarte y así empiezo nuevamente a recorrer el camino desde la base hasta el capullo para chuparlo con verdadera ansía mientras con mis manos abrigo todo ese miembro que ya es mío. No te miro, ya no me miras, estás perdido en algún lugar recóndito donde te ahogas en mi humedad, te ahogas en mí.
Puedo oírte respirar fuertemente, se que ansías que no siga el camino habitual, que te haga subir y bajar pese al dolor de esa bajada, que quieres irte del todo, pero al tiempo no quieres irte aún .. se posan tus manos sobre mi cabeza con la intención de marcarme el ritmo de los movimientos, pretendiendo entrarme toda, hasta el fondo de la garganta. Sólo un par de veces logras tu objetivo, porque sé que en realidad no es eso lo que quieres, no.
Yo juraría que seguimos en nivel 3 pero claro, tú eres el que ha padecido mayor calor, así que tú dirás.
RETOMANDO EL NIVEL 3 – Te miré un instante, quieta, sentada mientras te recuperaba, porque cerrando los ojos te ibas de mi lado, y te quiero ahí, conmigo. Rozando suavemente con mi lengua, sintiendo tus caderas con mis manos (que me gustan tus caderas, me gusta el calor que me regalan cuando las aprisiono con mis manos), sólo mi lengua chupeteaba lentamente, sólo la punta de tu sexo, esa que se henchía e hinchaba, cambiaba de color, exhibía turgencias ansiosas.
Sin dejar de mirarte empecé a pasear mi lengua y mi boca por toda tu polla, de arriba abajo, hasta llenarme de ella para luego echarte fuera sin contemplaciones, y volver a tenerte dentro, y volver a repudiarte. Estás rasurado por completo, para mi supongo, es un gustazo lamer toda tu piel (mi piel ahora) suave, hacerte sentir el contraste del frescor de la saliva en mi boca caliente, jugar con ella, tu polla, con mi lengua, succionándola sin rumbo, sin seguir el camino que se supone se sigue en estos casos hasta hacer que estalles de placer ... no quiero eso, no, quiero disfrutarte y así empiezo nuevamente a recorrer el camino desde la base hasta el capullo para chuparlo con verdadera ansía mientras con mis manos abrigo todo ese miembro que ya es mío. No te miro, ya no me miras, estás perdido en algún lugar recóndito donde te ahogas en mi humedad, te ahogas en mí.
Puedo oírte respirar fuertemente, se que ansías que no siga el camino habitual, que te haga subir y bajar pese al dolor de esa bajada, que quieres irte del todo, pero al tiempo no quieres irte aún .. se posan tus manos sobre mi cabeza con la intención de marcarme el ritmo de los movimientos, pretendiendo entrarme toda, hasta el fondo de la garganta. Sólo un par de veces logras tu objetivo, porque sé que en realidad no es eso lo que quieres, no.
Yo juraría que seguimos en nivel 3 pero claro, tú eres el que ha padecido mayor calor, así que tú dirás.
EarthSea&Fire 2006 La Tostadora
Etiquetas: A CAMBIO DE LA INMORTALIDAD SIRENAICA
8 Comments:
Se agradece de la tostadora, el uso de tipografía de tamaño conforme...nos planteábamos aquello de si el onanismo literario deja ciegos...
Tu estas segura Glaukita que esta tostadora tiene 10 niveles.....(si es asi yo voy ya por el 9 ) todavia les gano y todo .....
Que control !!!!!
Besazos
arf, arf!!!
Solo dire una cosa: vamos a por el cuatro, por dios!! XD
La tostadora puede llegar a socarrarse ella misma? Lo que digo yo es que como haya cortocircuito antes de lo esperado, sacar una tostada sin ayuda te quema los dedos. Que chungo comer tostadas cortocircuitadas. Glaukita tus cantos se echan de menos.
mÖe): Has de informarme de eso de la letra pequeña, porque os prometo que yo la veo siempre grande, ya en la otra tostadora, no entendí porqué Eulalia lo veía canijillo ... si persiste el problema, dímelo, porfa, que a mí me sale correcto de tamaño.
CHURRA: Por imposible que pueda parecerte, esto no ha hecho más que empezar ;).
AVALÓN: Caaaalmmmaaaaa, ante todo, mucha caaaallllmaaaa, las cosas como mejor saben es a fuego lento. Mañana, más.
MITSUI: Eso puede ocurrir, sí, que se queme a sí misma ... lo iremos comprobando ;)
¿esto no es nivel 10?
por que me estoy conteniendo que no tengo a mano al enfermero, que si no...
Casi me espero a que salgan las partes III, IV... ... ...MCXXVIII.
¿Dónde has comprado esa tostadora? En mi barrio no las venden...
TOXCAL: JAJAJAJAJAJA!!! El enfermero estará encantado de curarte este mal también, que lo sé yo ... y no, aún falta para el nivel 10 ...
DETRASDELREFLEJO: Eso espero, caballero, que ya tenemos una edad ;).
AVATAR: Vendrán más partes, claro que sí. PUes no la compré, me la regalaron ;). Besos guapísimo.
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