31.8.07

SOLO

"Sigo solo", decía uno que temía la compañía.

Lo que no sabían es que no buscaba compasión, que no lloraba su soledad, sino que la vivía con orgullo, tal vez errado. Demasiado esfuerzo le suponía poder seguir diciendo aquello de "sigo solo" y que, en realidad, ocultaba su terrible miedo precisamente, a quedarse solo si algún intrépido decidía acompañarle en su camino, pero sólo un trecho, y así, el día que decidiera irse aquel acompañante, ya no seguiría solo, no, entonces, "estaría solo".

No soportaba la idea de llegar a estar solo, de llegar a sentirse solo, por ello un buen día juvenil decidió seguir solo.

Hoy descubría con cierto vértigo que había olvidado cómo caminar acompañado.
Solo @ Glauka 2007

Etiquetas:

27.8.07

Despertar a tu ausencia

En el extremo más alejado de la noche
solloza la luna.

Resquema la cicatriz invisible
que la memoria, apretando sus grilletes,
descarna para mí y para ella.
Mientras me extravío
en el parpadeo de un suspiro,
intenta iluminar mi luna
el escenario donde las caricias insomnes
rebosan mis dedos,
ahogándose en la herida
que la cicatriz no consiguió anestesiar.
Me cuenta la ausencia de tus ojos
hasta que la hago callar cerrando los míos,
hundiéndome en la almohada de locura
que un día, ella misma me regaló.

Será su marcha, la de la luna,
la que dejará en mis labios
el regusto amargo de la cordura
con su aroma inconfundible a cicuta.

Despertar a tu ausencia @ Glauka 2007

Etiquetas:

23.8.07

UNA GATA Y EL MAR






Tierra seca, reseca por el azote del sol, endurecida por los arañazos que el sobrevivir, el resistir ante la adversidad le han brindado.





Pequeños oasis logra, aún así, para reververar en vida húmeda, es una rebelde de lo que le ha tocado en suerte y así lo manifiesta en pequeños gestos.




Resiste con firmeza en sus logros, sin importarle su mínima expresión: puede lograrlo y hasta atrincherarse en su éxito









adornando su piel con pequeños brotes de esperanza.

El mar le acaricia.








Sin estridencias, con calma y toda la dulzura que sabe necesaria para aquella costrosa piel de la tierra. Lame sus heridas salitrándolas en busca de su cura,







y, al atardecer, inunda de resquemores sanadores sus bordes, intentando entrar en ella.


Ella se deja hacer. Tímida, decide abrirse al mar, sonreír con la escasa humedad que alberga cerca, muy cerca, de allá donde el mar la besa.











y él, el mar, lima sus asperezas con la lengua espumosa que sabe ha de tener.
















Se yerguen banderas de vida sobre sus heridas, triunfantes, y hasta sueña con ser fértil y acogedora



permitiendo las caricias de otros dedos






y el visionado de aquellos que el mar le traiga













Le deja entrar sin estridencias dejándose visitar por él sin miedos o vergüenza de mostrarle sus heridas







dejando que el sol se muera ahogándose en el mar, su mar, el que lame sus heridas y humedece sus sueños de vida, el que cimienta la existencia de oasis permanentes en los que vivir sobre ella.

El mar se ríe, juntando las labios para besarla con ternura, acaricia los poros que le ofrece calmada, sin miedo ya borrando las huellas que aún resqueman








y festeja con todo su poderío el festín que comparten.


Una gata y el mar © Glauka 2007

(Imagenes tomadas en Cabo de Gata) -más-

Etiquetas:

19.8.07

PREVIO (tanka)

Efervescencia
insoportable a ratos
mordiendo el día.
Cosquillas en los ojos
al sonreír tus pies.

Previo © Glauka 2007

Foto de jamesglaplin

Etiquetas:

4.8.07

CASA BATLLÓ


Dalí Y Gaudí estuvieron siempre en mis entrañas formando parte de ellas incluso cuando no sabía que existían. Así fue como los reconocí en cuanto les puse el ojo encima: eran míos. No puedo explicarlo porque con toda seguridad no tiene explicación: ES, sin más.

Visceral, sí, puede ser eso, que se trata de una forma de mirarles que no me permite objetividad ni frialdad o racionalidad, les siento. Y por eso, lleva arañándome rencorosamente la deuda pendiente desde aquella vez en que, hallándome en Barna me quedé con las ganas de entrar en la Casa Batlló porque antepuse -mal hecho, lo sé- los deseos ajenos a mis necesidades emocionales.



Esta vez entré, vaya que si entré. Y la recorrí entera acariciándola con la mirada y llevándome grabadas en la piel y en los huesos su aroma y su tacto en el hueco aquel que tenía reservado para ellos. Solas ella y yo hablamos sin palabras, pese a los turistas que la invadían y las ganas de todos ellos, tan legítimas como las mías, pero, estoy segura, con menos obligación existencial.




ES EL MAR

Esta casa es el mar cuando se evapora el agua.

Perfecta para una sirena venida a mortal cuando está lejos del agua.

Gaudí ha debido conocer a alguna que otra sirena.

Casa Batlló @ Glauka 2007



Etiquetas:

Powered by FeedBurner