30.11.06

CAUSALIDAD CONTRADICTORIA (Tanka)


Por no morder,
hambre desaforada
de tus latidos.
Antojo de un aliento
que regaló el mordisco.


© Causalidad Contradictoria-Glauka 2006

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29.11.06

NOCHE CHERRY

Que me ha dado la noche así como no sééééééééé ... no es exactamente dominatrix, que nooooo, pero así erótico festiva igual sííííííííí ... vamos, que hoy pillo a un Don Juan y lo dejo en nada, no vuelve a buscar una Dña. Inés en lo que le quede de vida ....
Y GOLDFRAPP es perfecta banda sonora para esos estados míos de
"CHERRY":

Y Black Cherry es perfecta para hacer boca, cerrar los ojos incluso y meterse en situación.

Claro que Number 1 es ideal, pero ideal ideal, como telón de fondo mirando a unos ojos ...



Eso sí, nos metemos en faena con Train porque si hay que ir se va, pero ir pa ná ... más cherry que nunca.

Y metidos en materia Stricte Machine es de lo más descarado el estado "cherry" ya ...

Aún no he decidido si es mala o buena noche...

(Y van dos)

Glauka

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27.11.06

ALTA FIDELIDAD

Al perfume, la he superado. Lo mío me costó, que me tiré un montón de años siendo fiel a Carolina Herrera, pero conseguí vencer mi fidelidad al perfume viendo todas las ofertas del mercado en este terreno y, gracias a los perfumes regalados, fui superando la fidelidad al perfume.
Pero en nada más.

La melena, por ejemplo, me acompaña de siempre, pelín más larga, pelín más corta, pero ahí está siempre conmigo, no puedo abandonarla, le soy fiel.
Ron con cocacola, si tomo copa, no hay otra opción, oscuro el ron, claro está, que el único y verdadero ron es el oscuro, no puedo ver más, que le soy fiel al oscuro ron desde ni me acuerdo ya cuándo.
La braga. Que están de moda los tangas, ya lo sé, pero a mí me van las bragas, de siempre. ¡Ah! Que no se me olvide en este tema que lo mío es la lencería fina, así de encaje y tal, como sexy con charm, por mucho que me parezcan monísimos los conjuntos (otro detalle, siempre conjuntos, nada de desparejados) deportivos, infantiles, de algodón y demás modernidades, nada, no hay forma de abandonar mi fidelidad lencera.
El amor, no se me olvide tampoco. Que sigo siendo fiel a la idea romántica de un amor brutal que lo ocupe todo, de tener un compañero de equipo con el que nada ni nadie me parezca un obstáculo, pese a haber descubierto ya que este tipo de fidelidad es un tanto surrealista. Y claro, en consecuencia, al sexo con amor, que no le veo yo el encanto o la magia al sexo sin más.
La amistad. Como concepto, quiero decir, que soy fiel a esa idea (creo que de nuevo estúpidamente romántica) de la amistad en la que no hay envidias, ni celos, ni dudas, ni enfados, sencillamente porque si se es amigo, no hay cabida a ninguna de esas cosas. Que cuando creo que por fin he asumido que alguien de quien yo era amiga no es recíproco en sus sentimientos conmigo, cuando creo que he conseguido adaptar mi actitud a eso que digo en voz alta de que "la amistad es camino de doble dirección", aparece en escena ese alguen y a tomar por el culo todas mis convicciones repetidas en alto, la fidelidad me demuestra que sigo siendo la perfecta imbécil de siempre, fiel a ese sentir amistoso.
El mar. No puedo evitar volver siempre a su lado. Me gusta la montaña, especialmente los bosques, pero el mar me tiene ganada, es más, hasta me siento culpable si disfruto casi (nunca es igual, pero a veces es casi) tanto como en el mar paseando por el campo, porque la fidelidad al mar me recuerda cual es mi emoción primera.
Mi amor. Cuando lo tengo, no hay nadie más. No veo otros hombres, no existen, directamente. Si es amor, es inevitable serle fiel, no hay esfuerzo alguno en ello, simplemente es así: fiel por vocación, por imposibilidad de no serlo, sin mérito alguno.
Los perros. Puedo incluso concretar más: las perras. Que los bichos en general me encandilan todos, desde las ranas a los peces, pasando por las tortugas y los ciervos, que he tenido en casa patos, pájaros, codornices, conejos y hasta un puercoespín, pero un perro, es un perro. Mejor dicho: una perra es una perra. Podría tener en casa ahora un gato, que no necesita tanta atención como un perro y me vendría muy bien encontrarme a alguien esperándome todas las noches, pero no puedo hacerle eso al mundo canino, que yo soy de perro (perra, Glauka, mejor perra) y siento que sería infiel si acepto el gatito ese que me han ofrecido y que me ha tentado sobremanera. Nada. Fidelidad ante todo. Nada de gato.
Mis blogueros. No puedo dejar de leerles a diario. Me encariño y estoy perdida, ni en esta maldita red se diluye esa imposibilidad. Intento diversificar, vale, pero no hay manera, amplío posibilidades para romper ese nudo que me ata a determinados blogerfriends porque no debiera trasladar esa forma mía de vivir aquí, pero nada, se repite una y otra vez la fidelidad de las narices.
Si es que ni en el messenger puedo charlar con más de una persona, no digo ya a la vez, no, es que incluso ahí mi territorio de actuación se limita a contadas personas, no me gusta charlar con alguien y dejar en espera a nadie, no me gusta esa sensación de estar eligiendo con quien estar.
La pasta. Me gusta la pasta italiana y por mucho que pruebe platos suculentos, como la pasta, nada de nada. Puedo disfrutar con otras cosas, no digo que no, pero la sensación placentera post pasta, consigue que sea ella mi plato favorito.
Las lilas. Casi nunca tengo flores en casa, y me encantan las flores en los mercados, llenas de colores fantásticos, me vuelven loca las flores estallando en colores rojos y amarillos, pero se me van los ojos silenciosamente tras las flores de color lila, violeta, morado, inexplicablemente.
Mi trabajo. Mira que despotrico y despotrico, y aún así, sigo sintiendo a mi "jefe" (amo dueño y señor cuando me recalienta las neuronas) como alguien mío a quien necesito serle fiel.
Moreno de sol. Que he sentido tentaciones a veces de acudir a la famosa lámpara, que en ocasiones es de lo más oportuna, pero no, no caigo ni mal ni bien, moreno es sol, y lo contrario sería serle infiel al astro rey.
A mis principios.
Al recuerdo de mi ex.
A la crema de chocolate.
Al padre que veía con niños ojos.
A mis autores favoritos, Kundera y alguno más menos conocido no tienen ni idea, pero así les siento, con absoluta fidelidad.
A mis emociones y miedos.
A la música.
A un beso imaginado que humedece mis labios aún imaginando.
A las burbujas bajo el agua.
A las noches de luna llena.
A las tormentas.
A ti.
Nokia. Mira que tiene guasa. Que hasta el móvil tenga que ser siempre Nokia. Que hace un mes me he cambiado de móvil, y me tiré una semana mirando modelos, que había otros que me gustaba su estética puede que incluso más, que se me iban los ojos tras uno de esos extraplanitos tan chulos, pero finalmente, mi fidelidad eligió por mí, y Nokia es lo mío. Manda narices.

No digo que se la merezcan. No siempre se la merecen. Posiblemente, nunca se la merecen. Pero no se trata de eso.

Glauka

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24.11.06

Sueños cumplidos que traen la ruina

Me tenían olvidada o eso creía yo. En cinco meses no han tenido tiempo para acercarse a mi nuevo hogar, por tanto asumí que mi vida de single era incompatible del todo con su amistad married. El teléfono sonaba sí, pero faltaban los ojos y la piel. Que sí, que lo tenía asumido, pese al dolor y las ausencias, no lo llevaba malamente.
Sonó el teléfono hoy. Por fin ha conocido ella mi casa, poco después de esa llamada de teléfono. El se quedó con sus gemelos, y con el palmo de narices que ella le solmenó de un sólo portazo.
Ya no puede más. Lágrimas. Dolor. Mucho dolor. Muchísimo dolor.
Deseaban un hijo más que nada en el mundo, y vinieron dos. Pero esa lucha infernal que viví a su lado durante años en busca del hijo que no quería venir, la enfermedad mental que encarceló durante todo el embarazo a ella y la dificilísima recuperación de ambos de todo ello, eran cosas con las que no contaban. A veces lo que más deseas puede ser tu ruina, y hoy lo he visto tan claro en aquellos hermosos ojos verdes … tan claro lo he visto en sus lágrimas … tan alto lo han llegado a decir incluso sus palabras …
Les quiero mucho más de lo que soy capaz de reconocerles a ellos, asique he llorado abrazándola, le he acariciado el pelo en mi regazo, he dejado que me hiriera contándome esas miserias que al parecer todos tienen y yo desconocía. Bien es verdad que ella sabe que pese a que me cuente puñaladas terribles de su marido encuentro, no una disculpa, pero sí una explicación a toda esa furia.
Lograron el embarazo cuando el desgaste emocional estaba en su punto más álgido y creyeron que era la solución a todos su males. La vida les ha estampado en todos los morros que no era así. A ella la engulló la locura durante todo el embarazo y a él, la desesperación, viéndose viudo de una mujer que amaba. Sus sueños se vieron cumplidos en los dos hermosos bebés que tuvieron, pero ni la locura ni la desesperación se apiadaron de esos bebés dejando en paz a sus padres cuando nacieron no, y está difícil que les abandonen, no hay manera.
Y eso termina de minarles, les ha separado, ya no son el equipo que yo conocí, ya no se aman sin más, ahora hay mucho rencor, mucha rabia a duras penas contenida, mucha culpabilidad en los ojos del otro cuando se miran.
Tenía que ser todo perfecto al nacer los gemelos, era lo único que les faltaba para ser felices. Y sin embargo, desde que aparecieron en escena, incluso como proyecto, no han vuelto a serlo.
Ella no tiene nada, me dice, su vida es una mierda, hasta perdió el trabajo cuando tuvo a los gemelos. Su vida se limita a cuidar de sus hijos y de un marido que la vigila en la educación de los bebés porque aún no se fía de ella, y es normal, porque ella aún no está bien, lo he visto hoy. Mira a su futuro y le da vértigo, no ve más que oscuridad, vida vacía y tediosa, y un marido que la controla tanto que se siente una perfecta inútil. Teme separarse porque él le ha dicho que se quedará con los niños … y porque le ama, que lo sé yo.
**************
Hasta aquí el domingo. Con suerte compartiré mesa y mantel hoy con ambos, cruzo los dedos para que, una vez más, no rompan el plan, que llevan sin salir más de dos años, inmersos como han estado en una muy mal entendida paternidad/maternidad.
Su deseo, su sueño, traía una mochila de cargas con las que no contaron, que nadie podía sospechar, que les está arruinando la vida. Nunca contamos con eso.
Glauka

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23.11.06

FRIO (Tanka)


Frío en el alma.
Tiritante la luz.
Vacío el aire
que rebosa en los huecos.
Hierve la sangre gélida.


© Frío- Glauka 2006
Fotografía de César Sampedro

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21.11.06

INOPORTUNO

"La primera vez que me hagas pagar los platos que rompes tú, la culpa será tuya, la segunda, la culpa ya será mía."
Y ya hubo una primera vez.
Que no tengo vocación de sparring, que paso de que descargues tus remordimientos conmigo, sencilla y llanamente porque yo no soy el origen de tus dolores de cabeza, por mucho que te empeñes en convertirme en esa madre paridora de todos tus males, no. Eres tú el único centro, el único creador. Yo no diría culpable, porque no hay culpables en la vida emocional, pero si ha de haber uno para que te sientas mejor, entonces ese eres tú sin lugar a ninguna duda. Y se huele la tormenta, los indicadores de alarma se pintan de ámbar … zona de peligro. Es posible, muy posible, que estalles y me caiga toda tu mierda encima.
Por eso me escondo, que para eso pienso, enfurecida y al borde de la ofuscación, todo esto. No te hablo porque de hacerlo es posible que te hiera, y me niego a hacerlo, yo no soy como tú, he aprendido a controlar mi rabia, tragármela si es necesario, pero no escupirla sobre nadie, porque nadie más que yo tiene la culpa de mis estados rabiosos, aunque tu actitud parezca la causante, no lo es, soy yo, que permito que esa actitud tuya me apuñale, y no voy a permitirme de ningún modo hacer lo que sé no debe hacerse: utilizarte a ti de sparring. No, no, y no.
El mundo es gris marengo, tenebroso, oscuro, con nubarrones, rayos, truenos y hasta centellas. Y se acaba contigo.
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Suena el teléfono.
Lo dejo todo (a tus tormentas también), y me voy a urgencias.
Ni una lágrima, cosa rara que soy como el babymocosete yo, en todo el trayecto. Estudio la situación como si no fuera conmigo mientras todas las posibilidades terribles reciben un tremendo manotazo cuando asoman los patitas en mi razonable explicación. (Te me apareces borroso, espanto tu imagen, que me ablanda y tengo que ser fuerte).
Es después de hablar con un médico cuando las lágrimas caen libres por fin, se me hundió la red de seguridad bajo el peso de las palabras calmantes. Realmente no es nada, pero el susto ha sido tremendo. (y te echo de menos).
Es cuando llego a mi casa, a esa casa vacía en la que tan bien me siento desde que entré en ella allá por junio, cuando me desmorono. No podría soportar perder a mi madre también. Eso es en lo que no quería pensar desde que sonó el teléfono, eso es lo que permanentemente sobrevolaba todo el silencio. (temes que te necesite porque no estarás, recuerdo que dijiste)
Daría cualquier cosa porque no tuvieras el día boxeador, cualquier cosa.
Entonces me acurrucaría entre tus brazos y lloraría. Y me dirías cualquier cosa ingeniosa de las tuyas que me haría sonreír primero, reír después. (Podrías estar de no ser por esa furia que a duras penas evitaste escupirme esta tarde)
Así no me acercaré a ti, ni hablar, no provocaré un remordimiento más.
Lloro sola, sin abrazo.
Me duele el corazón de lo apretado que estuvo temiendo perder a mi madre.
Me duele el alma porque ya he perdido a mi padre en vida.
Desconsuelo es lo que me queda, nada más.
Me duele tu ira, porque te veo bailar cerca, sin intuir tan siquiera que me ahoga ahora mismo tu ausencia, que no te dejo patearme la barriga porque ya me han pateado la cabeza, el corazón y la carne entera.
Te echo de menos. (Y a tus buenas noches también) (Y a tus rayitas) (Y a tus apariciones por sorpresa iluinadores nocturnos) (Y a tus juegos de palabras) (Y a esos segundos de callada ansiedad que me dicen dos palabras silenciosas ... aunque sea mentira)
A destiempo, esta vez.


© Inoportuno-Glauka 2006

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20.11.06

Gracias Toxcall

Si es que ... una tenía el día así como un poco gris, que últimamente como que me descolocan los que me rodean y consigo ir vadeando esa sensación de vértigo a duras penas, y me quedo así como rara rara rara ... y entonces aparece alguien y me hace un regalo:
Y qué queréis, que me hace ilusión.
Gracias Toxcal.
Glauka

16.11.06

UN COLLAR DE CUENTAS (continuación)

Te sigo con esos tropiezos traicioneros intentando a duras penas mantener el tipo porque cada paso es un suplicio. (Voy a sacarte las cuentas una a una, con la boca, justo en la puerta de esa tu entraña más suculenta, para luego atarte las piernas doblegadas junto a los brazos y tenerte a mis expensas ... tus expensas, esas que deseas). Y ya no pienso, quedo relegada sólo a sentir. Podría moverme, las cuentas no son más que una excusa para la fantasía, es el que sepas tú que estoy así porque yo quiero lo que las hace excitantes, pero no lo hago, no me apetece liberarme, porque lo que deseo es saciar tu necesidad de mirarme excitada y encharcada.

(PONLE MÚSICA AL SEXO!!) (recomendación bloguera musical sexual)

Me golpea el vaivén de cuentas en esa entrada mía sofocada, lubricada, brillante, hambrienta y en vilo por no saber que harás con ellas. Las cuentas van y vienen sobre mis labios, rozándolos al través una y otra vez y tu polla, firme, presencia el goce de mis quejidos excitados mientras tu boca me come viva la entrepierna, mientras haces rodillos de placer contra mi, mientras pasas tus dedos por mis labios (cómo no iba a dejar tu sabor en ti) e, inmediatamente, acallas mis gemidos metiéndome las cuentas en la boca, ahogándote ahora con mis aires roncos, esos que casi ni se oyen, pero te excita aún más ese sonido gutural que no puede ser vocal porque tengo la boca llena, desbordada de cuentas.

Obcecas en la locura de tenerme entera, rondando mi herida, investigando cuan profunda es esa caverna con tu lengua, emborrachándote con ese parecer no ya mujer sino animal, hembra de un semental que no sabes si podrás saciar, porque animal es mi manera de decirte que me hagas tuya en ese instante en el que lo único que deseas es liberar mi boca y llenarla de tu carne, deleitarte con mis sonidos lamiéndote mientras tus manos me recorren cuello abajo, y lo haces, me vacías para llenarme raudamente de ti.

Las cuentas han ido cayendo por mi cuerpo y las coges: saben a mí, te quedas conmigo en tu boca, con el recuerdo de mí que me robaron la cuentas, mientras te beso, te engullo, te disfruto lentamente, a ratos más rápido, sabiendo que tienes el sabor salado de mi sexo en tu boca. En silencio tragas las cuentas como si fuera yo, las besas como si fuera mi lengua o mis labios, cualquiera de ellos, mientras te hago mío, y gimes ahora, eres tú el gutural, ahora (porque son tuyas y han estado sobre ti, dentro de ti, untadas de ti).

Ves que de un momento a otro vas a estallar conmigo en las dos partes de ti que te engloban, en todo tú y no quieres, prefieres que te vea desesperado, muriéndote de ganas, retorciéndote de deseo, suplicando un fin que ambos sabemos aún intentas no querer (porque me quiero así para ti) y cambias la posición intentando huir, aunque sean sólo unos segundos los que te den ese respiro. He quedado debajo de ti sin darme cuenta, buscando lo que deseaba comerme (mi polla) siguiéndote o siguiéndola, para ser exactos, porque no he permitido que te soltaras de mi boca ni cuando has intentado zafarte de mí.

Ahora sí, ahora la abandono para que sienta el aire, frío por no salir de mis adentros, y acojo en mi boca un testículo, desconcertándote esa temperatura tan brutalmente sentida por su piel. De la impresión casi te tragas unas cuentas al respirar hacia dentro, toses y crees que desmereces la ocasión, cuando en realidad me satisface ese sobresalto tuyo, pero no le das ocasión a esa sonrisa mía que intuyes de dibujarse más allá de tu pensamiento, y te enojas como sólo tú sabes enojarte, y como sólo yo sé consentirte. Te volteas veloz con la hilera de cuentas en tus manos decidido a atar las mías a la espalda, girándome destempladamente hasta ponerme boca abajo.

Debes frenar, y así lo haces, ese impulso rudo que te invade de follarme, de penetrarme para sentirte hombre. Antes de eso debes lamerme una vez más. Debes conseguir que me desboque como tú, que delire como tú, y teniéndome inmóvil de brazos, me besas entre las nalgas (eres una diosa de esto, así te siento), te alimentas de mí, rondas mi vientre, mi pecho, haces de mis pezones tu castigo. Tu boca me instiga una y otra vez, quiere oírme pedir lo que más deseo, pedirte que seas sólo el macho que necesito en esta cama. Estás ahí lamiéndome entre las piernas, derrochando salivas y lengüetazos mientras yo, boca abajo, con tus manos en mis pechos, pellizcándolos hasta que el dolor es placer, con mis muñecas atadas por un collar de cuentas, siento que voy a perder el sentido. Se me elevan las caderas solas facilitándote los lametones, deseando derretirme contra ti pero, cada vez que ves que puede suceder, relajas esa maldita lengua y me desespero.

- Por favor, sigue - he conseguido susurrarte, sin ningún éxito.

Quizás no me has oído o no has querido oírme, vas a lo tuyo, vas a por mí, con esa maldita lengua de tortura, verdugo de mi placer, y vuelves a encenderme poco a poco. Cuando de nuevo siento que necesito correrme de forma imperiosa, frenas el ritmo y esta vez ya, más desesperada aún, consigo elevar la voz un poco más:

- ¡No por favor, no pares! -ese suplicar es el que querías oir (Me haces esclavo con él). Asciendes por mi espalda, siento tu pecho trepar por mi columna hasta los hombros, entonces mascullas en mi oído:

-Dilo -besas mi nuca, los hombros, siento tu sexo sobre mis nalgas, sólo de visita, y el calor de tus piernas junto a las mías - Suplica otra vez -gruñes toscamente.

- Por favor -sé que estás suplicando tú, implorando escuchar mis palabras porque casi entras en mi, pero vences la urgencia.

-Quiero que lo grites -resuenan tus burdas palabras contra mis oídos- Sin favores, que me digas lo que quieres que te haga, por eso no entraré en ti -vuelves a entretenerte con la piel de mi espalda - Porque quiero que lo digas claro –me retuercen tus palabras, sigues martirizándome con tus palabras, atada de manos, disfrutas de ese ladeo de mis caderas bajo tu vientre, y yo me hundo bajo tu peso, ese peso que deseo se quede sobre mí aprisionándome por toda la eternidad.

Pero yergues tu espalda alejándolo de la mía, besas mis costados, rozas esos pechos sulfurados míos que se han separado del colchón al querer irse mi espalda pegada a la tuya, y, bajando la voz, casi en un balbuceo, te digo:

- Fóllame.

No ha sido en alto, ha sido casi inaudible, pero retumba en toda la habitación desplomándote sobre mí con la fuerza de un grito.

-Dilo otra vez –me mandas, me ruegas, mientras caemos los dos sobre la cama- Fuerte esta vez, profundo, para mis oídos -Y sí, exhortas que te lo pida de nuevo. Callo y tú, reclamas en un ruego insistente - No lo haré si no lo pides, necesito que lo pidas, dime que te folle, dímelo, lo necesito - sobre mis manos atadas siento latir tu vientre - Necesito saber que lo necesitas tú, que me quieres dentro - casi lloriqueas. Y yo no quiero que te levantes de nuevo:

- Te necesito dentro -te digo- Ya, te necesito dentro -repito elevando la voz. Y sin más, entras.

Entras sujetando mis caderas con tus manos casi sin hacer caso a esas palabras que tanto has pedido, porque quieres esa música mientras haces lo que yo te pido, porque quieres mi boca repitiendo eso toda la noche, incluso entre mis jadeos o gemidos, quieres tu pelvis chocando contra mis nalgas y mis flujos brindados a tu tronco en cada una de tus embestidas, para entonces pedir de nuevo, casi aullando:

-!Dilo otra vez, dilo, esta vez para los dos!
- Quédate ahí dentro, quédate ahí para siempre, !quédate ahí!

Una tremenda erección te deja, quieto, dentro de mí, detenido en un tiempo de éxtasis, detenido en un orgasmo que lucha por romper los diques, los tuyos y los míos, derramándose por nuestros oídos. Sé que piensas que quieres oír mi orgasmo primero, pero yo pienso lo mismo, y tú lo sabes. Ambos lo hacemos, los dos rompemos en un espasmo dentro de una electrizante convulsión, sin separarnos, juntos, unidos, aferrados, agarrados, casi desgarrados, clavándose mis uñas en tu vientre, con tu vello incrustándose en mis nalgas, con tu polla plena y gruesa en mis adentros inundándome de la esencia de tu semen, viajando tu calor más interno y espeso dentro de mí mientras se empapa la almohada con mis gritos.

Ebrios, de esa nube de extraña felicidad, esa que dura sólo unos escasos segundos que encierran algún secreto sobre toda la felicidad, esa en que ambos nos decimos con el cuerpo, con esta herramienta que tenemos, que nos amamos incluso cuando no puedo abrazarte por tener atadas las manos, pero abrazándote durante esos segundos que nos deja mirar cómo es la felicidad por dentro, como nunca podré abrazarte aun teniendo las manos para hacerlo.

© Glauka 2006 Un collar de cuentas

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15.11.06

UN COLLAR DE CUENTAS

Un collar de cuentas, me pediste, sólo un collar de cuentas.

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Y cuando un halo de mi perfume te visita por encima de los hombros, sin verme tan siquiera, te preguntas qué haces ahora sin tenerme sentada sobre ti. Te rozan las cuentas del collar con un calmado roce, de esos que te gustan porque te encienden lentamente. En cierta manera te relajas, porque esa calma es la que tú reconoces como predecesora de la tormenta de sensaciones, es la calma que te ocupa tras la tensión de las ganas durante el tiempo en el que has deseado entrar más que por unos ojos. Son sólo unas cuentas de collar las que te rozan la espalda desnuda al tiempo que el olor a jazmín te embriaga, mientras permaneces sintiéndome tras de ti, tan sólo. Y están siempre ahí las cuentas colgando, mientras te beso el cuello ellas siguen ahí, se desparraman ahora por tu pecho al buscar con mi boca tu barbilla, llegan a rozarte más abajo del vientre, y es entonces cuando descubres que es un largo collar negro, un muy largo collar, negro azabache.

Te despierta el olor, el mío, no el perfume, mi olor, ese que desprendo cuando te deseo y que ahora mismo reconoces con más fuerza que los jazmines de mi perfume. No sé si se queda enganchado el collar entre tus piernas enroscándose y haciéndose un enredo, o si eres tú quien se engancha al collar … acudo a tu frente y por fin me siento sobre tus muslos, como deseaste segundos eternos, besándote con la mirada. Desenrosco con lentitud el collar para pasártelo por el cuello y así, atarme a ti también físicamente. Suben y bajan las cuentas solas sobre tu cuello, obedeciendo al leve movimiento de mi boca sobre la tuya, a mis ojos que escudriñan los tuyos, atando todos los sentidos desatados con este simple collar de cuentas que nos hace prisioneros a ambos, sin poder huir de aquello para lo que cada una de las cuentas de este collar nos quiere unidos, casi forzados a hacer lo que él quiera, pero queriendo hacerlo.

Un chasquido afloja nuestras tensiones rompiendo el nudo que nos une, se ha abierto convirtiéndose en una larga soga de cuentas, de cuentas de negro azabache, a juego con esas medias que alejan su tacto de tus muslos, que me levantan dejándote sólo mi espacio vacío de recuerdo grabado en ellos. Crees que te azotaré con él durante la milésima de segundo que tardas en sentir su roce en tu miembro, y durante esa milésima de segundo en que esperabas el azote te ha dolido más brutalmente que si realmente te hubiera azotado, quizás, sólo quizás, porque deseabas más el azote de las cuentas que la sorpresa de su tacto a tu alrededor. Sólo un par de vueltas cercan tu miembro, sólo un par de vueltas he conseguido fijar ahí y son sólo un par de vueltas las que te provocan este suplicio, con sus diferentes tamaños, unas más grandes, otras más pequeñas, cada una con un roce propio, diferente, que se reinventa además gracias a la tensión que le infrinjo con mis manos al tirar de esta soga negra desde toda la distancia que me permite su longitud, distancia necesaria para contemplarte así, sujeto a mí por un inmenso deseo que crece y se regurgita a merced del movimiento que mis manos les brindan a una simples cuentas negras.

Esta chiquilla, siempre habrá tenido estas ideas o se le ocurre sacarlas ahora conmigo”, te preguntas antes de verme como un demonio que te aprieta, se acerca y afloja tu presión, vuelve a acercarse quemándote a base de cada vez más prietos tirones (¡¡¡¡ aaauuug!!!!) Te oprimen (eres un demonio), me acerco un poco, regalándote las cuentas así un pequeño respiro al aflojarse. Vuelvo a acercarme atrayendo mis cuentas a mí cuerpo, y a ti con ellas … pasa mi pierna izquierda frente a ti, en alto, ves la media negra a medio muslo, miras la media y cierras los ojos porque crees que no te harán falta -te harán falta creéme- tirando las cuentas de tu sexo al mismo tiempo que mi voz te recrimina esa huída a la oscuridad, embriagado por ese olor en celo mío que te abrasa.

Te ofrezco mi espalda: con ese hilo de cuentas sujeto tu verga gracias a ese nudo que te ahoga y te da la vida al mismo tiempo cada vez que mi mano izquierda, esa que no ves porque está junto a mi pubis, decide moverse, y, viendo que pasan esas cuentas de diferentes tamaños entre mis piernas, ahora eres tú el que tira con ligeros movimientos de pelvis, con pequeños giros de cadera diriges tú la negra cadena de cuentas entre mis labios. Luchamos ambos entonces, mientras yo tiro de un extremo, tú haces lo mismo con tu cadera, hasta crees ganar porque mi mano acepta el ritmo que tu miembro está marcando para que las cuentas, esas tan distintas en tamaño y grosor, tropiecen como tú quieres que tropiecen entre mis labios. (¿Es esto lo que quieres que haga? ¿Quieres que sea yo quien te robe el otro extremo porque ya no sabes lo que quieres, ya no sabes cómo seguir, porque quieres cubrir tu pudor con mi insolencia?) Puede, piensas que te contesto, sabes que estamos conteniéndonos, que ninguno de los dos quiere que el otro vea que siente como brutal fuego a cada una de esas bolas rozándonos, alternando, primero a ti, y luego a mí (eres tú que despiertas lo que sabía y me haces imaginar cómo es lo que aún no sé, y te escucho y te huelo y te siento).

Estás ahí con esa cuentas ciñéndote, casi atacándote, volviéndote loco (ahora viene ese "y te deseo"), por eso reúnes un puñado de cuentas en la palma de tu mano -normal que me desees- y las restriegas contra mi para que sienta lo que esas pequeñas diferencias de tamaño y grosor me hacen sentir en tu imaginación, para que sienta como ruedan haciendo círculos sobre mis labios perturbados, maltratados, cómo intentan entrar en mi lo justo, mojándose de mi todas las cuentas, esas cuentas que luego vuelvo a enroscar alrededor de tu sexo bañándolo con mi brillo, con mi aroma, con mi sabor … (¿me usarás forrado de cuentas?) y contarme esa idea en tu pensamiento inyecta vida en tu pene como un golpe de calor, bruscamente, y aflojo, y aprieto, a ese ritmo que tú estás marcando (así me gusta, que atiendas a mis necesidades de ritmo), consiguiendo controlar la intensidad de esos azotes de calor que te infringes tú mismo gracias a mis movimientos.

De forma pausada, al ritmo de tus roces, has ido reuniendo todas las cuentas, o casi todas, en la palma de tu mano, acercándome a ti claro, ya alcanzas mi cadera con una de tus manos y la estrujas para no perderme; cada vez me acercas un poco más, cuenta a cuenta, te cuesta pero te excita ese lentísimo acercamiento que consigues, porque yo me resisto, pero vas acercándome y te hace fuerte ese vencer mi resistencia forzada, porque es forzada, sí, y lo sabes, porque eso te estimula hasta reunir el valor necesario para decirme, claro y conciso, sin tapujos, “Quiero mirar entre tus piernas”, al tiempo que impides que me siente sobre ti cuando lo intento.

Eres tú quien está sentado en esa silla, con esas vueltas oprimiéndote el pensamiento, porque ahí tienes ahora todo el pensamiento, con mis caderas a tu frente, oliéndome en el aire ya de tan cerca que me tienes, quizás porque el pensamiento sueña otra manera de hacerme el amor con las cuentas (o follarte ... seguramente será follarte, que es lo que hago cuando me conmociona esa dura ternura mía reventándome las sienes), decides agacharte, yo quiero acercarme a ti, tocarte, sentir tu piel, tus piernas, pero no me dejas, te agachas impidiéndome a mi hacerlo, manteniéndome las piernas abiertas (tremendo eso) y pasas las cuentas una y otra vez mirando lo que sucede entre mis piernas, insistente en tu obsesión, viéndolas humedecerse, escuchando cómo chocan entre sí y como resbalan sobre mis pliegues. Soplas suave y escuchando mi agrado, frío pero caliente, vas introduciendo cuentas dentro, poco a poco. Mientras las metes dentro de mí, sin prisas, pasan de adelante atrás, y te deleitas con cada introducción, primero esa pequeña, luego otra más grande, y yo espero ansiosa sentir la siguiente, pero eres tú quien no aguanta (tengo que lamerte) y se escapa algún beso por donde las cuentas no entran, bajando con esos besos hacia mi entrada de cuentas para enterrarlas con la lengua, para sentirlas rozar tu lengua dentro de mí.

Pero no las has metido todas porque son muchas, quedan aún la mitad colgando cuando tu lengua acaricia toda la vulva tropezando con ese hilo que aún espera (intento meter el otro extremo por ese otro orificio, obsesión y fetiche), y te levantas, tienes que levantarte tras esa tremenda caricia con la lengua que casi me dobla las piernas, es por eso que te levantas sujetándome, porque ves que me voy a ir al suelo y no quieres eso. Ases el medio collar que ha quedado fuera de mí, amenazando con un tirón que me martiriza, no lo dices, pero lo piensas, lo sé, ya sabes que escucho tus pensamientos, y caminas de espaldas, hacia atrás, disfrutando de esos labios míos golpeteados minúsculamente al salir algunas cuentas. Yo te sigo porque no quiero que se salgan, tengo que seguirte con cuidado, la frotación es peligrosísima, se me escapan algunos movimientos delatores y sigues retrasándote con tus pasos lentamente, mirándome seguirte porque te encanta esta entrega animal, este simular mío de humillación que hace del amo que no existe el vasallo anhelante.
...... (mañana, más)
© Glauka 2006 Un collar de cuentas

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12.11.06

ESTOICISMO (Renga: tankas encadenados)

Te escondes. Huyes.
Mientras ladra tu sombra
te dejo ir
escupiendo tus rabias,
buscando paz.

Apaga lunas
vomitando rencor
por inventar,
aborrece mi piel
cuajada amarga ya.

Lucha y revélate:
arráncame los ojos
y hasta la voz,
encuentra la razón
y el ansia de quemar.

Negra descúbreme
bajo el manto del sol
que me vestías.
Odiame con amor:
ahogaré el febril grito.

© Resignación- Glauka 2006

NOTA: Como siempre, a mi manera, eso sí: El culpable de esta tremenda OSADÍA es Mario J. Roa Triviño, que me contó en mi primer tanka aquello de: "En estas festividades se realizaban concursos de tankas, que dieron origen más tarde a las famosas tankas encadenadas que conocemos por renga y que es el origen del haiku. En estos eventos te das cuenta que la tanka tiene un origen cortesano, de ahí que durante siglos se la llamó "waka", diferenciando la waka en choka y tanka."
Probablemente esto no sea una Renga de esas, que no tengo mucha idea de cómo son, pero me ha dado la idea y así ha salido.

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10.11.06

Sin respuestas

NO LO SÉ.
Preguntas esperando respuestas que no tengo, que no conozco, que no quiero detenerme a pensar siquiera.
Todo lo que te he robado me ha acelerado los pulsos casi más que tú, y ya es decir. He ralentizado ese ritmo culpable con anestesias calmantes temporales, mirando para otro lado, convenciéndome de que era mi cabeza la que erraba. Pero tu confirmación, así, en voz alta, tener certezas en lugar de esas sospechas que conseguía esquivar sobre lo que te he arrebatado, verme con el antifaz y los guantes del ladrón, me retuerce el estómago.
Me niegas en lo que sabes de mí, la verdad duele más quizás. Me haces daño dudándome, inventándome disfraces, imaginándome sorda y ciega a tus silencios, soñándome helada en aquellos saltos míos sobre ascuas, creyéndome, o intentado creerme, risueña ante el drama que amordazaba con risas, deseando no creer que ninguno queríamos saber de aquellas ascuas que quemaban nuestros pies por separado. No quiero responderte a eso, sé que sabes la respuesta, sé que sabes la verdad, pese a que claves un puñal cargado de interrogantes dudas en mi vientre.
Lo siento. Lo siento muchísimo de veras. Lo siento. Siento tu dolor. Siento no poder devolverte lo que te he robado, lo juro. Lo siento tanto, tanto, tantísimo. No me perdones, no puedo ni pedírtelo. Sólo puedo decirte una mil veces que lo siento. Lo último que hubiera querido era hacerte el más mínimo daño a ti, precisamente a ti, que encendiste estrellas de colores a mi paso y cosiste los bolsillos agujereados en los que algún día había guardado la fe, para luego llenarlos poquito a poco con esos fina arena pulverizada que, con tu magia, amaneció una buena mañana siendo la fe que creía haber perdido.
Lo siento. Lo siento como ni te imaginas. Lo siento mucho más de lo que pensé pudiera sentirlo.
Siento haberte ayudado a encontrar tu puerta de salida y no haberte visto ahí, en el quicio, escudriñando la sala en busca de mi propia puerta, sin irte, siento haber creído que estaba sola cuando te quedaste pese al aire fresco del exterior sólo para poder acompañarme a casa y arroparme. Siento muchísimo no haberte visto, o quizás, no creerme lo que veía.
Lo siento.
No puedo. Hoy no quiero buscar respuestas para ti. No quiero pensar. No quiero explicarte. No quiero explicarme. No quiero encorsetar o encuadrar o descubrir qué es esto. No quiero saber qué era mentira o ilusión. No quiero ser madura. No quiero dejar de soñar. No quiero pisar el suelo. Me queman las entrañas durante el segundo en que lo intento. No puedo. Egoísta sí. Brutalmente egoísta, terriblemente egoísta, dolorosamente egoísta. La mala de la película. Me toca.

Págame con la misma moneda. No gritaré.
Glauka

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9.11.06

DESTINO (Tanka)


Todo está escrito.
Y quemamos papeles
llenos de letras.
Volarán las cenizas
de regreso al camino.

© Destino-Glauka 2006

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8.11.06

CONFUSIÓN (Tanka)


Quemando lunas
consumo las estrellas
dentro de ti.
Ardiendo en tus mejillas,
la confusión que lloro.

© Confusión-Glauka 2006

El TANKA es un tipo de poesía tradicional japonesa. Consta de cinco versos de 5-7-5-7-7 sílabas.
Hace más de mil cuatrocientos años que se registraron los primeros tanka. Según algunos autores, su principal utilidad era la de transmitir mensajes secretos entre amantes; una pequeña síntesis matutina de lo que una tempestuosa noche de sexo había representado para el autor, como queriendo volver a las maneras y palabras del cortejo, algo así como una nota de agradecimiento al proporcionador de tan carnales placeres. Se enviaban escritos en un abanico o amarrados a una flor en botón y eran entregados en propia mano por un mensajero a quien se recompensaba con un trago y la oportunidad de coquetear un poco con el personal doméstico... mientras la parte proporcionadora escribía un tanka en respuesta al primero y que el lacayo debía llevar a su amo. Estos breves poemas, deberían tener tal contenido que los enamorados supieran a qué se hacía referencia, pero ser lo suficientemente crípticos de guisa tal que el intermediario quedase en babia si hubiera intentado sorprender algún secreto.
Hay que mencionar el concepto de 'pivote', o eje del poema. Se trata de la idea de que en algún punto en la tercera línea va a existir una imagen que relaciona o liga las dos primeras líneas con las dos últimas.

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6.11.06

REZAGADA

Algunos suben y bajan a toda velocidad. Quiero decir, que hay personas que no dudan en entrar en una habitación que huele a peligro, llena de drogas duras y alcohol de alta graduación, y, cuando quieren salir, con la misma rapidez, lo hacen, salen de ella como si tal cosa, indemnes, sin una arruga en el traje tan siquiera. Que parece que se arriesgan, que caminan durante un buen rato sobres ascuas ardientes y salen victoriosos, sin quemarse lo más mínimo, con los pies bien fríos.

Yo soy más lenta. Quiero decir que subo lentamente, y bajo también a pasito tortuga. Que cuando ya han entrado todos a esa habitación oscura donde se celebra la fiesta esa con olor a peligro, yo sigo dudando, mirando de reojo la puerta, dando vueltas y más vueltas sin decidirme a entrar. Me llaman desde dentro, totalmente borrachos de peligro, sin comprender mis reticencias, enfadándose incluso cuando tras dar dos pasitos en dirección a la música fiestera, reculo y doy un paso en dirección contraria.

Pero entro.
Lo mismo me sucede a la hora de salir, que lo hago también despacito, artrítica o artrósica, y claro, sin saber cómo ni porqué, me quedo sola en la habitación con todo el peligro para mí sola, mientras los demás ya han salido en estampida y andan buscando otra noria, quizás, a la que subirse sin pensárselo dos veces, decididos a disfrutar de la adrenalítica emoción que proporciona el ascenso, y sabiendo que, a la vuelta, se bajarán de ella sin el menor síndrome de las alturas en sus oídos.
Tal vez ese sea el motivo de mi retraso a la hora de entrar en fiestas peligrosas rebosantes de efectos alucinógenos y visiones dobles bañadas en alcohol, porque sé que saldré tarde, muy tarde, que siempre salgo tarde, cuando los demás invitados ya no están.

© Rezagada-Glauka 2006

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4.11.06

Y me sacaron a bailar ...

Hola, primero de todo un fuerte abrazo.¿quieres bailar un tango?Agárrate.



Que el mundo fue y sera una porquería,
ya lo sé;
en el quinientos seis
y en el dos mil también;
que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dubles,
pero que el siglo veintiuno es un despliegue
de malda insolente
ya no hay quien lo niegue;
vivimos revolcaos en un merengue
y en un mismo lodo todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro,
generoso, estafador.
Todo es igual; nada es mejor;
lo mismo un burro que un gran profesor.
No hay aplazaos ni escalafon;
los inmorales nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
da lo mismo que si es cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizon.

Que falta de respeto,
que atropello a la razón;
cualquiera es un señor,
cualquiera es un ladrón.

Siglo veinte, cambalache
problematico y febril;
el que no llora, no mama,
y el que no afana es un gil.
... que a nadie importa si naciste honrao.
Que es lo mismo el que labura
noche y día como un buey
que el que vive de los otros,
que el que mata o el que cura
o esta fuera de la ley.

Y ahora éste


Cuando la suerte qu'es grela
fayando y fayando
te largue parao...
Cuando estés bien en la vía,
sin rumbo, desesperao...
Cuando no tengas ni fe,
ni yerba de ayer
secándose al sol...

Cuando rajés los tamangos
buscando ese mango
que te haga morfar...
La indiferencia del mundo
que es sordo y es mudo
recién sentirás.

Verás que todo es mentira,
verás que nada es amor,
que al mundo nada le importa.
¡Yira!...¡Yira!
Aunque te quiebre la vida
aunque te muerda un dolor,
no esperes nunca una ayuda,
ni una mano, ni un favor.

Cuando estén secas las pilas
de todos los timbres
que vos apretás,
buscando un pecho fraterno
para morir abrazao...
Cuando te dejen tirao,
después de cinchar,
lo mismo que a mí...
Cuando manyés que a tu lado
se prueban la ropa
que vas a dejar...
te acordarás de este otario
que un día, cansado,
se puso a ladrar.

Abrázame y bailemos ésta, me gusta más:


When the night has come
And the land is dark
And the moon
Is the only light we'll see

No I won't be afraid
No I won't be afraid
Just as long as you stand
Stand by me

Chorus:

So darlin', darlin'
Stand by me
Ooh stand by me
Oh stand
Stand by me
Stand by me

If the sky that we look upon
Should tumble and fall
And the mountains
Should crumble to the sea

I won't cry
I won't cry
Ooh I won't
Shed a tears
Just as long
As you stand
Stand by me


Para lo que quieras, preciosa.
Un beso y, por supuesto, un abrazo
.

(GRACIAS. GRACIAS. GRACIAS. Me ha encantado bailar contigo)

Glauka

2.11.06

ALIMENTANDO EL DÍA TONTO

Se me han adelantado, cachisssssss ...
El del braguetazo consiguió preñar a la borderline de mi oficina y como premio le han dado mil euros más al mes, a partir del día del comunicado oficial, lo cual, todo hay que decirlo, no está nada mal, que conseguir en un año habitar de ocupa un chalet de millón y medio de euros, jardín de otros seis mil al trimestre incluido, cochazo con todos los gastos pagos, sueldo de tres mil quinientos mensuales y vástago que asegure tu futuro económico ¡oye!, que es lanzar la carrera profesional de uno a la velocidad del vertigo. Y sin duda tiene matrícula de honor en la suya, la de bragueterochupapollasdelsuegro, mérito que no puedo dejar de reconocerle al chaval, en serio, que se me hace increíble lo bien, pero supermegabien que le va al tío éste en lo suyo. Con muchísimo menos de la mitad de la mitad de la mitad me daba con un canto en los dientes yo, eso sí, en lo mío.
Al día siguiente de las dos superbombas, cayó la tercera, por aquello de que no hay dos sin tres: jefe junior, el heredero por la línea directa del jefe, no afín, entra a "trabajar", por las tardes sólo eso sí, no vaya a ser muy duro eso de venir por la mañana también. Y por supuesto, empieza llegando tarde, que la tarde es muy larga, y así, se ventila la primera hora tomando el café y supongo que hasta durmiendo la siesta, que no hay que perder las buenas costumbres.
Asique he pasado de tener un jefe que contruyó la empresa a tener cinco que no tienen ni puta idea. Es suya y como si le prende fuego, ya, pero es que casi estoy por acercarle yo la cerilla joer, que nos iría mejor a todos cobrando el seguro.

Y yo me quiero pegar un tiro.

Llevo casi tres días ya con el maldito día tonto a cuestas, y no hay manera de darle esquinazo. Esa desazón de que algo malo va a suceder, pero no sabes qué. Y esto me desborda. Pero hoy sólo, que sé yo, por experiencia, que siempre les termino dando la oportunidad de demostrarme que pueden superarse, porque acepto "barco" asumiendo las consecuencias de sus actos y en cuanto me despisto, me demuestran que puede ser peor. Asique mañana estaré bien, me reiré de la happypandi con la que tengo que compartir mi tiempo y tiraré del carro una vez más.

Pero eso será mañana.

Hoy necesito tu abrazo.
Que alguien me cobije y me deje acurrucarme a su lado.
Hace mucho que no me abraza nadie.
Necesito respirar y tocar piel.
Que tu olor me abrigue.
Tropezarme con tu aliento.
Llorar bajito, vaciarme poco a poco.
Que tus manos volatilicen el dolor.
Y quedarrme dormida donde nada malo puede pasarme.

Y no existes ¡maldita sea!, que ya lo he dicho otras veces; la necesidad de ti, en cambio, sí.

Seguiré con las conclusiones de ese maldito recurso con el que la happypandi podrá seguir manteniendo esa ficción en la que han instalado tan cómodamente sus vidas, a ver si hay suerte y empiezo a creérmelo yo y todo.
© Alimentando el día tonto -Glauka 2006

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1.11.06

MEME- MUSICAL ( o el más dificil todavía ;))

Escoge una banda/grupo favorito, y responde sólo con títulos de sus canciones.
Escoge 5 personas para que sigan el test, sin olvidar avisarles de que han sido elegidos:

Cuestionario hecho por: GLAUKA
Nominado por:
El Santo Job

Banda o grupo elegido: Pastora (pueden escucharse las canciones)

¿Eres hombre o mujer? Mirona (vídeo y sonido si pinchas)
Descríbete: “Y Qué Pasa Si Soy Del Montón”
Qué sienten las personas acerca de ti: “Mundo Interior”
Cómo describirías tu anterior relación sentimental: Archivo de palabras tristes y "Desolado"
Describe tu actual relación con tu novio(a) o pretendiente:
“ Planetes Marins”
Dónde quisieras estar ahora: “Planetes Marins” (tengo que repetir ;))
Cómo eres respecto al amor:
“No se puede más”
Cómo es tu vida: "Día tonto” (vídeo y sonido si pinchas)
Qué pedirías si tuvieras un solo deseo: “Invasión”
Escribe una cita o frase sabia:
" Siento meterme en tu mundo interior pero no vale la pena … tener un mundo dentro y no sacarlo pa’fuera. Pero no vale la pena …” (Mundo Interior)
Ahora despídete:
Una ducha y un café (es lo que necesito ahora mismo)

Nominando a:
Churra, porque me gusta meterla en aprietos.
mÖe:), para que juegue, que le gusta jugar mucho.
Sernoser, para comprometerle.
Dulcinea, porque ya lo hace con canciones enteras … y tenga que reconcentrarse ;).

Platinum, a ver si nos da un respiro.


Glauka

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