30.12.06

SALDO A FAVOR

Lo hablaba con mi hermana, que este año ha sido bueno por la sencilla razón de que no ha acaecido desastre alguno. Con que no se resquebrajara el suelo donde pisábamos, nos bastó para calificar el año como bueno. Todo es relativo.
Luego con Ish, pues entramos más en detalles, y la verdad es que mi cambio de casa ha sido decisivo a mitad de año, que me hacía falta a mí lo de cambiar de escenario como el comer, mi viaje a Madrid fue como una bocanada de aire fresco en medio de los calores tensionales, las vacaciones en Marruecos, un auténtico placer que mis sentidos ya echaban de menos, que lo de conocer mundo me pierde y llevaba un tiempecito considerable sin disfrutar de ese gran placer, encontrar una nueva amiga, que estaba ahí y no nos habíamos dado cuenta pues es fantástico, salir salir y salir sin parar no está nada mal tampoco ;), encariñarme con blogueros varios, pues tampoco lo está, que este ha sido el año del blog y aquí he descubierto a hermosas personas y he recibido tantísimas cosas, tantísimas tantísimas, que ni yo misma me lo creo, recuperar mi día de cumpleaños a lo grande, que me emocioné como hacía tiempo que no me emocionaba con esos regalos especiales que me gustan a mí, conocer la carne y huesos (pero lo supera la mirada) de uno de vosotros ha sido genial, no sólo por el éxito que supuso no decepcionarme sino incluso, mejorar lo bueno que ya conocía, sino también por el reto personal que supuso eso.
Pero claro, resulta que también con Churra salió el tema, pero desde otro punto de vista, y la verdad es que recordar cada uno de los hombres con los que no he estado, lo que significó para mí no tenerlos, o lo poco que me importó no haberlos tenido me dejó un regusto agridulce, ya que si bien no ha habido “hombres” que quisiera tener, luego nada significó no haberlos tenido para mí, un poco triste sí que me resulta ese detallito de que no haya habido hombres a los que hubiera deseado tener, la verdad, que otro año de secano a estas alturas, no deja de ser triste.

Y pensé en ti.

En ese único hombre, en singular, que se metió entre los pliegues de los días de este 2006 que me tocó vivir, y sentí todos los besos que no me diste, todos los besos que no te di, todas las veces que tus labios rozaron mi piel y mis labios y mi pelo y mis ojos sin tocarlos, todo el calor que quemó mi cuerpo cuando no te arrimaste a mí.
Supe entonces que todas las veces que no hicimos algo, que no nos miramos, que no nos abrazamos, que no dormimos juntos, que no tomamos ese vino en la cocina mientras preparabas unos canelones, que no follamos como locos ni hicimos el amor en la más tierna de las ternuras, que no nos acurrucamos uno en el otro, que no nos cuidamos cuando nos ha hecho falta ser cuidados, que no bailamos juntos -por separado sí lo hemos hecho- aquello de “In this toguether” o cualquiera de las múltiples canciones que no compartimos, que no buceamos juntos, que no nos destrozamos los labios, que no sentimos el calor del otro en nuestras entrañas, que no escuchamos nuestras risas, que no nos enjabonamos la espalda, que no escupimos el cabreo que nos ocasionaba el otro en su cara para poder desgastar la rabia con nuestros cuerpos, que no leímos los relatos de nuestros amigos juntos, que no masajeamos nuestros pies doloridos tras un largo paseo a la orilla del mar … A pesar de las lágrimas, que las hubo y las hay, a pesar de las dudas y de las confusiones, de la ansiedad, de lo pesada que es en ocasiones tu ausencia ... sin duda son lo mejor del 2006.

Y sonreí.

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(PD: Porque hubo complicidad, amistad, afecto y ternura, hombros cerca, conversación, coincidencias casuales, juego, deseos y deseo, cercanía, necesidad o hambre, intuición, emociones vividas con el alma, intimidad a raudales, miedo, mucho miedo, lágrimas enjuagadas, telepatía a veces, esperanza e ilusión (¡cuánta ilusión! pudor da sentirla a esta edad), alegría de vivir, soñares ajenos conjuntos, confianza desbocada, celos, porqué no, toda la pasión que nos pidió el cuerpo y más aún, la mente, risas imaginadas, sobresaltados despertares a la vez, furias rabiosas impotentes, tiempo compartido, mucho tiempo compartido y hasta tal vez, como dices tú, convivencia -lo otro me resisto incluso a pensarlo, ya lo sabes-)

Saldo a favor© Glauka 2007

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27.12.06

NI SÉ NI QUIERO APRENDER (y así me va)

Que no puede ir. Que lo siente mucho. Que ya me avisa cuando pueda y a ver si se me arregla a mí. Que un besote.
Y eso, en un sms, que digo yo, bien se puede uno gastar unos céntimos en una llamada telefónica, que para quedar conmigo bien que se los gastó ayer al mediodía.
Yo es que me parece que no valgo para estas gilipolleces, así de claro lo digo. Llevamos jugando al gato y al ratón desde hace mes y medio, desde aquella (iba a decir noche, pero las siete de la mañana como que no forman parte de la noche ya) madrugada en la que me comió los morros y me resultaron los suyos tan sumamente apetecibles, pero que, en mi línea, corté por lo sano, que se me da a mí lo de ejercer de dominatrix que es un primor, y así, cuando a eso de las diez y media me acercó a mi casa y dejó caer algo de un desayuno en mi hogar, pues yo no tuve ningún problema, si es que él no lo tenía en conocer a mi madre, claro, que solía venir a desayunar conmigo los domingos. Naturalmente, eso es, correcto: era mentira.
La verdad es que besaba como los ángeles y eso que los copazos debieron haber hecho sus estragos, asique no me quiero ni imaginar lo que será este muchacho a las cinco de la tarde, toda una joyita, quiero creer, porque apuntar, apuntaba maneras. Pero claro, cuando una está en plan dominatrix no cae en que no se le debe negar al dueño de los labios esos que te dejan patidifusa el número de móvil con cara de “pero qué estás diciendo” ni mantener dicho careto si te ofrece el suyo, y menos, muchísimo menos, contestar condescendiente –mira que odio yo la condescendencia- un lacónico: “Venga, dame tu móvil” cuando te pregunta que si entonces ya está, que si sólo esto, que si ya nos veremos por ahí nada más, que si eso es todo para ti …
Claro que si diez días después tropiezas con él en horario laboral -que la dominatrix se queda durmiendo la mañana, no se viene a currar conmigo- y pierdes los papeles cuando te pregunta por tu madre, muerto de risa, si continúas sin encontrarlos cuando quiere saber cuándo tenías previsto llamarle … pues no sé, digo yo que ya debiera hacerse una idea de que una es rara, cuando menos. Si sólo entonces consiguió mi móvil, por aquello de pillarme solita sola, sin dominatrix dirigiendo la situación.
Luego el muchacho decide castigarme y no me llama, que me lo tenía merecido, vale, estoy de acuerdo, pero hace aparición en mi bar habitual –al que no él va jamás- como quien no quiere la cosa, y claro, ahí estaba dominatrix siren para controlar the situeision de nuevo, y darle con un palmo de narices cuando me invita a ir con él a no sé ni qué sitio tras una horita de charla intranscendente durante la cual dominatrix consiguió el timón de nuevo, faltaría plus … en realidad es que estaba lo suficientemente nerviosa como para no poder ir con él ni a la puerta del pub en cuestión si caerme, seguro.
Asi las cosas, nos olvidamos mutuamente, que iba camino de ser lo mejor para ambos, pero no, tenía que estar ahí la Nochebuena con sus buenos deseos, y claro, un sms de esos de felices fiestas era soso, asique mejor me recordaba que teníamos una caña pendiente y que a ver si la tomábamos antes de acabar el año. Y siguiendo la estela de los buenos deseos de la Nochebuena, pues que vale, que de acuerdo, que tú dirás. Y de ahí que dijera ayer al mediodía lo de quedar hoy cuando me llamó, justo unos quince segundos antes de cortarle el rollo telefónico ese de que tal va el día y las fiestas porque, claro, yo estaba comiendo con compañeros de trabajo, y la carita de cachondeo que se me traían ya me estaba desquiciando más incluso que tenerle a él al otro lado de la línea telefónica … esa cita que acaba de cancelar con ese sms que mis amigas ven tan normal ya que estoy en el trabajo y dada mi reacción final a su llamada de ayer, ese que a mí me sienta remalamente, que hay que tener un par, joer, para cancelar lo que sea por sms. Para eso se llama. Digo yo, vamos. Yo llamaría, mira por dónde, la cobardica llamaría, con dos cojones, al parecer.
Yo no digo que sea fácil, no, no es eso lo que digo. Lo que digo es que soy muy excesiva, que como me gane o me enamore o me lo que sea, flipará. Y fliparé, vaya que sí lo sé que fliparé yo también, que si me lanzo, voy con todo el equipo, no me dejo fuera de la piscina ni unas bragas de repuesto vamos. De ahí, eh, de ahí, el control y reticencia inicial, hombre, no es tan difícil de entender, digo yo.
Que dominatrix no sale porque quiera controlar y ya está, no; dominatrix sale porque sabe que Glauka está acojoná, y claro, como no hay ningún término medio por ahí pues sale ella, que no digo yo que no se pase de dura, pero sigo viendo necesaria su intervención cuando están a punto de romper a temblar las piernas, por favor.
Un poco hartita ya estoy, eso sí, de oir a todas mis estimadísimas amigas (tengo que recordar que son estimadísimas en estos momentos porque … en fin) que si soy una borde, que han presenciado unas cuantas de estas apariciones de mi dominatrix particular, y con la boca abierta se me quedan … no es que esté mal acostumbrada, como me dicen; tampoco es que sea antigua y pretenda que se lo curren todo los hombres, como también he tenido que escuchar; tampoco es que no haya sufrido un rechazo masculino antes y no pueda soportar esa posibilidad como han insinuado incluso; es que no puedo, no puedo, no puedo y ya está.
No sé jugar a estas tonterías, de verdad lo digo, no sé. Y es que veo eso, que son juegos, que se dan a valer y dejan de darse a valer (y luego me acusan a mí de eso, hay que joderse), que es un tira y afloja, que unos van a mojarse el culo, pero a medias, esperando que tú te lo mojes para entonces mandarte a pasear solita sola … y es que paso, paso mucho, en serio. Tal vez pueda parecer que mis reacciones son juego también, y no, no lo son, son acojone, que ya lo he dicho, que me conozco y sabiendo como sé que me lanzo, pues mejor retenerme un poquito antes, que cuando tenga que ser, será, y hasta las ingles se meterá en el barrizal que ya me encargo yo de formar ante mí, quien pretenda acercarse con éxito.
Iba a decir aquello de “estoy muy mayor para estas tonterías” pero creo que es al revés, que no estoy lo suficientemente mayor como para llevar con soltura, elegancia y un cierto grado de condescendencia, todas estas tonterías.
Que sí, que besaba como los ángeles, pero me sale muy caro un beso, coimes. Que paso yo de estas chorraditas como muy mucho. Ni ilusionada estaba pensando en verle hoy con todo este tejemaneje social del mundo del ligue, asique, ¡qué coño!: A cascarla.

Glauka

Ni sé ni quiero aprender (y así me va) © Glauka 2006

26.12.06

DICEN QUE JAMES BROWN HA MUERTO



A los dieciocho le descubrí y me conquistó para siempre.
Su Sex Machine al completo fue una de las primeras músicas que acompañaron mis escarceos amorosos a los veinte, quizás eso la hace mucho más mía, porque sigue siendo tremendamente especial.
Claro que sentirse estupendamente bien es INEVITABLE escuchando:


Quizás It's Magic sea la forma más apropiada de recordarte.



Y yo personalmente no puedo olvidar la versión que haces de mi canción:

Pero ¿sabes qué? Que no me da la gana, que quiero recordarte con la alegría de tu música, asique seguiré bailando, seguiré dislocándome de forma inevitable y dejando al corazón brincar a su puñetera bola cuando escuche tu son:





¡QUÉ DIABLOS! Me quedo aquí, gritando bien alto para que lo oigas de la que te vas lo que de buen seguro quieres oirnos cantar ... a ver si se me suman algunos de los "colgaos" que se pasan a tomar cafelito por aquí ;):

NI DE COÑA. NO TE HAS MUERTO. NO. SE EQUIVOCAN. ES MENTIRA.

Glauka

(EDITO: Mi amigo Möe:) lleva rato largo cantando, os pasa la letra si no os la sabéis).

24.12.06

A todos los que dejasteis las sillas vacías, hoy,

Te echo muchísimo de menos
Glauka

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22.12.06

APESTOSA

¡Que ya no soy una apestosa apestada!
De repente, como por obra y gracia del espíritu santo, todas esas personas que se habían alejado de mí, quizás por apestarles, o por desconocer si lo que me asolaba era alguna especie de rabia, sarna o tiña desconocida hasta el punto de que puediera contagiarles, no sé, pues que están volviendo a mi vida de una u otra manera todas, a lo bruto.
Ya, ya sé que si sonríes, si eres dulce, cariñosa, atenta, empática y un amor ... todo el mundo te tiene estima.
Ya, ya sé que nada hay más atrayente que una buena sonrisa, que la felicidad llama a más felicidad, que como
moscas a la mierda se te acercan si eres la resuelveproblemas, sacacastañas o apagafuegos, que cuando estás bien desprendes un aura o un algo que se transmite y la gente quiere estar a tu lado por aquello de que irradias bienestar, y véte tú a saber si se pega.
Pero es que, si por la razón que sea, se corta el suministro de la luz en tu casa, lo menos que pueden hacer quienes se enganchaban a lo pirata a tu energía es acercarte algunas velitas, para que al menos algo de luz tengas, digo yo.
Y si cuando te quedas a oscuras no aparece ni Dios (es una forma de hablar, que ya sé que Dios no existe) pues como volver vuelvan a encenderse las luces en tu casa no creo que tengas muchas ganas de permitir ni un puñetero enganche ilegal más.
No lo creo, lo sé, tengo la certeza.
De repente aparecieron los amigos tragados por el díaadía ese famoso o la cotidaneidad que nos aleja a los unos de los otros, oye, que ahora que el suministro de luz en su casa viene racionado y ven que en por mis ventanas vuelve a salir luz, vienen a mi casa a quitarse el frío al atardecer. Son ellos los que a ratos están a oscuras, y vienen, como siempre, como si tal cosa, como lo más normal del mundo, a quitarse el frío con el fuego que yo logré abastecerme de nuevo por mis propios medios, sin su ayuda, y de paso, a ver si hay suerte y logran engancharse a mi tendido eléctrico.
Nadie se acordaba de, al menos, sacarme de mi casa cuando los radiadores estaban muertos y La Fenosa o Hidroeléctrica de turno me cortaron el suministro en el más crudo de los inviernos, que había farolas en la calle, y hasta iluminación navideña o festiva en ocasiones, para que viera que la luz existía, en los dos años en que estuve a oscuras y pasando frío bajo gruesas bufandas tejidas de cualquier manera con mis propias manos ninguno me ´tendió la mano; ahora vienen a pedirme que les lleve de la manita yo a ellos a ver las luces de colores que a veces encienden las noches de la ciudad.
Dos navidades hemos pasado las tres marías (mi madre, mi hermana y yo, y no me preguntéis qué Marías son esas tres ;)) intentado a duras penas hacer fuego frotando ramitas secas, que no veáis lo duro que es eso; y este año, esa familia que dejó de serlo hasta en navidad por primera vez justo cuando nos quedamos sin electricidad ni caldera ni cerillas tan siquiera en mi casa, de pronto, quiere compartir estas "familiares fechas" con nosotras.
No es que no sepa perdonar, no, no hay nada que perdonar, cada uno es como es, es tan simple como que no eran como yo daba por sentadísimo que eran. No, no es eso.
Tampoco es rencor, porque nada malo les deseo a ninguno de todos ellos, al contrario, porque su mal no va a borrar el dolor padecido y nada pueden hacer, a estas alturas ya, que lo borre.
No es rabia porque ya he superado la fase esa en que les echaba a faltar tanto que me dolía el corazón físicamente, no metafóricamente, ese en que te veías como un maldito perro abandonado en una gasolinera y te sentías una soberana estúpida por haber creído, confiado, amado, querido hasta el punto de desear abofetearte por gilipollas ... eso ya pasó tiempo ha, ya se pasó el correspondiente duelo, se lloraron las lágrimas de rigor, se tiró de los pelos cuanto era menester tirarse y se tomaron las necesitadas medidas químicas o naturales que remediaran las ganas de vomitar, el dolor de cabeza y hasta el insomnio ... y ya no duelen.
Es que me temo. A mí. Que soy imbécil, ya sabéis, y en seguida se me reblandece el corazón y me veo de nuevo en las andadas, y no me da la realísima gana. Que no he dejado de quererles, y les deseo lo mejor, pero al menos quiero intentar que ese "lo mejor" no sea a mi costa. Y sé que a nada que me sonrían, me digan cuatro tonterías, me zalameen diez minutitos no más, vuelvo, vaya que si vuelvo, y no, no debo volver a las andadas, que en esas siempre me toca a mí poner la electricidad, el tendido y hasta pagar las facturas, que ellos se limitarán, como siempre, a enganchar, sin más. Que ya me viene avisando mi queridísima sister: Glauka, si te vuelve a tirar al suelo una tormenta todos las torretas y tienes que volver a reconstruir la instalación saldrán huyendo como alma que lleva el diablo, otra vez. Y paso.
Lo malo es que ellos me conocen y saben que todo el despliegue de medios que soy capaz de desplegar en aras de una supermegabordería espantaintrusos es eso nada más: un despliegue de medios protector. Y saben que si aguantan un poquito pues se me vendrá todo abajo en un plis y podrán hacer de las suyas de nuevo, que claro, es con lo que juego habitualmente, con que la gente no lo sabe y se queda con esa pantalla borde y ni ganas tienen de intentar ver qué diablos es lo que hay debajo. Pero todos estos que están de regreso, lo saben. Saben que me quedo en nada.
A ver cómo salgo de ésta, que mi economía es prácticamente de susbsistencia y me da para pagar mis facturas eléctricas no más. No puedo ni quiero permitir más vampiros ni conexiones ilegales a mi exiguo pero honrao suministro eléctrico.
Apestosa© Glauka 2006

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20.12.06

AUSENCIA A PARES (tankas)

Mordiendo noches
despellejo tu ausencia
infame, inmunda.
Porque soy pecador
esperando que vuelvas.
© Ausencia-Glauka 2006

sangreDeOda's

Duelen los ojos
por dentro y desde fuera
llorando sangre:
herida de una ausencia
que el viento no llevó.
© Ausencia siempre presente -Glauka 2006

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19.12.06

REYES EXPRESS O ENTREGA URGENTE

Que se han adelantado!!! Sííííííi, este año comienzo las navidades al revés, por el día de Reyes.
No sé si es que les doy pena ya, o simplemente que algunos de los peticionarios son tan raritos como yo y este año además de poner en su lista algo para mí, pidieron además, servicio urgente, pero sea como fuere yo creo que les ha hecho gracia a esos tres de los camellos y me han traído regalito navideño el 18 de diciembre, ahí es nada.
¿Envidia? Pues os aguantáis.
Bien es verdad que en el paquete venían dos
discos estupendos, que me encantan, pero el regalo, el verdadero regalo fue precisamente esa llegada antes de hora, eso no tiene parangón, he de decirlo.
Y las letras, esas letras verdes, que decían mi nombre, que decían el suyo, que decían algunas cosas más …
Y la dedicación, que la originalidad felicitatoria me pudo, que el arte del regalo personalizando la postal me sacó lagrimones del tamaño de la catedral de Burgos, que todo hay que decirlo, el estilo es el estilo, y el que lo tiene … pues hasta en las postales navideñas se le escapa.

AIRE. Es lo mejor de todo lo regalado dentro de este paquete, no puedo evitarlo. Ese aire que estuvo entre sus manos, y ahora acaricia las mías, ese aire que, quiero imaginar, en algún momento estuvo dentro de él, exhaló sobre mis regalos y ahora da vida a mis pulmones por unos segundos. Ese compartir el aire es el mejor de los regalos.

GRACIAS. Por todo. Porque tú eres un regalo de lujo. Por tu tiempo. Por las letras verdes. Por la felicitación. Por los discos también, vale, pero por el aire … por el aire gracias mil.
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Glauka
P.D: Y como compartir es vivir, aquí os dejo alguna de las canciones del disco de Blueberry Hill, van este orden por algo:

17.12.06

Que ni pintao



NO ORDINARY LOVE (Sade)
(Eso, que ni pintao, ni hecho a medida, ni pidiéndolo yo, hubiera salido tan clavaíto, con todas las costuras en su sitio y perfectamente ajustado).
EDITO: con ocasión del visionado de este vídeo me han hecho un fantástico regalo -que ya sabía que era mío pero no me lo habían dicho ;)- y aquí podéis disfrutar de él:
CAPRICHO MITOLÓGICO

14.12.06

LA VERDAD

Siempre dudamos. Siempre preguntamos.
Siempre tememos que haya Dios
porque no lo sabemos todo.
Temblamos porque nunca sabremos si existe,
y, si existe, qué es lo que quiere,
incluso si quiere algo.

A mí me gusta acariciarte.
Estás dormido, o tal vez encantado,
y mis manos te miran,
resbalan por tus grietas, colinas y surcos,
asombrándose todas y cada una de las veces
de tu calor tierno y mullido.
Es mi piel, sí,
piel de poros y pelos enamorados
que desean besar tus poros y tus pelos.
Acerco mi mejilla a tus hombros
para así sentirte con el cerebro caliente también,
y recuerdo el último beso que anocheció
hasta quedarse apresado en tus labios.
Ciertamente es grande,
o eres grande, no sé.

¿Sabes que creo? Que nos quiere juntos
porque producimos ese algo grande,
el fuego, el huracán, el terremoto,
no pierden nada de su fuerza al mezclarse,
como si tan cosa, con la brisa, el acariciar
tierno,
la compenetración perfecta de las piezas de este puzzle
que siempre somos tú y yo.
Sonrío cuando me enredo en tus piernas:
ese calor eres tú.

La Verdad ya la he encontrado.
Mientras me acurruco a tu lado
no me sobresalto, ni corro a gritarlo al mundo,
no se me lanza el corazón en una carrera maratoniana;
es tan lógico y mágico que lo quiero para mi sola.
Sí, tú eres mi verdad, y por eso, la Verdad,
porque no existe más verdad que la de uno mismo.
¡Qué curioso!
La Verdad suprema que todos buscan
la tengo yo ahora entre mis piernas.
Eres tú, tus muñecas, tus ojos, tus manos,
tu cuello, tu piel –mi hogar es tu piel-,
nuestros besos, susurros y jadeos.
Y tus risas y tus palabras,
tus latidos dentro de mí cuando yo los siento,
y la capa de infierno que enturbia tus ojos
cuando te enfadas o estás triste.
Y el sol que brilla tras de ti al ganar la partida,
o la complicidad de ser dos, perfectamente dos,
y no obstante, que el mundo aturda pensado
si somos dos o uno.

¡Es tan simple!
Porque si Dios no existe, tú si existirás.
Y si existe, tú tendrás por fuerza que ser su Verdad,
no podría ser de otra forma.
La Verdad tendrá que ser la vida inundando los cuerpos,
desbordándose precipitadamente por la piel,
desparramándose a borbotones hacia dentro;
tendría que inventarse una palabra
entre sensación y sentimiento,
ahogadas ambas en una asfixia brutal.
Y esa sería la Verdad.

Pues ya ves qué sencillo,
acabo de descubrir ¡por fin lo sé!
algo que sabia y no me había dado cuenta.
La Verdad, preguntas.
Tú.

© La Verdad Glauka-2006

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12.12.06

EXTASIS (Tanka)





Y el aire quiebra
ahogando las luciérnagas
que respiraban
gaseosas asfixias.
Viento cortado al bies.

© Extasis-Glauka 2006

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8.12.06

DUCHÁNDOTE LOS DESEOS

Con los ojos cerrados bajo la lluvia de la ducha me parece oír la puerta abrirse. Ni me muevo, los dardos del agua caliente golpeteando mis cervicales son un placer que no estoy dispuesta a abandonar, por una duda. Sentir el agua clavarse en mi cabeza es la sensación que necesitaba y ahora puedo disfrutar de ella, embriagarme del calor que templa mis nervios, que me inunda de placentera paz, así que ahí sigo, dejando que el aire tome cuerpo de vaho para terminar vistiendo de blanco el cristal de la mampara.

El guante de crin ha enrojecido mi piel. Aún hay restos de jabón entre los cuales asoma el sonrosado que saqué a base de restregones con el guante. No sé si utilizar el cepillo, hace mucho, muchísimo que no lo utilizo, lleva tiempo … ni lo pienso, introduzco mi mano izquierda por la cinta que lo acoplará a ella y a dibujar círculos en mis nalgas, caderas y vientre se ha dicho.
Y el agua, ardiendo, sigue cayendo en mi cabeza con fuerza, para luego deslizarse suavemente desde allí por mi nuca, juguetear con mis hombros (esas cervicales, cómo agradecen sus caricias), dejarse caer espalda abajo, sortear mi mano y el cepillo a duras penas en mis nalgas y, una vez alcanzado su final, caer ruidosamente al fondo de la bañera o seguir piernas abajo hasta llegar al mismo lugar.
Pero algunos chorros de agua, que son más caprichosos, optan por el camino más difícil, deciden ir garganta abajo, surcando también mi pecho. Igual tengo yo algo que ver en esto, porque, pese a la concentración que me tiene sumida en ese restregar del cepillo que a estas alturas ya no duele, bamboleo el cuerpo cambiándole el rumbo al agua de forma indiscriminada.
Una gota errada pretende meterse en mis ojos y le cambio el rumbo con delicadeza. Y, con la misma delicadeza, la mano sigue el contorno de la cara, desciende junto al agua, muriendo el movimiento cuando la siento sobre un pezón.
No termino de decidirme, la verdad es esa. Sigo duchándome, que me encanta sentir el agua deslizarse sobre mí, y a ratos, rozo los pezones, pero como sin ganas. Tras soltar el cepillo y girarme para aclararme el pelo fuertemente a dos manos, descienden ambas y me acarician delicadísimamente, sólo con la yema de los dedos, sin tener muy claro, me temo, si quieren despertarme o no quieren despertarme.
- Mi vida por que estés haciendo lo que imagino que estás haciendo.
Clavada en el sitio me dejan tus palabras. Abro los ojos al tiempo para comprobar que sigo resguardada tras la mampara blanca en la que el agua decidió ocultarme.
- ¿Qué dices Pablo? -el intento de asomarme tras la mampara que acompaña a estas palabras mías te obliga a interrumpirme:
- Sigue, no me mires, como si no estuviera.
- Pero ¿de qué hablas? -aparto mi cabeza del final de la mampara desde donde podría verte, siguiéndote, sin querer creer lo que empiezo a presentir.
- ¿No lo sabes? Creí que estarías acariciándote los pechos, endureciendo tus pezones sólo con la punta de los dedos.
Silencio.
- Y me he vuelto loco imaginándote así. ¿Quieres saber más?
El agua taconea a través de un amplificador ahora, y mis manos se han instalado solas sobre mis pechos, quizás porque algo en mi vientre cobra vida y les ordena situarse allí.
- Tal vez …
- He visto tu mano izquierda acoger en su palma el pecho derecho, y tu mano derecha acoger el pecho izquierdo, como cuando te cruzas de brazos, pero volteando las palmas.
Y lo hacen.
Descubro que los pulgares quedan a la altura de los pezones, que sólo efectuando un mínimo movimiento ascendente y luego descendente, como acariciando, sin más, insuflan más vida a lo que quiera que sea que ha cobrado vida en mi vientre.
- A veces te imagino así hasta vestida, no te lo había dicho, pero a veces, cuando cruzas los brazos, pienso en que se te escapen los pulgares, niña, y te excites casi sin darte cuenta. Porque lo estás haciendo ¿verdad?. Tus pulgares se han movido, lo sé, tienen que haberse movido porque los he visto moverse, y he sentido que se te apretaban los muslos.
Y sí, es verdad. Una y otra vez, lentamente, han ido endureciendo mis pezones contra los que mis pulgares han descubierto que les gusta tropezar una y otra vez, cerrándome los ojos que intento abrir, porque quiero verme, quiero ver mis pechos acunados dulcemente entre unas manos que los castigan a base de caricias tiernas, quiero ver como el agua de la ducha resbala por mis manos y mis pechos cuando muevo mi cuello cambiando el rumbo de los chorros que me martillean. Y sí, se ladean mis muslos uno contra el otro, es verdad.
- ¿Oyes tu respiración? ¿Está acelerada ya? ... - atrapada en unos segundos silenciosos sin saber qué decir, casi dejo de respirar- ... eso es que sí. Sigue, yo te oigo aquí dentro, aunque no digas nada, sé que cierras los ojos pero no dejas de acariciarte y de apretar los muslos, y de contenerte. Ahora estás pasando los dedos como arañando, todos los dedos de cada mano, sobre tus pezones, sí, haciendo círculos que cambian la sensación ¿verdad? Aumenta el placer, Glauka, ya lo sé, tus caderas se mueven solas.
Abro los ojos bruscamente. El cristal sigue empañado, no puedes verme, es imposible, y sin embargo, es verdad, mis caderas se contonean buscando una presión que no encuentran entre mis piernas, y sí, mis dedos iban dibujando los círculos que tú anunciaste sobre mis aureolas inflamando aún más a ese o eso que se revolvía ya despiadadamente en mi vientre.
- Yo creo que sabes que el agua te puede ayudar. Si coges la ducha y la sitúas entre tus piernas yo creo que te sentirás mejor y lo sabes.
- Pero … -anonadada balbuceo.
- Sí, con la fuerza con la que estás apretando los muslos no se caerá, ya lo verás.
Dudo. Me verás, entonces me verás y tendrás la certeza de que estoy haciendo lo que imaginas que hago. SI cojo la ducha mis manos se verán por encima de la mampara, las verás claras, sin el refugio blanco que esconde mi cuerpo, verás como desencajan la ducha de la pared y la llevan tras el velo que me cubre.
Las ves.
- ¿A qué está mejor? Esos golpeteos de fuego entre tus piernas que te incitan a apretar aún más los muslos … es imposible que se te caiga, tranquila, puedes volver a acunar tus pechos, de hecho lo estás haciendo, te veo hacerlo sirena.
Nada has dicho de lo complicado que ha sido colocar la regadera de la ducha sin que se cayera, pero me he sentido un poco ridícula durante esos segundos no más, en que trataba de encajarla entre mis piernas y, tercamente, se empeñaba en moverse amenazando con caer estrepitosamente al suelo, clavando los ojos en la pared blanca que me guarecía de tus ojos avergonzada, comprobando que ahí seguía ocultándome en semejante posición de tu vista, hasta dudando si seguir con esto o no seguir con esto.
Pero sigo. La fuerza del agua entre mis piernas me enciende de forma fulminante desde mi vientre hasta mi cabeza, calienta mis mejillas, ruborizándolas, y cubre de una espesa capa de humo volcánico mis ojos. Te escucho contarme que el deseo me invade, que sabes que la ducha caliente me está quemando, que mis caderas cimbrean sin dejar de apretar los muslos, que mis dedos empiezan a torturar mis pezones de forma más agresiva, más rápida, más constante. Pero te escucho un poco de lejos, para serte sincera, que estoy demasiado ocupada buscando la salida a esta desesperante situación, intentando recordar cómo son tus dedos cuando castigan mis pezones para sentirte aquí, conmigo, intentando que no se lleve la ducha al suelo de la bañera esta excitación que me arrasa de forma estruendosa, dejando esa fuerza que comenzó en mi vientre me tome por asalto y decida por mí … callas.
Eché mi cuerpo hacia delante, acercándome a la mampara que me refugia, y, sin soltarme, sin cambiar un ápice mi postura, los pulgares que me torturaban pasaron a torturarte a ti: se llevaron con ellos el trocito de velo blanco que cubría la mampara a la altura de un pecho, sólo uno, para que dejaras de imaginar. Y claro, callaste.
Acaricié de nuevo con lentitud, sacrifiqué las ganas que me ahogaban, contuve al monstruo que me arañaba por dentro, no sin dificultad, para que dejaras de imaginar.
- Glauka -rompiste a susurrar.
Y el otro pulgar no iba a ser menos.
Con el único sonido del agua sorda, enmudecida a duras penas entre mis piernas, los pulgares repitieron para tus ojos todo lo que habías ido imaginando, con calma, con un sosiego que no tenía, pasaban sobre unos pezones erectos, iban acelerando el ritmo, rozándolos con las uñas, para arañarlos después los dedos todos, acompañado de mil movimientos que sólo podías adivinar, esos sí, de mis caderas enloquecidas a estas alturas, luchando con urgencia por una explosión que no terminaba de llegar.
- Sé que es difícil ahora -dices rompiendo el caldeando silencio- pero te veo con la ducha entre tus manos, no entre tus piernas.
(No puede ser. No puedes pedirme eso ahora)
- ¿Vendrás? -Debes estar sonriendo.
- No, pero tú tienes la ducha entre tus manos, no lo niegues.
(Pues no, no la tengo. Y no me apetece tenerla entre las manos lo más mínimo, ahora no. Si tú no vienes, la ducha se queda ahí hasta que termine lo que tú has empezado, que me estoy derritiendo, que has alimentado al ser de mi vientre y ha crecido tanto que necesito estallar)
- Pero ... ¿vendrás tú?- insisto.
- Hazme caso, si supieras lo que estoy viendo yo, me harías caso. Además de mis pechos, porque son míos Glauka, son míos, y además de verlos como los estoy viendo … sigue, no pares ahora, me gusta verlos así, acariciados por unos dedos que no son los míos, te los presto, te dejo mis pechos, los que me gusta acariciar y lamer y chupetear hasta la extenuación -había frenado ante la posibilidad de un fin que no era el que yo deseaba-. He visto esa mirada tuya de “se me ha ocurrido una cosa” y esta vez sí, esta vez he adivinado lo que ibas a hacer.
- ¿Y qué iba a hacer?
- Ducha de hidromasaje Glauka ¿recuerdas?
Recordé, sí. Se incendió la idea de golpe, como si no hubiera más posibilidades. Entonces sí, mis manos se hicieron con la ducha arrancándola de entre mis piernas, ajustaron el chorro, buscaron expertas el que se ciñera más a la necesidad imperiosa de estallar, ese que sale por el centro abruptamente, tosco, mas prieto, con más fuerza, y una pequeña lluvia alrededor, ése, y gozando ya mientras lo colocaba de nuevo entre mis piernas, arrimé más mi cuerpo al cristal opacado por el agua. Recogí mis pechos de nuevo, acercándolos otra vez al espacio que los ponía al alcance de tus ojos para que vieras, no sólo imaginaras, y me regodeé en las caricias sobre ellos, en el aumento de los roces y de la presión llegando al pellizco, dejándote escuchar los gemidos con que, nuestra bestia particular, aderezaba todos mis movimientos sobre ellos, sabiendo que desquiciabas por instantes.
Sin dejar perderse ni uno sólo de los temblores que el chorro infringía hasta en mis párpados, restregando los muslos entre sí por miedo a que las vibraciones incontroladas que me asolaban incesantemente pusieran un fin que no era el previsto, que no era el que imaginabas, que no era, ni mucho menos, el que me trastornaba hasta la ofuscación. Alentando a inflarse el globo de fuego dentro de mí, aún más, dejando que la bestia que se desbordaba por todos los poros de mi piel señoreara en mi cuerpo, esperando, con total ansiedad ciega, el momento en que saltara en mil pedazos, reventándome ¡por fin!, en espasmódicos movimientos y latigazos convulsionados, esos que tú imaginaste solamente.

Duchándote los deseos © Glauka 2006

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4.12.06

Otro horizonte vertical

(Siento tu piel bramar
a punto de ebullición,
quemando mis vellos tu lava,
saboreando tus besos
sin alcanzarte.
Huelo tu deseo y lamo tus labios,
se quema mi vientre soñándote despierto
porque te siente latir a mi vera,
aunque no estés).


Viajo por tu piel entera
buscándote,
bajo las rodillas encuentro temblores
que te esconden, entre los muslos,
aterciopelados rincones que asilan
mis manos, mi lengua, mi carne,
sin regalarle los secretos que cobijan.

El vientre, el vientre grita,
vocea que allí estás,
el calor abrasa mis manos,
te busco, hurgo con uñas y dientes,
sin encontrarte.

Desgañito mis hambres ansiosas
contra tu torso, las hundo en tus axilas
donde tus hombros me llevan a oscuras,
alumbrando aún más el desasosiego
que agita mis cabellos sobre ti,
mientras la impaciencia te come los dientes
perdida la serenidad.

Te hundo en mí,
te quiero dentro para encontrarte,
para tenerte siempre,
para adueñarme tuya,
para poseerte inquieto y descubrirte.

Ni enterrándome en toda tu piel,
teniéndote por fuera y hasta dentro,
te hallo.
Ni desgastándome contra tus fronteras,
duras, rocosas, en erupción,
te descubro.

Sueño con abrirte en canal
para topar contigo.
Pero sólo erosionando infructuosamente
tus límites todos
puedo seguir soñando con cazarte.

Consumo los roces soñados
en tu búsqueda,
derrochándome contra ti,
agotándome navegando este mar
que nos une y nos separa,
porque siempre hay mar
entre mis dedos y los tuyos,
respirando la misma sal que te aleja
ensalitrando tus sudores
mientras los tatúa en mi piel,
una y otra vez encrespadas
sin conseguir traspasarte,
porque siempre estás a lo lejos,
poniéndote con el sol.

Inalcanzable.

© Otro horizonte vertical-Glauka 2006
Parejo, y sin embargo, distinto en su conjugación al jugar, al Horizonte Vertical que pintó mi amigo Pol:
Nacida bajo la sábana
culpables mis dedos que pinzan la exhibición,
quedas sin protección.

Duermes como siempre, con estrellas
recostada, casi silenciosa
desapercibida entre diamantes,
desnuda, por darle olor de piel a mis fantasías.

Han sido húmedos sueños, me despertaron
de mi nacieron y quedaron, flotando
gritándole a las ganas por ser.

Son aún sueños despiertos
que miran desde la ventanilla
que recorren tu viaje, como un tren
mientras duermes,
tan tranquila, relajada, entregada
sin olvidar el calor de quien te ampara.

Obsesión por ti,
tú eres aquí y ahora
tu sueño mi despertar
mi sueño tu aurora.

El existir es sentirte, saberte viva
me convierto en alimento para recibirte.

Intuye el cuerpo de mujer ajeno a mi estar despierto
piensa que es un sueño, que no son caricias
ni besos, ni que haya palabras,
aún así baila la canción del soñador encarnado.

Los labios manan poemas de campo con amapolas.
La boca como calido aliento de un desierto.
La lengua cristalinas gotas, la lluvia del pensamiento,
de un hombre atrapado en tus brillos del trayecto.

El horizonte por llegar,
y un presagio anuncia el ladeo
el cuerpo de mujer se deja llevar

Su sonrisa la acompaña
Sus brazos se alzan,
los pechos se enfrentan
se elevan buscando,
el arco decora la espalda
el horizonte del soñado
aparece entre los muslos de tus piernas.

Te sé dormida,
decidida ha seguir en tu estado
y me siento esclavo en tu alejamiento.

Sólo un destino, nada más quiero
nada para mí, todo tuyo
mi deseo y tu sueño juntos.

Mis labios imantados, sedientos
mis ojos atentos al amanecer
mis manos sujetas a las laderas
mis besos entre tus piernas.

Ríos saboreo,
frutas penetro,
Tiento al mordisco,
lamo en recelo.

Entre labios tu carne
dolería no tenerla.
Entre los tuyos mi lengua
toda la orografía de la madre tierra.
En tu voz mi sueño, avanzando.
Bajo mis dedos te siento
con el despertar que azotan los vientos.

Desnuda entre mariposas
por haber alcanzado yo mi sueño,
mi dormir despierto,
soñar en tu sueño
en mi horizonte vertical
placiendo tu cuerpo.


Un Horizonte Vertical © 2006 Pol Ten Bock

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1.12.06

Compañero de inmersión


¡Y es tan hermoso sumergirse contigo!

Perfecta sintonía.





Rota sólo cuando nos ahoga la Ansiedad que exhalan nuestras colas (también en sintonía).

Glauka


Zena Holloway

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