Sigue la flecha

Un ardor de estómago creciente que quita el sentío es lo que tengo.

Un insomnio instalado en mi casa desde hace ya ni sé cuánto tiempo, pero de forma oficial desde hace un par de meses no se duerme más de cuatro horas por estos lares.

Un cansancio que ya véis, ni el blog es capaz de espabilármelo de encima.

Un hambre a ratos ¡Dios, qué hambre! que agujerea el estómago y el cerebro al mismo tiempo.

Un peso en el vientre que tal pareciera que la gravedad del planeta entero se hubiera concentrado allí.

Un nerviosismo plagadito de miedos varios que no me da la gana de mentar, pero que segurito segurito que os imagináis perfectamente.

Un emocionarse a lo estúpido que ni os cuento, porque me da vergüenza.

Un aumento de peso nada proporcinado a mi estado, cosas del atiborrarse de drogas varias.

Un mareo mañanero que me proporciona la mejor de las borracheras de gratis.

Un montón inmenso de pinchazos y los que me quedan, que entre la inyección diaria de aquí a un año más al menos y el mogollón de análisis, lo de pincharse ni duele ya.

¿Porqué?

¿Cómo que porqué?

Anda, despistao, mira a tu derecha.

(Y unas tetas que para sí las quisiera la Yola Berrocal, porque encima las mías, son naturales

Y -que os veo venir- una líbido congelada o disecada cuando menos ... menos mal)

Glauka

Tarde morada a 2 manos (o osadía a la japonesa)

Calor de arropo,
Desorden en morado;
Dos, Yo y Tu alcoba.

Quiero ponerme,
a través de tu piel,
cardenalicia,
del color de la noche:
violado anochecer.

Erguido ánimo
Entre zarzales vida.
Morado asomo.

Roja energía
aplomo Azul:
lombardo olor.

De loca causa
huele a lilas abiertas:
bocados de ti.

Uvas al fondo,
frunces el tercer ojo
frente al misterio.

Te clavas sobre añil
erradicando celos.

Baile de efluvios,
Besos contra dolores,
Tu seda y cuerpo.


Tarde Morada © EarthSea&Fire 2007

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38

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años

sin embargo, la que soy hoy, lo soy desde hace, hoy,

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6

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semanas

Y no te escribo que te sueño

No me atrevo a escribirte, me da auténtico pavor. Llevo todo el mes contigo en la cabeza permanentemente, quiero decir que absolutamente todo lo que hago, digo o pienso, te tiene a ti cerquita. Es normal, estoy apostándolo todo en este camino que no es nada fácil. Pienso en ti incluso antes de despertarme, mientras me levanto, mientras me tomo todo lo que tengo que tomarme. Mientras me pincho no: estoy demasiado concentrada en convencerme de que no me va a doler y luego, cuando duele, de que no me está doliendo.
No he juntado el valor suficiente como para compartir contigo todo el proceso de tu búsqueda, mira que le di vueltas, pensando que todo lo que me sucedía, todo lo que iba viviendo, todo el miedo y el dolor que padecía, también serían de tu interés, pero el pavor que me provocaba pensar que tal vez no llegara nunca a conocerte me amordazaba los dedos, porque si no llegaba a ver tu sonrisa y tu mirada sólo serían un montón de patéticas letras, de carcajeantes letras.
Quiero soñar contigo porque me ilusiono y soy feliz, pero temo también soñar contigo y no encontrarte. No puedo, por otra parte, pensar que no te encontraré, que dicen que la energía ha de ser positiva y eso desgasta. Pero el miedo está ahí, agazapado tras cada imagen que me viene a la cabeza en la que sales tú.
Si te digo que me dueles, me dueles muchísimo, me dueles más que nada me haya dolido antes, me dueles desde dentro con la intensidad de todo el infinito… pensarás que me causas sufrimiento, y no es eso. No eres tú, es tu ausencia, la posibilidad de que no existas es la que me destroza.

Tengo que hacer por no pensar. O al menos, por no pensar tanto. Porque por lo pronto, hoy, estás conmigo.

© Glauka 2008

En el diario no hablaban de ti

En el diario no hablaban de ti, no, hoy no hablaban de ti. Ni ayer. Ni anteayer, tampoco anteayer hablaban de ti en el diario. Ni la semana pasada, ni la otra. Ni el mes pasado, ni el anterior.

Como un fantasma has sido, sin embargo, la única noticia que mi mente ansiaba escuchar el año pasado, todos los meses que se han ido consumiendo de este año, las semanas gastadas ya de este mes de mayo, antesdeayer, y ayer incluso.

Y ayer, por fin he disfrutado de la noticia ansiada, deseada, anhelada: de ti.

Con total seguridad, tampoco mañana hablarán de ti en el diario, ni pasado mañana ni al siguiente, ni la próxima semana o el mes que viene.

Y, con la misma rotunda seguridad, seguirás siendo la única noticia para mí.

(... una semana después sigue vigente)

© Glauka 2008