Semana 35: dicen que es navidad
Demasiado trabajo, demasiado cansancio, demasiadas visitas médicas, problemas informáticos, inconvenientes de esos que surgen sin preaviso y cuando menos falta hacen, me han tenido sin fuerzas para pasar por aquí. Que tengo que tirar por mí y por la criaturita ... y no me da para todo el aire que respiro ;).

Dicen que mi bebé tiene 33 semanas de vida, pero claro, según diagnóstico prenatal, mi tritón está en la semana 37 de desarrollo, asique no sé yo si todo lo que os cuento tiene algún sentido ... en fin, que allá vamos: supuestamente mide unos 46 cm. y pesa alrededor de 2.600 gramos -primer error : eso lo pesaba hace 10 días-.
Todavía sigue todo acurrucadito dentro de mi y está ya un poco apretado en el útero. Ya no flota como antes y no da los saltos que daba. Pero el que tenga menos espacio no significa que se mueva menos: ahora practica fútbol todo el santo día. Sus riñones están ahora completamente desarrollados y el hígado también está comenzando a funcionar. La mayoría de su desarrollo físico básico está ya completo. En las próximas semanas se dedicará básicamente a aumentar de peso.
Ha producido ya 100 billones neuronas con 100 trillones de conexiones, que le durarán toda la vida. ¡Y empezó hace 28 semanas! (en la semana 7).
Si tuviera un parto prematuro a estas alturas, podría sobrevivir sin problemas. Aunque, claro está, cuanto más tiempo esté dentro del vientre, más desarrollado y sano estará en el momento de nacer.En esta semana 35 y en las últimas semanas, mi cuerpo le transferirá inmunidad temporal contra enfermedades infantiles (como las paperas y el sarampión). El bebé estará protegido hasta que le ponga las primeras vacunas. Su piel se alisa y el lanugo comienza a caer.
Noto muchísima presión a nivel de la pelvis porque debiera estar empezando a introducirse en el canal del parto entre los huesos pélvicos, pero claro, como tritóncito junior va acelerado, resulta que comenzó a meterse en estrecheces ya en la semana 28, asique llevo padeciendo cierta imposibilidad de pronto para caminar, calambres cada vez más constantes y molestias en la vagina las últimas 5 semanas, y cada día que pasa, más. Los genitales pueden inflamarse y aumentar de tamaño.
Mi útero, que ahora ya me llega hasta debajo de las costillas, ha aumentado unas 15 veces desde su tamaño original, de ahí la falta de aire y los suspiros, digo yo. También está presionando sobre los órganos internos, y por eso tengo que ir tantas veces al cuarto de baño, algo especialmente molesto por la noche como os podéis imaginar, y padezco de acidez y otros problemas digestivos.
Entre ahora y la semana 37 de embarazo, me harán al parecer una prueba para comprobar las bacterias que hay en la vagina y descartar que esté presente el estreptococo del grupo B. Generalmente no causa daños en los adultos, pero si lo tengo y se lo contagio al bebé durante el parto, puedo causarle complicaciones (como neumonía, meningitis o una infección en la sangre). Debido a que entre el 10 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas tienen la bacteria, y no lo saben, es importante hacerse esta prueba. Las bacterias aparecen y desaparecen por sí solas, por eso es que no te hacen la prueba antes). Si tengo la bacteria, me darán antibióticos intravenosos durante el parto, lo cual reducirá el riesgo de infectar al bebé en un 70 por ciento. Pero está por ver.
A medida que me acerco a la fecha del parto, el cartílago blando de la pelvis empieza a expandirse para que el bebé pueda pasar por el canal vaginal más fácilmente. Esta expansión hace que las mujeres embarazadas caminen balanceándose. El encajamiento, que es cuando el bebé desciende hacia la parte más baja de la pelvis antes de nacer, también puede hacer que camines balanceándote. Algunas mujeres experimentan el encajamiento semanas antes del parto -soy una de las afortunadas, manda narices-.
Hay un cambio muy curioso: algunas mujeres ven sobresalir su ombligo como consecuencia de los últimos estirones de la barriga -yo, de momento, sigo luciendo ombligo normal, para adentro-.
Todavía sigue todo acurrucadito dentro de mi y está ya un poco apretado en el útero. Ya no flota como antes y no da los saltos que daba. Pero el que tenga menos espacio no significa que se mueva menos: ahora practica fútbol todo el santo día. Sus riñones están ahora completamente desarrollados y el hígado también está comenzando a funcionar. La mayoría de su desarrollo físico básico está ya completo. En las próximas semanas se dedicará básicamente a aumentar de peso.
Ha producido ya 100 billones neuronas con 100 trillones de conexiones, que le durarán toda la vida. ¡Y empezó hace 28 semanas! (en la semana 7).
Si tuviera un parto prematuro a estas alturas, podría sobrevivir sin problemas. Aunque, claro está, cuanto más tiempo esté dentro del vientre, más desarrollado y sano estará en el momento de nacer.En esta semana 35 y en las últimas semanas, mi cuerpo le transferirá inmunidad temporal contra enfermedades infantiles (como las paperas y el sarampión). El bebé estará protegido hasta que le ponga las primeras vacunas. Su piel se alisa y el lanugo comienza a caer.
Noto muchísima presión a nivel de la pelvis porque debiera estar empezando a introducirse en el canal del parto entre los huesos pélvicos, pero claro, como tritóncito junior va acelerado, resulta que comenzó a meterse en estrecheces ya en la semana 28, asique llevo padeciendo cierta imposibilidad de pronto para caminar, calambres cada vez más constantes y molestias en la vagina las últimas 5 semanas, y cada día que pasa, más. Los genitales pueden inflamarse y aumentar de tamaño.
Mi útero, que ahora ya me llega hasta debajo de las costillas, ha aumentado unas 15 veces desde su tamaño original, de ahí la falta de aire y los suspiros, digo yo. También está presionando sobre los órganos internos, y por eso tengo que ir tantas veces al cuarto de baño, algo especialmente molesto por la noche como os podéis imaginar, y padezco de acidez y otros problemas digestivos.
Entre ahora y la semana 37 de embarazo, me harán al parecer una prueba para comprobar las bacterias que hay en la vagina y descartar que esté presente el estreptococo del grupo B. Generalmente no causa daños en los adultos, pero si lo tengo y se lo contagio al bebé durante el parto, puedo causarle complicaciones (como neumonía, meningitis o una infección en la sangre). Debido a que entre el 10 y el 30 por ciento de las mujeres embarazadas tienen la bacteria, y no lo saben, es importante hacerse esta prueba. Las bacterias aparecen y desaparecen por sí solas, por eso es que no te hacen la prueba antes). Si tengo la bacteria, me darán antibióticos intravenosos durante el parto, lo cual reducirá el riesgo de infectar al bebé en un 70 por ciento. Pero está por ver.
A medida que me acerco a la fecha del parto, el cartílago blando de la pelvis empieza a expandirse para que el bebé pueda pasar por el canal vaginal más fácilmente. Esta expansión hace que las mujeres embarazadas caminen balanceándose. El encajamiento, que es cuando el bebé desciende hacia la parte más baja de la pelvis antes de nacer, también puede hacer que camines balanceándote. Algunas mujeres experimentan el encajamiento semanas antes del parto -soy una de las afortunadas, manda narices-.
Hay un cambio muy curioso: algunas mujeres ven sobresalir su ombligo como consecuencia de los últimos estirones de la barriga -yo, de momento, sigo luciendo ombligo normal, para adentro-.
.... como veis: este año no hay navidad. Afortunadamente.
Glauka
Etiquetas: EMBARAZO